Cuando todavía no podemos creer el asesinato a palos de Cholito, una historia igual-o-más estremecedora llega desde España. Su condena fue ejemplar ¿Sucederá lo mismo acá?

Han sido días de estupor y rabia para los animalistas y casi para cualquiera con un corazón latiendo adentro del pecho, luego de ver la bestial forma en que la ser humano Joseline Cataldo asesinó a palos al perro Cholito, en Recoleta, Santiago de Chile. “Estoy totalmente arrepentida por lo que hice, porque yo no soy una persona mala”, afirmó Cataldo, delegando su responsabilidad en el crimen contra Cholito en una orden de su jefa, que pidió que sacaran al can de su lugar de trabajo. Además dijo que el perro no había muerto, y que no quería que su hija pensara que era una asesina.

Noticias para ti Joseline, lo eres. La otra noticia es que la Fiscalía Centro Norte inició una investigación por maltrato de animales en su contra.

Aunque es una vergüenza y no lo hace menos terrible- sino todo lo contrario- no es solamente en Chile que suceden estas atrocidades. Esto pasó en Europa y en un irónico paralelismo de tiempo y espacio. Carmen Marín Aguilar, de 72 años, presidenta de una organización en defensa de los animales no humanos, en España, fue condenada a tres años de prisión por haber asesinado a cientos de perros y gatos. El modus  operandi era a través de la inyección de sustancias mortales sin agregar anestésicos.

Felipe Barco Gómez, por su parte, trabajaba en el refugio Parque Animal en Torremolinos, Málaga, donde funcionaba la asociación sin fines de lucro que supuestamente cuidaba animales abandonados. Él también recibió el rigor de la ley: un año de cárcel y una multa de 3.600 euros por su cooperación en la muerte de los animales.

Los fiscales a cargo acusaron a Barco y a Marín de matar a 2.183 animales entre 2009 y 2010, cuando una inspección del refugio sacó a la luz las muertes. La justificación de las muertes habría sido para “abaratar costos y privilegiar las actividades privadas lucrativas”.