No es ser alarmista, sino consecuente con las cifras: este año las agresiones al colectivo LGBTQ+ han proliferado de manera abrupta. Los medios oficiales dicen que esta cifra se debe a que más personas se atreven a denunciar, pero no podemos negar que la discriminación hacia personas de orientación sexual diferente se ha punzado a causa del que ha vivido la extrema derecha en Chile.
Se habla de la homosexualidad como la “dictadura gay”; de las leyes que protegen a las personas transgénero como “parte de la agenda de la izquierda ideológica”. Este discurso ampliamente aceptado por la sociedad ha llevado a que exista una sensación punzante de que el camino hacia la igualdad de derechos será mucha más larga de lo pensado (porque no ha sido fácil, ni siquiera en años anteriores).
En este oportunidad, Francesc Morales -activista por los derechos LGBT- subió un video apelando a la poca seguridad existente en los lugares donde se reúne el colectivo. Junto al testimonio de Cristóbal Zeta, denunciaron la situación a través de Instagram.
Cristóbal asegura presenciar cómo un hombre intentó disparar al barman de la disco deteniéndolo en el acto. Producto de esto, resultó con su ceja cortada y se desató una histeria pocas veces vista en un espacio de diversión y libertad.
Según relató Cristóbal “todo el mundo estaba corriendo”, “el nerviosismo estaba al máximo” y que además “no había ningún guardia”.
Por su parte, Blondie aseguró que nunca se prpdujo un tiroteo y que el arma era a fogueo, algo que tanto Francesc como Cristóbal catalagaron como insuficiente, porque ¿Qué hubiese pasado si el arma hubiese sido real? ¿Cómo es posible que entrase ese tipo de arma al lugar en un prinicipio?
En Blondie se compremetieron a resgurdar la seguridad y también agregaron que el evento donde ocurrió el hecho, era externo a sus dependencias de siempre. Este año el Movilh afirmó que los crímenes contra personas del colectivo LGBT en Chile subieron un 44% y ni siquiera se ha terminado el año.