Los efectos de la crisis sanitaria están comenzando a revelar los peores índices en la actividad económica. Esta mañana, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) liberó las cifras del trimestre marzo-mayo, los cuales son más desalentadores de lo que se esperaba.

Recordemos que en marzo existía un espíritu optimista respecto a los efectos de la pandemia, y recién el 1 de junio las cifras comenzaron a decir lo contrario y proyectaron escenarios históricos venideros, los cuales comienzan a hacerse realidad.

Según la institución, el porcentaje de cesantía llegó al 11,2 % el trimestre pasado con la eliminación de 1,5 millones de plazas de trabajo, que según ha señalado el Banco Central, se darán entre el segundo y tercer trimestre del año.

Adicionalmente, una cifra paralela a este índice suma a quienes no están en búsqueda de trabajo debido a las condiciones del país, pero sí estarían dispuestos a trabajar.

Ésta llega a 28%: “Casi uno de cada tres chilenos en edad y capacitados para trabajar estarían desempleados”, sostiene el informe de Scotiabank.

La directora ejecutiva de Centros de Estudios Financieros del ESE, Cecilia Cifuentes, explicó a La Segunda que si no se concentran los esfuerzos en levantar a los sectores más afectados, la cifra del desempleo podría alcanzar el 20%.

Otra situación crítica es la de los contratos suspendidos, amparados por la Ley de Protección del Empleo. La cifra oficial va en 690 mil trabajadores según el INE, pero alcanzarían 735 mil de acuerdo al registro de solicitudes ingresadas hasta el 21 de junio.

Según una encuesta del Banco Central, más de la mitad de los trabajadores con contratos suspendidos cree que no será reintegrado una vez que concluya el plazo de suspensión.

Los sectores más golpeados siguen siendo alojamiento y servicios de comidas, en los que la pérdida de empleos en 12 meses llega a 42,4 %; construcción (-23,1 %) y comercio (-19,4 %).

La paralización de la economía provocaría una caída del 18 % en el Imacec de mayo, según Banco Santander.

Expertos aseguran que las cifras futuras serán aun peores y sólo comparables a tiempos de dictadura.