Además de parlamentario, Diego es muralista: “No comprendería un proyecto político transformador que no se plantee el desafío de tejer expresiones culturales y artísticas de su propio proceso, lo necesita para tejer su identidad”.

Diego, al medio, junto a un mural que hizo con sus amigos de las Unidades Muralistas Ernesto Miranda, antes de convertirse en diputado.


“Un proceso político sin arte es un proceso vacío”

Diego Ibañez Cotroneo tiene 29 años y es egresado de derecho de la PUCV, donde fue compañero del actual alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp. Fue dirigente estudiantil como estudiante secundario y también en la universidad.

El 11 de marzo de este año Ibañez asumió como diputado del Movimiento Autonomista por el distrito de Valparaíso Cordillera y es probable que esta escena la recuerdes: al momento de jurar como parlamentario de la República sacó una bandera de Chile sobre la que rezaba la desafiante leyenda/consigna: “El agua para Chile”.

“Soy parte de una generación que culturalmente no creció con los traumas de la dictadura pero si vivió sus efectos, eso provocó un malestar que hizo que el 2006 estallara la revolución pinguina, el movimiento se hizo latente en las calles y se abrió una ventana gracias a la cual varios nos organizamos y eso tributó en una bancada frenteamplista. No estoy diciendo que el FA sea el reflejo político de esto, pero si es parte de una apertura cultural en el proceso de la transición chilena, que la desafía para recuperar la democracia y terminar con la política de los consensos, donde dos bandos hacían como que peleaban pero estaban de acuerdo en mantener un modelo económico social desigual. Esta alternativa es una nueva forma de entender la política y desafiar la imperante”, nos dice de entrada.

En tu bio de Twitter dice “muralista”, cuéntame de eso.

Partí pintando muralismo popular político, pinté con lo que alguna vez fueron las Unidades Muralistas Ernesto Miranda, de la cultura juvenil contra-cultural libertaria, y luego fuimos evolucionando a pintar matices latinoamericanos, elementos del territorio, la oidea es que el mural y el arte, no fuera solo una herramienta para reflejar la realidad sino también una forma de transformarla. Como decía Victor Jara, la guitarra tiene sentido y razón, la brocha también. En la historia de la izquierda, la brocha ha sido un elemento de lucha, así como la palabra, y la protesta callejera. La brocha es la forma de expresarse de los más desposeídos, ahí también entra el graffiti, la intervención callejera. El muralismo me gusta mucho porque no encierra los mensajes en una sala pequeña, está situado en un barrio, en una problemática, en la población, reflejar esa realidad es apropiarte de tu barrio, de tu realidad, que no te vendan que todo esta bien. Cuando viajo me gusta mirar los muros, porque creo que cuentan lo que los medios callan, comunican el estado de animo del pueblo, y es una gran herramienta de lucha. El muralismo en Latinoamérica tiene ese sabor de lucha social.

Pero es una forma de lucha mucho más outsider que ser diputado.

Yo lo veo como parte de la misma lucha, la política tiene una extensión social y cultural. Es parte de lo mismo. Yo no comprendería un proyecto político transformador que no se plantee el desafío de tejer expresiones culturales y artísticas de su propio proceso, lo necesita para tejer su identidad. Un proceso político sin arte es un proceso vacío. El año pasado pinté por última vez porque después empecé la campaña y no he tenido tiempo. Pero lo pretendo retomar con el objetivo de difundir nuestra idea de equipo territorial de diputación, con mensajes sobre temas de salud, de medio ambiente.


Agua dulce y salada

En tu primer día en el Congreso, durante el juramento, sacaste una bandera de Chile que decía “El agua para Chile”, que es un tema grande, clave, y que en esta política de los consensos se discute poco, por no decir nada.

Quería reflejar que el escenario cambió, pero la lucha es la misma, y que si estamos en el Congreso, es para dar cuenta de una sociedad que lo está pasando muy mal y que hay unos pocos que no saben cuánto cuesta el kilo pan o cuanto cuesta un pasaje de micro y que deciden sobre esas cosas. Dar cuenta de esa realidad es nuestro objetivo. El tema del agua particularmente, tiene en nuestro distrito a mucha gente pasándolo muy mal, siendo obligados a secar hectáreas de agricultura familiar campesina, frente a unos pocos que usurpan este bien común para el beneficio de su propia agroindustria. Es clave plantearlo, porque es un desafío de cómo entendemos la propiedad privada sobre los bienes comunes, cosa que es un robo constitucionalizado. Sacar la bandera fue una forma de decir que no nos estamos asimilando a la clase política sino que llegamos para desafiarla democráticamente.

“Hay unos pocos que no saben cuánto cuesta el kilo de pan o cuánto cuesta un pasaje de micro y que deciden sobre esas cosas”.

El tema del agua es un problema local, nacional e internacional, y no se discute tanto que un recurso natural esté en manos de privados.

La privatización del agua es un síntoma de un modelo de desarrollo agotado, monótono, extractivista, que beneficia al 1% de la población, ese que financia campañas de parlamentarios, para seguir defendiendo su negocio. Es cierto que es un problema mundial, pero Chile es el único país que tiene privada el agua y eso manifiesta cómo entendemos la naturaleza, las comunidades y que el rol que juega la gente en esta democracia es uno meramente simbólico, de saludo a quien en un futuro va ser quien lo lleve a una sequía obligada. El tema del agua es el símbolo del fracaso del modelo de desarrollo en Chile.

¿Cuál es la propuesta para revertir la situación?

Hay que partir por terminar con los derechos de aprovechamiento de aguas a perpetuidad. Eso no puede pasar en una democracia. Es un problema político y social. Es urgente un cambio a la legislación y a la Constitución, que permita recuperar este recurso para todos los chilenos, pero en la práctica hay familias que no pueden mandar a sus hijos a estudiar porque el niño no pudo ir al baño, porque hay que esperar tres días para tirar la cadena o ducharse, o tomar desayuno. Eso le pasa a mucha gente en las zonas rurales. Chile tiene que atender esa urgencia. Esto también le corresponde a la gente de zonas urbanas, cuando tienes los precios mas altos del mundo en consumo de hogares, debieran cuestionarse cómo y por qué una empresa estatal se hizo privada. Es un modelo destinado al lucro de servicios básicos que son un bien común y un derecho de todos.

¿Por qué crees que estos temas no tienen a la gente saliendo a la calle? Esto es tema solamente cuando llueve un par de días y se corta el agua.

En los territorios y comunas donde los están pasando mal por esto, hay organizaciones de campesinos y agricultores. En la comisión de recursos hídricos del parlamento se han llevado actores sociales a explicar sus problemas y presentar alternativas, pero hay un bloqueo frente a este tema, La Tercera sacó una editorial validando la privatización del agua justo el día después del Dia nacional del agua. Hay un bloqueo mediático para que esto no estalle, por eso nuestro rol es socializar el problema y llamar a la movilización.

Hablando de agua ¿cuál es tu posición respecto a la demanda marítima de Bolivia?

Creo que no hay que basarse en los argumentos jurídicos, en ese marco el argumento jurídico chileno tiene mas certezas de llegar al éxito que el boliviano, aunque ojo que existe jurisprudencia también a favor de la demanda boliviana. Pero el problema es político, y va continuar independiente de lo que pase en La Haya. Hay una demanda histórica de Bolivia sobre su mediterraniedad que debe ser solucionada mediante el principio de integración de los pueblos latinoamericanos, y procesado por una participación profunda entre ambos pueblos. Abrir un dialogo ciudadano. Lo que interesa no es resaltar ni el chovinismo chileno ni el boliviano, sino la mejora de la calidad de vida de ambos pueblos. Estoy seguro que una apertura de Chile a Bolivia va beneficiar economica cultural y socialmente al pueblo chileno. Me atrevo a decir que esto debería ser un diálogo trilateral, con Perú. La judicialización del caso es un fracaso de la diplomacia de ambos países y por tanto de sus gobiernos.


“El Tribunal Constitucional es un órgano dictatorial”

¿Cuál ha sido tu impresión del Congreso estos primeros días de trabajo?

Mi impresión inicial es que es un espacio muy desordenado, donde nadie se escucha con nadie, donde parece que el debate de ideas es una ficción, donde parece que lo único que importa son las operaciones políticas por detrás, entre cuatro paredes, para definir el futuro de Chile.

¿Cómo pretenden cambiar eso?

Es una locura, pero estamos en proceso de intentar entender este mundo, porque creemos que hay que entenderlo para poder cambiarlo. Por eso es que estamos trabajando con fundaciones, académicos, y también el mundo social. Queremos ser una oposición super constructiva, pero en el sentido de construir una nueva democracia en el parlamento. Eso requiere hablar de temas que le importan a la gente y no las peleas de perros chicos. Queremos hablar de derechos sociales, educación, salud, medio ambiente, nueva constitución, no mas AFP. La idea es generar un debate, un diálogo de cara a la ciudadania, para que la gente pueda elegir qué modelo de país quiere dibujar en el futuro. Creo que como frente amplio tenemos que madurar nuestro conglomerado para tener la posibilidad de tener actitud de gobierno, tener la voluntad de disputar el poder en todos los espacios, recuperarlos para las organizaciones sociales. Si no podemos hacer eso es difícil lograr hablar de los temas grandes porque con la actual ley de medios y el monopolio comunicacional te condicionan el margen de acción y te mete en un zapato chino. Cómo romper eso es la pregunta y las respuestas no vienen de la política clásica, sino de las organizaciones ciudadanas, de los movimientos sociales, ahí está la clave de avanzar en la democratización de Chile.

Además tienen que lidiar con las zancadillas que le pone al progresismo la vieja política, como lo que acaba de hacer el Tribunal Constitucional con la Ley de Aborto en tres causales, que aprobó la objeción de conciencia para las instituciones privadas.

Mira, Jaime Guzmán en el acta de constitución puso literal, abro comillas “cuando ellos (la izquierda) lleguen al poder, se verán constreñidos a realizar lo mismo que nosotros haríamos en el poder”. Esto quiere decir que hay enclaves autoritarios en la Constitución, que si no la cambiamos van a poder seguir vetándonos. Va permitir que una minoría, pese al cambio en el binominal siga siendo fuente de poder frente a la mayoría, eso es antidemocrático y ahí radica el debate sobre una nueva Constitución. Por eso la existencia de retrocesos, del Tribunal Constitucional, que quiere declarar inconstitucional el termino del lucro en las instituciones educativas*. Mientras la sociedad no tenga por delante la urgencia de una profundización democrática participativa- sin simulacros de participación como fue el proceso constituyente de Bachelet, o presentando proyectos de ley el ultimo día de gobierno- vamos a seguir teniendo el riesgo de retroceder.

*Nota de la redacción: Ayer martes, días después de esta entrevista, el Tribunal Constitucional declaró inconstitucional prohibir la inclusión de personas que persigan el lucro dentro de los directorios de universidades particulares. Le preguntamos a Diego vía Whatsapp su opinión para incluirla en la entrevista. Esto fue lo que nos dijo:

“Chile está cansado de que el TC sea el matón del partido, es momento de expulsarlo del estadio, ponerle tarjeta roja porque hoy están en juego los sueños de miles de familia, de terminar con la deuda estudiantil, mañana también estará en juego la Ley de Identidad de Género y eventualmente también la recuperación de los derechos de aguas para las comunidades. Creo que el Tribunal Constitucional es un órgano dictatorial, que en una democracia moderna no puede colocarse por sobre el parlamento y por sobre las decisiones de una ciudadania que se demorado más de diez años en avanzar hacia una educación gratuita. El FA está a disposición de una reforma sustantiva que parta por un cambio constitucional.

El discurso oficial del gobierno de Piñera es decir que el tiempo de las marchas ya pasó, ¿qué opinión te merece eso?

Lo dicen porque saben que ahí radica el comienzo de los procesos de avance, de transformacion, en la calle. Por eso el ministro Varela dice que los estudiantes no deben salir a marchar sino concentrarse en estudiar, por eso nos quieren caricaturizar como una izquierda radical y autoritaria, cuando somos lo contrario. Es un atentado contra la memoria que la UDI nos trate a nosotros de violentistas. Se están esforzando para que las expresiones políticas de la ciudadania queden marginadas en la esquina, y nosotros nos negamos a eso, queremos que estén en el centro de la mesa.

“Con una Ley que prohíba la incitación al odio, Kast estaría privado de libertad”.

¿Qué te pareció lo que le pasó a José Antonio Kast en Iquique?

El FA no valora para nada la violencia de ninguna forma, porque no aporta en nada a la construcción de una sociedad democrática.

Ahora, nuestro programa busca la construcción de una sociedad de iguales, sin discriminación, ni incitación al odio, por lo cual condenamos estos actos de violencia.

Lo que falta en Chile, es una ley, como sucede en Holanda, Alemania o Brazil, que tipifique como delito la incitación al odio y que como pasa en los países desarrollados, los condene con privación de libertad, son mecanismos que mediante debidos procesos protegen la democracia, la libertad y la dignidad humana. Hay una ley durmiendo sobre este tema, y mientras en Chile no exista una protección a la dignidad humana van a seguir existiendo personas que creen que pueden decir cualquier cosa por los medios y atentar contra distintos grupos por raza, género, religión, posturas políticas, y que movilizan hacia la violencia.

¿Crees que el discurso de José Antonio Kast incita al odio *?

Es un discurso profundamente neo-facista, muy peligroso para la democracia chilena.

Yo creo que no se puede permitir que en instituciones públicas, que son instituciones que por su origen histórico son pluralistas y democráticas, haya alguien que públicamente atente contra ese pluralismo y espíritu democrático, y que se legitime. En los países con experiencias terroríficas de genocidio como Alemania, ellos castigan eso con cárcel. Así se protege la democracia. Alguien que no reconoce la violación a los DD.HH. en dictadura, se burla de las víctimas y sus familias. La Comisión Internacional de Derechos Humanos y la Comision Internacional contra la tortura y la  discriminación ha sugerido en varias oportunidades la necesidad de que Chile actualice su legislación al respecto y atienda a los estándares internacionales en materia de derechos humanos.

Si este proyecto se hiciera ley, ¿qué pasaría con José Antonio Kast?

Debería estar preso, privado de libertad. Si justificas la violación a los DD.HH. en dictadura, eso es un delito, sobre todo si lo haces en medios de comunicación masivos. Si estás hablando mal de la población transexual, homosexual, contra los migrantes, eso en ningún marco lógico, racional de Derechos Humanos, puede ser permitido, eso es movilizar, mediante medios de com masivos, a la discriminación.