Eddie Vedder, uno de sus mejores amigos, no se había referido a la muerte de Chris Cornell, lo que incluso lo hizo ganarse un venenoso trolleo de la suegra del fallecido músico. El fisurado desahogo del vocalista de Pearl Jam hará arrepentirse a todos quienes lo criticaron.
Ocurrió en el marco de un concierto que Eddie Vedder dio como solista en Londres. En el comienzo de su gira el cantante había dedicado algunos temas a Cornell, pero la gente exigía, necesitaba más. La suegra de Cornell incluso lo había calificado de “poco humano” por no acercarse a la familia ni decir algo más explícito.
A continuación, la traducción de las acongojadas palabras de Vedder, que ciertamente explican el por qué no había hablado antes. A veces simplemente hay que darle tiempo a los sentimientos para que puedan convertirse en palabras:
“Me estás costando trabajo concentrarme por estos días. Estuve pensando en la historia de este edificio y la historia de Bowie. Empecé a pensar en eso y mi mente empezó a divagar. No se siente bien…
La verdad es que no he podido hablar de algunas cosas…y ha llamado harto la atención…pero la cosa es que perdí a un amigo muy cercano, alguien a quien…
Voy a agregar esto, crecí con cuatro niños, cuatro hermanos, y perdí a uno hace dos años trágicamente en un accidente. Después de eso, y de perder a otros seres queridos, la verdad es que no soy bueno aceptando la realidad y es simplemente mi forma de lidiar con estas cosas.
De verdad quisiera estar ahí para su familia, para la comunidad, estar ahí para mi banda, y para los de su banda. Pero esto me tomará un tiempo, porque mi amigo se fue para y yo simplemente voy a tener que…
Estas cosas toman tiempo y solamente quisiera expresar mi cariño a toda la gente que se ha visto afectada, que está en su casa y la que está acá. La gente que está enviando buenos pensamientos respecto de un hombre que…no era solamente un amigo, era alguien a quien admiraba y miraba como a un hermano mayor.
Dos días después de enterarme, creo que fue la segunda noche, estabamos acostados en esta cabaña cerca del agua, un lugar que yo creo que le hubiese encantado. Y todos estos recuerdos empezaron a aparecer en la madrugada, me despertaron. Recuerdos grandes, cosas en las que no podía parar de pensar. Como si los recuerdos fueran grandes músculos.
Después no podía pararlos. Trataba de dormir, pero era como si los vecinos tuvieran la música fuerte y uno no pudiera bajar el volumen. Después se transformaron en recuerdos más pequeños, que seguían y seguían apareciendo. Me di cuenta de lo afortunado que era de estar recibiendo estos recuerdos durante horas.
Ya no quería estar triste, quería estar agradecido, no triste. Todavía pienso en esos recuerdos, los cuales atesoraré en mi corazón y lo voy a amar por siempre”.