Factores como la obesidad, la resistencia a la vacunación, la desigualdad en el acceso a atención médica y la llegada de la variante Ómicron en una época invernal han generado un colapso en el sistema sanitario estadounidense, el cual se traduce en cerca de 455 hospitalizaciones diarias por millón de contagiados.
La expansión del Covid-19 y aparición de nuevas variantes ha generado que los gobiernos de diversos países tomen medidas preventivas para resguardar a la población. Si bien, desviaciones como la Delta tuvieron un impacto considerable en territorios como Reino Unido, Francia e Italia, entre otros, estos países lograron disminuir la tasa de pacientes hospitalizados cuando se encontraron con la Ómicron.
Según datos de Our World In Data, las tres naciones europeas figuraban con aproximadamente 400 hospitalizaciones diarias por millón de contagiados desde enero de 2021, cifras que hasta el mismo mes en 2022 redujeron a menos de 200, es decir, la mitad.
Aquel escenario es muy distinto en Estados Unidos e, incluso, es inverso. Si se comparan las cifras entre los inicios de 2021 y 2022, se aprecia un aumento de 400 a 455 hospitalizaciones diarias por millón de contagiados en el país nortamericano, números que complejizan y saturan aún más el sistema de salud.
Pero, si existen vacunas para prevenir situaciones críticas en caso de contraer el Covid-19, ¿por qué Reino Unido, Francia e Italia lograron disminuir la tasa de hospitalizaciones y Estados Unidos no? Los expertos detallan varios motivos.
El epidemiólogo y profesor especializado en salud global de la Universidad de Syracuse en Nueva York, David Larsen, aseguró en una entrevista con la BBC que las razones tienen un trasfondo tanto cultural como sistémico y estacional. A pesar de que “la población en Estados Unidos tiene una estructura de edades similar a la de Europa, también esta es menos saludable”.
Según relató, las altas tasas de hipertensión y obesidad en el país norteamericano aumentan considerablemente el riesgo de entrar en un estado crítico en caso de contraer el virus. Un factor al que también se le suma que la llegada de la variante Ómicron fue en plena temporada de invierno, “cuando sabemos que más personas se reúnen en interiores y hay más transmisión”.
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Por su parte, el profesor asociado en el Departamento de población y ciencias de la salud cuantitativa de la Universidad Case Western de Ohio, Mark Cameron, añadió más factores a la ecuación en una entrevista con el citado medio. Según él, la desigualdad en el acceso a la atención médica y la hostilidad de los estadounidenses ante las medidas preventivas convierten al país en “una tormenta perfecta” de Covid-19.
Si se revisan las cifras de Our World In Data de la Universidad de Oxford, se puede apreciar que solo un 63% de la población en Estados Unidos está completamente vacunada, mientras que Reino Unido presenta un 71% y Francia e Italia figuran con un 75%. A eso se le suma la resistencia para no usar mascarillas en varias comunidades y sectores del territorio, un factor que ha aportado al colapso progresivo en el sistema sanitario.
El director médico del Morristown Medical Center de Nueva Jersey, Lewis Rubinson, manifestó que reciben “aproximadamente el doble” de hospitalizaciones que en su punto cúlmine anterior a inicios de 2020, una situación que en palabras del director de medicina hospitalaria de la Universidad George Washington de Washington DC, Juan Reyes, se ve potenciada con que “hay mucho cansancio en los profesionales de la salud y en la población en general”.
“El impacto general en los hospitales por los números absolutos es tremendo. Si elimina incluso un tercio de ellos, sigue siendo una gran cantidad de pacientes que estamos tratando”, sentenció Rubinson.