Y es necesario que viajemos en el tiempo para rememorarlo


Un día como hoy (la verdad fue el martes, perdón) se cumplieron 15 años desde que Madonna, Britney Spears y Christina Aguilera se dieron un beso frente a millones de personas que quedaron escandalizades por un acto mínimamente lésbico que dejó a Snoop Dog aplaudiendo entre una audiencia repleta de celebridades opacadas frente al momento.

Pero las generaciones centenials y más juveniles nunca entenderán el revuelo que causó la presentación porque ahora son mucho más atrevidas como dice mi abuelita, y un pequeño besito entre dos cantantes que conocen poco les provoca, me imagino, indiferencia.

Pero recapitulemos: el año 2003 parece cercano, aunque si hacemos una pequeña -pequeñísima- introspección, podemos acreditar las diferencias notables de este año con el 2018.

En Chile internet no había proliferado de forma explosiva, aunque las familias contasen con un computador que debía compartirse para usar Messenger y Ares. La televisión era un actor importante dentro de nuestras vidas con teleseries que se peleaban una fiel audiencia y si eras una bendición para esa fecha, probablemente pasabas tus mañanas del sábado viendo 31 minutos.

Shakira en el año 2000 somos todos nosotros.

Pero en Estados Unidos las cosas eran distintas y el panorama pintaba muy mal (aunque nadie imaginó que actualmente sería peor con Donald Trump a la cabeza) porque el 11 de septiembre seguía en la cabeza de todos mientras la guerra de Irak se mostraba en vivo por televisión provocando por primera vez, un rechazo hacia la sociedad americana y su estilo de vida imperialista.

Estados Unidos se planteaba sus valores y como nación procuraba ser muy cuidadosa con la imagen que intentaba plasmar fuera de sus fronteras. Pero Madonna siempre ha existido para acabar con eso.

Los VMA del año 2003 tenían dos protagonistas: Beyonce, con su hiper mega hit Crazy in Love y Justin Timberlake con Cry me a River.

ATENCIÓN QUE ESTO ES IMPORTANTE: Cry me a river es una canción que Justin le dedicó a Britney luego de una supuesta infidelidad por parte de ella. Durante la promoción de esta canción, se dedicó a insultarla y ser un hocicón tras revelar que la artista había perdido la virginidad con él.

La prensa se ensañó con Spears y la industria la castigó bastante. Ese año no fue nominada a ningún premio y no se esperaba su presencia dentro del evento. Por eso decidió junto a Madonna parar un poco la misoginia de la industria y sorprender a todos besándose en el escenario.

La prensa estaba tan obsesionada con el rollo Britney/Justin que enfocaron la reacción emputecida de Timberlake en lugar del momento que le correspondía a Christina Aguilera (pero no los culpemos tanto porque a nosotros tampoco nos importó mucho).

Toma eso, Justin.

De hecho, los VMA del fin de semana pasado registraron la audiencia más baja en la historia de los premios. Ni Madonna o Ariana Grande pudieron evitar que una de las ceremonias más entretenidas de antaño se transformasen en una celebración irrelevante.

Por eso es bueno retornar a una época donde los más grandes de la música se codeaban literalmente frente a nuestros ojos. Dentro de la presentación de “el beso”, podemos ver a Beyonce, Eminem, Whitney Houston, 50 cent, Avril Lavigne, Chris Martin y Paris Hilton.

¿Todo un lujo no?


Pero volviendo a la importancia del beso en los medios de comunicación, tenemos dos aristas: la primera, fue demostrar tiempo después cómo el machismo de los medios de comunicación intenta afectar de sobremanera la figura de las artistas femeninas del mundo.

Britney fue asediada hasta el punto de raparse, Madonna de oportunista por aprovecharse de la figura de personas más jóvenes para mantenerse vigente y Christina de irrelevante.

Un comportamiento que 15 años después, sigue vigente (existen titulares que citan a Shakira como la “esposa de Piqué” y eso es imperdonable).

La segunda, dejar de hacer de este mundo un lugar tan pechoño. Si bien el beso no fue una expresión de lesbianismo puro, si aceleró las cosas para que la televisión fuese más permisiva. La caja de pandora se abrió en ese momento glorioso.

Por último, es una presentación sumamente entretenida que nos recuerda una época de mejor música, donde las ahora consideradas leyendas estaban en su peak. Además, Britney. No se necesita agregar más. Puede que su música no te guste, pero debes ser consciente de todo lo que ha hecho y seguirá haciendo por ti (ahya).

La mayoría puede recordar que estaba haciendo en ese momento y la sorpresa que significó ver a la reina y princesas del pop emulando un matrimonio poliamoroso. Yo estaba en mi dormitorio con una madre que miró con reproche a Spears diciendo: “Chuta, pensar que cuando partió era tan señorita”.

Que época, señores. Que gran época.