Tal como prometió Bolsonaro durante su campaña, se redujeron los esfuerzos para la conservación del Amazonas. Según el mandatario de ultraderecha, la preservación del pulmón más grande del mundo es una política que frena el desarrollo económico de Brasil.

Los analistas y encargados de la preservación de la naturaleza en todo el mundo, afirman que a menos de un año del retiro de ciertas políticas proteccionistas y de conservación, la selva ha perdido gran parte de territorio: un 40% en comparación al año pasado para ser exactos.

Proteger el amazonas fue durante décadas la prioridad del gobierno de Brasil, y pese a la explotación ilegal se habían logrado grandes esfuerzos con resultados positivos para frenar la deforestación. Pero hoy todo parecer ser en vano.

La parte brasileña del amazonas ha perdido 3 mil kilómetros tras 7 meses de Bolsonaro en el gobierno. La cabeza de gobierno en Brasil ha retirado medidas medioambientales como las multas, advertencias y la confiscación o destrucción de equipo ilegal que se encuentre en áreas protegidas.

Pero estas cifras no preocupan a Bolsonaro, que las califica como mentiras. Durante una conferencia de prensa a mediados de julio se refirió a la destrucción de la Amazonía como una “psciosis ambiental” y que lo que sucede ahí no le compete a extranjeros.

El presidente brasileño ha minimizado las críticas internacionales a tales posturas con el argumento de que los llamados para preservar esas partes de Brasil son solo un plan global para frenar el desarrollo de su país. Este julio acusó a los líderes europeos de buscar la conservación de la Amazonía porque ellos son quienes quieren usarla en el futuro, según consta The New York Times.

“Brasil es como una virgen cotizada que todos los pervertidos desean”, afirmó  en esa oportunidad.