La historia de una caótica pelea masiva como de dibujos animados post tocata de Supernova en la Open Blondie, al ritmo de Vengaboys y Voodoo Zombie.

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Quizá la fiesta más clásica de Halloween es la que se celebra en el Club Hipico y se llama Open Blondie. Ahí es donde los personajes más darketones de Santiago, y probablemente también de regiones, llegan con sus disfraces a carretear hasta quedar como unos verdaderos muertos vivientes.

Y tal vez uno de los actos que más veces se ha visto en esa fiesta es el show de Supernova, de hecho parte del grupo, una fusión entre la alineación “clásica” y la “nueva” (que a estas alturas de la vida no es taaaaan nueva) estarán hoy, 2016, en la misma fiesta.

Esta historia ocurre, según explica Elisa Montes desde California, donde actualmente vive buscando internacionalizar la carrera de su banda Slowkiss, aproximadamente el 2008. Por ahí. “No me acuerdo exactamente, pero por ahí fue”, dice.

“Todo empezó porque Pato Hado (productor de las fiestas Kitsch, muy ligado a la Blondie) nos pidió un show exclusivo de Supernova para la Open Blondie en el club hipico. Muy buena plata y un público como de 8.000 personas. Acepté con la condición de hacerlo pero con mi banda, que en ese momento era Espartaco. Invitamos a Leo Saavedra (Primavera de Praga),preparamos la mega produccion y armamos el show”.

“Tocábamos con Lucybell y Voodoo Zombie. Lucybell abría y después veníamos nosotros. Había que compartir camarín pero daba lo mismo porque con LB habíamos compartido escenario muchas veces y nos llevamos muy bien”.

“La cosa es que fue un gran show, quedamos mega prendidos y con la adrenalina por las nubes, así que llegamos al camarín y arrasamos con todo el catering. En poco rato estábamos aun mas hipper”.

“Los Lucybell ya se habían ido así que solo estaban los Voodoo Zombie. Se estaban vistiendo y preparando arduamente su indumentaria zombie. Al vernos tan excitados nos pidieron abandonar el camarín”.

“De primeras encontramos un poco rara la petición, especialmente porque las otras chicas querían descansar y tomarse algo piola con sus familiares y amigos. De hecho la Coni estaba embarazada. Pero como estábamos tan de buenas accedimos y nos instalamos justo afuera del camarín, entre una escalera y una barra que no estaba siendo usada. En total eramos un equipo de 12 personas, además de algunos amigos que fueron a ver el show”.

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“No quedaba mas remedio que prenderse y bailar. En eso estábamos cuando Lechuga, nuestro bajista, se subió a la barra y enardecidanente comenzó a bailar a lo go-go el Vengabus de Vengaboys. Full tecno, con movimientos de lo más atrevidos, la energia se desbordaba por sus poros y nosotros estábamos felices. Al parecer nuestra efusividad y alegria molestó a los guardias del recinto quienes en pocos minutos fueron a pedirle que bajara de la barra”.

“Lógicamente, esa petición solo hizo que bailara mas desquiciadamente mientras todos lo alentábamos en círculo abajo suyo. De repente miro hacia atrás y me doy cuenta de que estábamos completamente rodeados por un contingente de guardias. Luego empezaron a reducirnos muy violentamente. Nosotros respondimos de la misma forma y se armó una mocha circular descomunal. Igual que en los dibujos animados”.


“Entre tanto yo intentaba explicarle a uno de los gorilas gritando con la música de fondo a todo volumen que nosotros eramos los artistas que acabábamos de tocar, pero no pasó nada. Realmente nos terminamos sacando la chucha. Los estábamos masacrando cuando con el revuelo apareció el productor y logró calmar la pelea y neutralizar a los guardias, pero muy muy enojado”.

“Atravesamos todo el Club Hipico encontrándonos con varios de los guardias quienes querían seguir peleando mientras buscábamos con el productor a alguien que nos diera una explicación. Mientras tanto se escuchaba tocar a Voodoo Zombie atrás, nunca tuve la oportunidad de agradecerles por el tremendo problema que nos provocó el que nos echaran del camarín que era para todos. Fue un Halloween inolvidable”.