Por qué creo que en el fondo el Año Nuevo no tiene ninguna gracia

No pasa nada si no “partes el 2017 con todo”, total tienes 365 días más para “empezar de nuevo”, que no incluyan vómitos, el peligro de ser atropellado por un borracho, y llamadas humillantes a tu ex.

No importa si normalmente en tu familia el silencio pasivo agresivo corroe tu corazón cual soda cáustica, el 31 llega en su totalidad y tu mamá los mira a todos con cara de LO VAMOS A PASAR SÚPER BIEN, mientras le sangra un ojo por el último derrame ocular que sufrió producto del estrés.

Me encantaría emocionarme antes y durante cada Año Nuevo. No es que no ponga de mi parte y me encierre en mi pieza, de verdad he intentado pasarla bien como todo el mundo. Incluso me he visto en Valparaíso a las 3 de la mañana, copete en mano, dando vueltas en busca de la diversión. Nunca la encontré. ¿Soy una persona miserable que no conoce la felicidad? Quizás. Pero dejemos claro que Año Nuevo es solo una día más, con la única diferencia de que todo el mundo está borracho y gritando, puedes carretear hasta más tarde y hay un 300% más de chances de que te atropelle un borracho.

La creencia de que tu vida va a cambiar

Los humanos necesitamos millones de símbolos que nos hagan sentir que nuestra existencia en este extraño mundo tiene sentido. Una de ellas es creer que el 31 de diciembre a las 00:00 las energías, el tiempo y el mundo cambian. Realmente nunca he entendido bien qué cresta cree que la gente que pasa, pero “algo” cambia. Por eso tienes que partir feliz, bonito, con la guatita llena y un abrazo. La gente cree que la noche de Año Nuevo es el momento en que los sueños se hacen realidad. También se cree que dependiendo de qué tan bien lo pases durante la noche, te irá bien todo el siguiente. Patrañas. El tiempo, las fechas y los meses son una invención humana y al universo le importa un reverendo pico que nosotros hayamos dicho que un día x de un mes x todo empieza de nuevo. Para el universo es un día más en su larga lista de días así que preocúpate de no arruinarlo todo porque al día siguiente serás el mismo ser miserable que eras hace unas horas. Y sí, puede que lo sigas siendo los 365 días que aún quedan.

Hay que ver a la familia

Hay personas que no tienen buen ambiente familiar. Si eres afortunado y amas a todos los miembros de tu virtuosa familia y cada excusa para verse se aprovecha y disfruta, me alegro mucho por ti. Sin embargo, hay mucha gente que se deprime durante las festividades solo por tener que lidiar con sus queridos familiares. Si eres de aquellos que en el fondo detesta a su familia y no estás de acuerdo con el 90% de las cosas que salen de sus conservadoras bocas, en vez de intentar iluminar a todo el mundo con una aceituna en la boca, mejor guarda silencio y evita involucrarte mucho en las conversaciones. Sí, es normal que te de rabia que tu papá diga que este país, estandarte de la ilustración y las buenas costumbres se esté arruinando debido a los inmigrantes. Hay otros días para convencer a tu papá de que es un fascista ignorante. Mañana tan solo comete la aceituna sin atragantarte.

La borrachera colectiva

No sé por qué existe la creencia de que la felicidad colectiva es sinónimo de gente borracha invadiendo las calles. Hay gente que cree que Año Nuevo es como un día de purga y todo es posible. Es de los pocos días (aparte del 18)  en que los pacos te andan cuidando por andar curado. Hay un ambiente festivo en todos lados y a veces pareciera que son 12 horas en que puedes matar o morir y a nadie le va a importar. Todas estas razones me suenan como una pesadilla, pero a mucha gente le encanta y aunque no quiera los respeto. No los acepto ni los comparto, pero los respeto.

La supuesta imposibilidad de quedarse en la casa

Si no compraste la preventa del carrete o todos tus amigos se fueron a la playa y no te invitaron, al parecer tienes dos opciones: quedarte bailando cumbia con tus familiares y avergonzarte por los chistes verdes de pésima calidad de tu papá o ver tele con tus sobrinos chicos. Hasta la pachanga más rancia suena más emocionante. Pero no te dejes presionar: cúrate solo y quédate viendo Netflix, total, no sería la primera vez que lo haces.

Las altas expectativas que terminan en decepción

Todo el mundo se viene preparando hace semanas para pasar la mejor noche de sus vidas. Año Nuevo es un buen día para carretear hasta no poder más sin que los pacos o tus vecinos arruinen la diversión. Pero eso es todo. Creer que te vas a comer a esa persona que jamás te ha mirado solo porque gastaste 50 lucas en la entrada a la fiesta no es realista. Año Nuevo siempre se siente como una decepción porque nos hacen creer que nadie jamás se ha aburrido y eso es una gran mentira. Siempre estaremos dando cara los miserables que no nos podemos divertir  de la misma manera que las personas sanas mentalmente.

No es terrible no pasarlo taaaan bien para año nuevo (taaan bien como parece pasarlo todo el mundo). Es una noche como cualquier otra solo que con unas expectativas exageradas. No te sientas mal si normalmente te has visto a las 4 de la mañana tratando de encajar en lugares o situaciones decadentes pero sin sentir el espíritu festivo en tu interior. Año Nuevo es perfecto para la gente que le gusta tomar mucho copete, Valpo o la pachanga (o todas las anteriores). Si eres un ser más calmado, algo asustadizo y tiendes a sufrir de ansiedad, tómate este día como cualquier otro. No pasa nada si no “partes el año con todo”, total tendrás 365 días más de oportunidades para “empezar de nuevo” que no incluyan vómitos y llamadas a tu ex. O quizás sí.

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