Rafael Garay, protagonista de una de las historias de éxito, mentiras y derrumbe más impactantes que ha visto la tv chilena dio una entrevista a Revista Sábado y por el Mundial capaz pasó medio colada.

Por alguna razón todos han sido criados para obtener el mayor éxito en sus vidas. Todos quieren el dinero, la fama, las luces, las portadas y los flashes acariciando sus rostros como relámpagos en una tormenta de prensa.

Rafael Garay descubrió su rostro en la pantalla, se dejó fotografiar por la fama y transformó su vida en un ciclo de mentiras que terminaron con él en la cárcel, con su salud mental en declive, sus ahora ex amigos estafados, y sin poder estar presente en el nacimiento de su hijo.

Todo este cúmulo de sensaciones posicionó la figura de Garay en un objetivo con una historia lo suficientemente contundente para hablar de ella. Tanto así que fue el protagonista de uno de los episodios de Grandes Pillos de Chilevisión.


Tal como termina el episodio de documental ficcionado, con el hijo de Claudia Di Girolamo, Antonio Campos, protagonizando a Rafael Garay en el alza y caída de su carrera como autodenominado economista, recorriendo canales de televisión, quien ahora ve sus días pasar en una cárcel, recogiendo papeles con excrementos de sus compañeros presidiarios. Atrás quedaron los días de compras de Mercedes-Benz, de viajar por el mundo y de bailar entre el éxito de unos minutos por televisión en vivo.

Desde la cárcel, Rafael Garay, dio una entrevista donde conversó con los periodistas de la revista Sábado. Estas son los puntos más importantes.

Chv

La fuerza del dinero

Antes de cumplir los 8 años de edad, Rafael Garay, gozaba de un buen estado económico con su familia. Su padre lograba mantener una enorme casa en Concepción que hasta constaba con una cancha de tenis. El tiempo pasa, la situación no lograr alargar las comodidades y es Garay quien debe presenciar cómo se van desvaneciendo todos los recuerdos de su infancia. Su casa se fue dividiendo hasta que ya no fue su casa, la cancha fue vendida y para el 2007 la situación ya no se podía mantener. Su padre perdió todo a raíz de las deudas que adquirió.

Todo lo que es relacionado a la plata, al éxito, a lo que yo le di tanta importancia, no tiene ninguna ahora.

Rafael Garay

Salud mental y alcohol

Desde pequeño ya comenzaba a sentir en su físico el drama al que se venía enfrentando, desde incluso -como cuenta- antes de nacer. Sufrió de úlceras, problemas al colón y dolores estomacales antes de cumplir 12 y hasta más allá de la universidad.

Los problemas económicos con los que convivió gracias a su padre le dejaron una marca en sus relaciones personales. Necesitaba sentir a alguien más, sentirse con más gente, al lado de de alguien con quién conversar, incluso si eso significaba tener que hablar con los guardias de algún club o con los encargados del bar. Describe incluso, que en ocasiones llegó a tener a quince personas del personal sentados con él.

El 2007 fue el año en el que se diagnosticó a Garay con Trastorno Límite de Personalidad. Este trastorno límite de la personalidad, según MedlinePlus, “es una afección mental por la cual una persona tiene patrones prolongados de emociones turbulentas o inestables. Estas experiencias interiores a menudo los llevan a tener acciones impulsivas y relaciones caóticas con otras personas”.

Esta evaluación fue un secreto por muchos años. Garay no quiso replicar la situación con un círculo más grande. Pensó que lo mejor sería resguardarse en sus amigos.

A los 16 años, en un juego con sus compañeros, conoció el alcohol desde otro punto de vista, haciendo de él uno de sus compañeros de vida social e íntima.

Cuando uno es adicto, uno aprende a mentir a proteger sus instancias de consumo. Había muchas veces que yo daba una entrevista en vivo, súper exitosa en televisión a medianoche, pero yo no me iba para la casa. Me iba a tomar y llamaba a mis amigos.


Fuga europea

En medio de las polémicas por estafa, sus amigos exigiendo explicaciones, la necesidad de devolver el dinero, Garay se fuga a Europa y pasa sus días allá, perdiéndose entre el alcohol y la soledad, sin responder llamados, sin dar explicaciones hasta que en un momento envía una carta que confiesa, haber escrito en estado de ebriedad, en la que redactó “puras hue…”.

La idea de emigrar al primer mundo tenía estricta relación con cometer suicidio lejos de su pareja.

En abril del 2011 luego de que uno de sus más grandes amigos se ahorcara, Garay pensó en lo mismo. En total, fueron tres las veces en las que intentó suicidarse. Uno de estos, inyectándose 15 ampollas de insulina.


París, mon escroc

A París llegó a caminar, a estar solo y descansar de todo. Meses antes de decidir hacer un tour de despedida -persistente en su tarea de acabar con su vida-, había visitado la capital francesa para tratar su falso cáncer, en el Hospital Gustave Roussy.

Conoció a una mujer rumana en un club japonés. Se consiguió el teléfono, le escribió por WhatsApp. Ella tenía un matrimonio en Italia, él estaba en País. Todo coincidió para verse. La mujer en cuestión, Marya Runcan.

Con ella se subió a un auto y desde París fueron en busca del destino final, Rumania.

La idea de estar en Rumania era para que no me encont…, para que mi pareja no encontrara mi cadáver acá, porque ella ya tenía guata visible de su embarazo, y bueno, no quería, nomás.

Se intentó matar, estaba a punto de hacerlo, dice. Trató de llenar algunas jeringas con morfina. En eso entra Runcan, lo descubre y amenaza con inyectarse ella también. Entre forcejeos, abandona la idea. Pasaron los días.

Rafael cae en la prisión rumana. 23 horas al día encerrado, todo el día con la luz encendida.


Rafael tiene un libro con más de 300 páginas, listo para ser editado luego de salir de la cárcel.

Yo creo que al comienzo voy a enfrentar harta hostilidad.

Los periodistas le preguntan, al terminar la entrevista. “Perdón por la insistencia: ¿Todo esto pasó realmente? ¿No hay nada inventado?

  • Cien por ciento verdad.