“Hablamos de des-generamiento colectivo y político, porque es desde esa premisa que la obra se propuso el trabajo ideológico en el habitar de sus corporalidades. No deseando trabajar precisamente sobre el género, propuse trabajar a partir del desgénero“, explica Oreallana.
“Orgiología” problematiza y celebra el contagio escénico, la libertad sexual, el erotismo, y los encuentros corporales des-generadamente, a través de una investigación que ha cruzado laboratorios somáticos y el estudio crítico de la historia de la sexualidad occidental y sus manifestaciones culturales.
Creada por un grupo de artistas e investigadores -provenientes de la danza contemporánea, el teatro, la performance, la música y activismos de disidencia sexual- que ejercitan formas perversas de experimentar los afectos y el placer por fuera de lógicas heterocentradas.
A través de una creación colectiva que toma riesgos se escribe una caligrafía corporal con diversos cuerpos, una trans-escena que transgrede las fronteras de los saberes escénicos que contiene, celebrando el contagio y la emancipación entre diversos cuerpos y lenguajes escénicos.
Orgiología, es una palabra creada para esta investigación; una invención. Se inspira filosófica y estéticamente en las celebraciones orgiásticas paganas grecolatinas y precolombinas, en la postpornografía, los placeres sádicos y las escenas del infierno donde sodomitas y prostitutas e incineradas.
En esta obra, reconocemos una historia de los cuerpos, sujeta a múltiples opresiones, y la importancia de la liberación sexual que hoy, como ayer, sigue reclamando su autonomía.
Paula Sacur, es investigadora y creadora en danza contemporánea. Sus trabajos se han presentado dentro y fuera de Chile. Se ha especializado en BMC (Body Mind Centering/ Anatomía vivencial aplicada), y recientemente fue becada por la OEA para realizar estudios en Brasil. Ernesto Orellana, es investigador, docente, creador en teatro, director de Teatro SUR, activista en el Colectivo Utópico/Universitario de Disidencia Sexual (CUDS). Sus trabajos se han presentado dentro y fuera de Chile y se han centrado en torno a violencias políticas y sexualidades Kuir (Queer).
Orgiología, también, funciona como una propuesta adelantada de prácticas sexuales aterrizadas a un contexto político kuir. Se presenta como una obra desmarcada de las prácticas normalizadas, es una revuelta, un acto de rebeldía y un quiebre permanente, una pregunta imposible de evitar, una revolución genital que entiende todos sus órganos y los invita a participar constantemente en relación al ejercicio del deseo, el gusto, el placer, el orgasmo.
El cuerpo desnudo
Cuando pensamos en cuerpo en Chile es imposible no pensar en la obra de Carlos Leppe, Raúl Zurita o Diamela Eltit, en Jorge Díaz y Johan Mijail. Orellana propone una mirada sensible y crítica del desnudo, de los cuerpos, de su uso y de la contrasexualidad como eje postpornográfico.
Conversamos con Ernesto Orellana, y esto fue lo que nos dijo.
¿Qué podemos esperar de una obra escénica como orgiología?
El encuentro sensible y crítico con un colectivo de cuerpos desnudos y desnudas que se tocan, se sobajean, se cruzan, se relacionan y se pierden en un devenir promiscuo de sexualidades diversas, corporalmente diferentes, cada una y uno con personalidades que agitan imaginarios sexuales múltiples.
La obra quiere desordenar las hegemonías sexuales del marco de lo común y sus naturalezas arbitrarias, jerárquicas y coloniales.
Orgiologia es una obra que transita entre la danza contemporánea y la performance. Por tanto aquí son los cuerpos, sus universos internos, somáticos y texturas físicas las que lenguajean y construyen significados y estéticas. Orgiología es el estudio de la Orgía.
La Orgía, en su definición primaria quiere decir cualidad de la agitación de las pasiones. La invitación es precisamente esa, agitarse en sus pasiones sexuales, en sus maneras de afectarse sexualmente, más allá de lo que conocemos como sexualidad en el marco de un contexto chileno profundamente heterosexual, normado, machista y conservador.
¿Qué cuerpos veremos en escena?
Cuerpos diversos, danzantes y performers, blancos, morenos, gordos, flacos, andrógenos y mestizos. Cuerpos que trabajan sus propias corporalidades en sus contextos artísticos y estéticos. Cuerpos que transitan por diferentes imaginarios sexuales, y que, en el devenir mismo del proceso han profundizado en sus propias prácticas sexuales.
Desde la disidencia sexual problematizas el des-generamiento colectivo y político, problematizas el sexo, los cuerpos, en el teatro con danza contemporánea. ¿Cómo, entonces, estructuraron los diálogos en el proceso de creación de esta obra?
A mí me interesa pensar y habitar la escena como un campo de desplazamientos continuos. De un tiempo a esta parte las categorías identitarias de las artes escénicas y sus fronteras naturalizadas me generan mucha incomodidad.
Me gusta contagiarme artísticamente de muchas cosas, materiales, referencias, espacios, artistas, autores, políticas. Me gusta pensar la imaginación sin límites genéricos.
Por otro lado, mi homosexualismo de carácter crítico y vinculante a la izquierda no tradicional, el activismo y los feminismos que me implican, me ha enseñado a pensar los cuerpos y sus sexualidades de formas autónomas, imaginando alternativas a lo normal, a lo establecido, al canon.
Hablamos de des-generamiento colectivo y político, porque es desde esa premisa que la obra se propuso el trabajo ideológico en el habitar de sus corporalidades. No deseando trabajar precisamente sobre el “género”, propuse trabajar a partir del “desgénero”. Es decir que el género, esa construcción cultural que organiza a las sexualidades en corporalidades y subjetividades determinadas por identidades fijas, se emancipara, cómo, a partir del desborde del género.
Desbordar el género significa no obedecer sus normas, y sobrepasar sus límites.
Esta es una obra de ficción. Y el poder de las ficciones es que nos ayudan a imaginar el mundo real. Y decirnos a veces que aquello que consideramos real no lo es tan. Nada es tan real como creemos que es. Y a veces las ficciones pueden llegar a ser incluso más reales que lo real. La performance y la danza comparten una tensión exquisita en esto, una temporalidad corporal ritualizada en el marco de la ficción que es real, carnal.
Lo que trabajan los danzantes y performistas en la obra es eso, cómo afectarse libremente desde sus lenguajes expresivos/artísticos en un tiempo que les permite corporalizarse sexualmente en búsqueda de mayor libertad.
La danza contemporánea tiene una cualidad muy bella, que yo, desde el teatro siempre he admirado y valorado mucho, esa capacidad de generar palabras, significante y lecturas desde los cuerpos, en donde la razón pasa desde un lugar menos jerárquico, más somático, más presencial y sensitivo.
No digo que las palabras no puedan generar eso. Yo también me desplazo a ratos como dramaturgo y creo en el poder de la palabra. He aprendido a leer el mundo también por libros y hermosas teorías. Pero si pienso hoy que nuestras formas del pensar están siendo, a veces, muy cartesianas, muy jerárquicas, muy formales.
Los estudios culturales han colaborado mucho a desordenar nuestras formas de leer y pensar. Eso lo saben muy bien, intelectuales feministas como Nelly Richard en su admirable insistencia en transitar diferentes espacios críticos de la “cultura”.
La danza, que para mi es poesía en movimiento, puede ayudarnos a pensar de otra forma, y esa forma es precisamente radicalmente corporal, allí yo veo una oportunidad, un territorio maravilloso. Y creo que hoy, ante tanto dogma, nos falta otras formas de encontrarnos con la poesía.
¿Qué lecturas activistas hay en Orgiologia?
El vínculo entre artes y activismo es algo que para mí es fundamental hoy. Porque me interesa que la obra artística en sí misma sea un espacio de activación de imaginarios culturales (estéticos y políticos).
En Orgiologia, el desborde del género, la desaparición de esa norma sexual en tanto todas y todos en el espacio escénico no se relacionan desde ese espacio normado, sino desde el placer del tocar-se, afectarse, y sentirse.
El trabajo con el desnudo, literalmente sin ropa, en un contexto que obliga a taparnos constantemente y que ve al desnudo como algo “inmoral”. Los desnudos hoy están en disputa.
El desnudo artístico, creativo que intenta generar lecturas y espacios de producción de sentido sensible y crítico, son castigados por el universo virtual de la misma forma que el desnudo de las violencias de explotación sexual. Si no somos capaces de diferenciar cómo mirar los desnudos y apreciarlos es porque algo está muy, pero muy mal. El desnudo hoy se castiga en todos sus sentidos. Nos obligan a privatizar nuestros cuerpos.
Las prohibiciones sobre el desnudo provienen de mentes corporativas muy conservadoras que no desean que se desborden sus privilegios heterosexuales dominantes. En sus cómodas oficinas deciden qué se puede o no ver. Han creado drones, algoritmos que funcionan como cámaras de vigilancia que constantemente nos están censurando. Allí ya hay todo un universo de politización.
También en la obra hemos trabajado a partir de lo que llamo “otredad genital”. No deseando que se convierta en una obra fálica, porque verdaderamente estoy cansada de lo falocéntrico y toda esa mierda de la masculinidad dominante e ideal, nos concentramos en trabajar a partir de dos órganos genitales que no acostumbramos a observar, y sin embargo los ocupamos mucho, hablo del ano y la boca.
Todos y todas tenemos ano y boca, todos y todas las utilizamos para generarnos placer y expulsar nuestras mierdas. Esos órganos que además están conectados entre sí por sistemas orgánicos internos del cuerpo, fueron los pilares físicos que permitió construir personalidades corporales muy particulares.
En definitiva son estos significantes que provienen de los cuerpos, los que yo vinculo con lecturas activistas feministas, porque lo que intentan es activar imaginarios sexuales alternativos a lo normal, y por sobre todo, a la hegemonía de la heterosexualidad.
Próximas funciones
Agosto-Septiembre
Lugar: Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM)
Ciudad: Santiago
País: Chile
Fechas: del 30 de agosto al 8 de septiembre, de jueves a sábado
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Ficha artística
Dirección: Paula Sacur – Ernesto Orellana
Intérpretes/Autores: Georgia del Campo, Cristian Hewitt, Irina Gallardo, Nicolás Sandoval, Andrés Millalonco, Francisca Espinoza, Alexandra Miller
Diseño Visual Integral: Jorge Zambrano
Composición Musical: José Miguel Candela
Asesoría teórica: Cristeva Cabello
Asistencia de Iluminación: Fernanda González
Producción: Daniela Moraga