Una lista definitiva e incuestionable.

En el cuarto episodio de la quinta temporada de “Billy on the Street”, el presentador corrió por la calle preguntándole a la gente si estaba de acuerdo si actualmente estábamos viviendo la era dorada de la televisión. Si bien el sketch tiene su buena cuota de absurdo con personajes sacados del inconsciente popular (“Myspace Tom”, “Tinder flame”, “NBC peacock”, entre otros), la aseveración de la golden age de la TV suena más cierta que nunca.

Desde la consolidación de Netflix como el gigante del contenido (y para que mentir, dueño absoluto de nuestra decisiones como espectadores), pasando por la imposición de las series cortas (pocos episodios, más enganche), el 2016 fue un año especial para el formato que más consume el planeta.

Algunas opciones podrán parecer obvias, pero aquí te dejamos las cinco series y las razones de por qué cambiaron la mente de muchos:

Stranger Things

La nostalgia, como recurso comercial, pisó fuerte este año. Nintendo sacó una consola inspirada en la ochentera Nintendo Entertainment System, MTV va a tener un canal dedicado exclusivamente a su contenido original de los 90 y sacaron un remake de Ghostbuster con cast principal de mujeres. Dentro de la misma categoría entra “Stranger Things”, lanzada el 15 de julio. Y la reacción del público fue automática, corriéndose la voz de lo entretenida y el sentimiento vintage que entregaba. Creada por los hermanos Matt y Ross Duffer, “Stranger Things” cuenta la historia de la desaparición de Will Byer (Noah Schnapp) en el ficticio pueblo de Hawkings, en un tributo claro al horror de John Carpenter, la magia de Spielberg y tantos otros éxitos amados de los 80. La serie favorita de las redes sociales de este año marcó el regreso de Winona Ryder a nuestras pantallas y el descubrimiento de que un grupo de niños talentosos si pueden llevar la batuta de una serie para adultos.

The Get Down

Es una de las propuestas más arriesgadas del año. No en términos de trama, sino que en formato. “The Get Down” no parece una serie, pero lo es. Está separada en capítulos, de entre 53 y 93 minutos, pero es, finalmente, una película televisada. El primer acercamiento del maestro de lo rimbombante a la TV lo llevó a producir una serie  con Netflix, que será entregada en dos partes. “The Get Down” es una extravagante oda a los 70 en New York, cuya historia está arraigada en el nacimiento de uno de los géneros musicales más exitosos de la historia: el hip-hop. El lugar: el sur del Bronx, sumido en una crisis que es a su vez el mismo reflejo de una ciudad cuyo índices de delincuencia y asesinatos eran estratosféricos. La serie de Lurhmann le pega directo a la nostalgia pero más por el lado de la historia, tanto de los habitantes más relegados de la Gran Manzana como a los inicios urbanos del rap.

Atlanta

Sí, amamos a Donald Glover. Nos encanta cualquier faceta que elija ser y no podemos negar que Atlanta dio la nota alta con respecto a la comedia. Una declaración de principios a que es ser negro en una ciudad que no es ni Los Angeles ni New York, sino que Atlanta. Creada , escrita y protagonizada por Glover, revela las frustraciones de la vida adulta y la extraña búsqueda de la vocación bajo situaciones adversas. La serie toca temas centrales en la cultura estadounidense y mundial, como la brutalidad policial, los derechos LGBTI, porte de armas, la influencia de la música rap en las niñez y más. Son 10 episodios los que componen la primera temporada de, con una estética simple pero llena de planos generales que capturan la belleza de una ciudad desplazada. La música también merece atención, ya que la trama se desarrolla entorno a esta y que puede ir desde el soul, el R&B y el hip-hop, sonidos de la cultura de color.

Love

Otra alumna de Community que llegó a los protagónicos de la comedia. Gillian Jacobs es Mickey, una joven intoxicada por la idea del amor romántico que conoce a Gus (Paul Rust), quien comparte la misma obsesión. Para aquellos que buscan la típica romcom de Hollywood, “Love” lo es y no lo es al mismo tiempo. El concepto es que ambos personajes tienen sus defectos a vista de todos, menos de ellos mismos; ella es insegura, autodestructiva y él es igual de inseguro, le encanta engañarse y tener una actitud pasivo-agresiva ante la vida. Están destinados al fracaso. Pero la idea es ver como ambos navegan entre la relación fallida y la aceptación de que ambos, a pesar de todos, son seres humanos que quieren y necesitan amor. De productor de Girls (y director de exitosas películas románticas como “Vírgen a los 40” y “Trainwreck”) pasó a la creación de su primer bebé en formato TV para Netflix, a “Love” se le ama o se le odia, pero se ve completa de corrido porque es divertidamente adictiva.

Westworld

Desde “Game of Thrones” y “Girls” que HBO no hacía realmente ruido en la industria televisiva. La magia por la cadena de cable parecía haber llegado a un punto de confianza total con los espectadores, por el tipo de contenido que genera. Todo esto se remeció cuando estrenó “Westworld”. El western de ciencia ficción exuda dinero por dónde se le vea, como una superproducción digna del cine. Con un cast de lujo (Evan Rachel Wood, Anthony Hopkins, Jeffrey Wright, James Marsden, Ed Harris, entre otros), dirección cinematográfica, locaciones espectaculares y trama existencialista se hace difícil sacar la vista de la pantalla. Es también, a pesar de los predecible que han sido ambos géneros que definen la serie, imposible de definir. Jugando con el sentimiento de alienación extrema y la fragilidad del ser humano, que también logra “Black Mirror” (que no entra en esta lista sólo porque nos enfocamos en nuevos lanzamientos y no en continuaciones de temporadas), sigue la tradición que comenzó con clásicos de la literatura como “Un mundo feliz” y “1984”, que demuestra que el futuro (o una acercamiento fantasioso a este) es una forma de entender nuestro presente.