Olvida todo lo que te han dicho –estas comidas sanas no te ayudarán tanto a esculpir la figura como crees.
Cuando recorres el pasillo de los alimentos light o diet, sientes que has llegado a la tierra prometida de la pérdida de peso y que ahí encontrarás lo que necesitas para lograr tu peso ideal. Ojo, como nos dicen los más viejos, no todo lo que brilla es oro y no todo lo que promete hacerte bajar de peso efectivamente lo hará.
Si los productores de alimentos de verdad quisieran mejorar tu salud, sí pasaría. Sin embargo, su propósito no es que los consumidores seamos más sanos, sino que hacer dinero. Empaquetar alimentos y etiquetarlos como “saludables”, “inteligentes” y “naturales” es una forma fácil de conseguirlo. Desafortunadamente, aparte de vernos la cara para hacernos comer algo que no es más sano que lo que estás intentando evitar, esas etiquetas pueden hacerte comer aún más. De hecho, en un estudio de la Universidad de Pensilvania, descubrieron que a mayor cantidad de productos saludables compran quienes están a dieta, más comen y menos se ejercitan. Entonces, es más probable que este tipo de comidas tengan más calorías, grasa y contengan otros aditivos químicos que tu otra dieta no contenían.
Más aún si andas como loco tras estos 11. Lamento decirte que podrían estar en tu contra.
Los jugos y smoothies
“Aunque contengan nutrientes como vitaminas, minerales, antioxidantes, los jugos –incluso los verdes- tienen demasiada azúcar. El proceso de exprimir le quita toda la fibra a las frutas y a los vegetales que nos ayudan a sentir saciedad y condensar una gran cantidad de azúcar en una pequeña botella que se bebe de una sentada”, nos dice la nutricionista Rania Batayneh, M.P.H. autora de The One One One Diet: The Simple 1:1:1 Formula for Fast and Sustained Weight Loss. Si quieres solo beber una botella de jugo o un smoothie, primero revisa la información nutricional y asegúrate de que no tenga más de 15g de hidratos de carbono por porción, dice Kari Ikemoto, R.D., una dietista del grupo médico HealthCare Partners en California del Sur. Idealmente, solo debiera ser de una fruta, el resto debiera ser de vegetales.
Los chips de vegetales
Si tus chips de zanahoria son de zanahoria y tus chips de betarraga son de betarraga, eso es una cosa. Aunque pasa que a veces no es así. Estos alimentos a veces solo son chips de papas con algún saborizante de vegetales. “Fíjate en los ingredientes para corroborar qué vegetales estás comiendo: los ingredientes se enlistan en orden descendiente por peso, entonces, cualquiera que sea el ingrediente que aparece primero, es el que más abunda”. También en las calorías, grasas, sodio, y los carbohidratos cuentan. Muchos chips de vegetales son tan grasientos como las papas fritas que quisieras evitar. También te puede hacer mucho mejor y más saludable (con mejor sabor incluso) hacer tus propios chips. Corta láminas delgadas de betarraga, zanahorias, camote, ponles un toque de aceite de oliva y hornéalas a 200°C por 15 o 20 minutos o hasta que estén crujientes, revela Ikemoto. Agrega algunas hierbas y especias para sabor adicional.
Snacks libres de gluten
“Cuando le extraen a un producto el gluten, le quitan el compuesto que le da lo delicioso, la textura suave del pan, muffins, pasteles, pastas y así. Para compensarlo, los productores agregan extra azúcar, grasas y otros aditivos químicos”, informa Batayneh. “¡Peor aún, este tipo de snacks terminan con más calorías y azúcares que ni siquiera saben bien!” Claro, si eres intolerante al gluten, no debieras comer alimentos con gluten, pero todos deberíamos sacar los productos sin gluten de nuestra dieta mientras sea posible.
Cereales integrales
Es más común de lo que pudiéramos imaginar que los cereales con “granos integrales”, “saludables” no son tan diferente de aquellos azucarados que comías cuando niño. En promedio, los cereales que tienen la etiqueta de grano integral contienen más azúcar y calorías que el resto, según una investigación de la Universidad de Harvard. Como en recomendaciones anteriores, hay que fijarse en la información nutricional. Lo ideal es que contengan menos de 10 gr de azúcar por porción, al menos 5 gr de fibra y salvado. “La fibra del salvado reduce el colesterol, regula el azúcar de la sangre y contiene antioxidantes beneficiosos. Sin embargo, comercialmente producir como almidón, polidextrosa, dextrinas e inulina pudieran no proveer los mismos beneficios como las fibras de planta, como el salvado de avena o trigo”, cuenta Ikemoto.
Barras de proteínas
“Muchas barras de proteínas contienen tanta azúcar como una de caramelos pero con menos gramos de proteínas. Como resultado, estás ingiriendo unos gramos menos de proteína –a veces de fuentes cuestionables- junto con grandes cantidades de azúcar, grasas trans, y otros aditivos“, afirma Batayneh. Obtén proteínas de alimentos completos, como los huevos, la carne, aves, pescados, granos y verduras, incluso después del ejercicio.
Pastas de quínoa
La quínoa es sin lugar a dudas, una comida muy saludable. Contiene menos carbohidratos y azúcares que la pasta común, se empaca con proteínas y aminoácidos esenciales para que tu cuerpo construya el músculo. Desafortunadamente, muchas pastas de quínoa contienen más harina de trigo, un derivado libre de gluten de bajo costo, más que cualquier otro. El resultado: contiene más calorías, más carbohidratos, menos proteínas en comparación a las de trigo. Antes de comprar cualquier pasta de quínoa, busca aquellas que solo contengan harina de quínoa.
Pan multigranos
“El pan multigranos solo indica que tiene múltiples granos. No dice nada acerca del grado de refinamiento”, menciona Batayneh. Los granos refinados han sufrido demasiados procesos, y su salvado y sus gérmenes beneficiosos, la fibra, vitaminas y contenido de minerales que son parte del grano, ya no están, solo quedan los carbohidratos simples que aumentan el azúcar en tu sangre y favorecer el aumento de peso. “Mira aquellos panes que tienen granos enteros, son geniales, asegúrate de que sean enteros así tendrás la mayor cantidad de fibra posible y muchas más vitaminas y minerales.”
Yogures con fondo de frutas
El yogur es saludable, la fruta es saludable, ¿qué es lo que no va bien entonces? Es por culpa de las cucharadas de jarabes con sabor a fruta que le agregan a la misma fruta. Un yogur con “frutas” de 170 gr, contiene 29 gramos de carbohidratos y 24 de azúcar. Lo que es el equivalente de una barra de caramelos. Prefiere un yogur regular y ponle tu propia fruta fresca. Tomará un poco más de tiempo, pero no subirá tus niveles de azúcar y no sentirás hambre 30 minutos después.
Ensaladas procesadas
“Si se trata de nuggets de pollo o una ensalada procesadas, la ensalada diríamos que es lo más saludable, pero no necesariamente es así”, nos concluye Batayneh. Muchas de esas ensaladas que encontramos en restoranes, terminales del aeropuerto y supermercados contienen más de 1000 calorías. Los crutones, el queso y la carne que incluyen son una bomba de sodio, ya que se usa como conservante o para realzar los sabores. Desafortunadamente, encontrarás que estas ensaladas por lo general no incluyen la información nutricional. Si es ese el caso, no la compres. Busca las etiquetas nutricionales para asegurarte de que las calorías ni el sodio estén por el cielo o, aún mejor, prepárala tú mismo.
Dietas vegetarianas
Muchas veces, cuando la gente opta por mejorar su alimentación, decide irse por el camino de un régimen vegetariano y cree que, a la vez, perderá peso. Con esto, podrían equivocarse. Cuando se deja la carne, también se dejan las proteínas de alta calidad que son lo que produce que la sensación de estemos satisfechos y se tiende a consumir una mayor cantidad de carbohidratos, como pan, barras de cereal y otros. Se calcula que las proteínas se digieren en 4 horas, a diferencia de 1 para los carbohidratos. Si decides cambiar a una dieta vegetariana, asegúrate de encontrar sus sustitutivos que se adapten a tus necesidades.
El sushi
Esta comida importada de Japón es una muestra de que la alimentación juega un papel importante en su longevidad, ya que contiene gran cantidad de verduras, pescado, tofu y algas marinas. Sin embargo no podemos pasar por alto que el sushi es en gran medida arroz blanco, sumado a otros aderezos como azúcar, vinagre y sal. Tampoco que las piezas de sushi que consumimos son pequeñas, por lo que tenemos la sensación de que debemos comer para saciarnos. Sumémosle también que más a menudo el sushi que comemos difiere más de la versión japonesa y que tanto nos gustan, el queso crema, el tempura, y todo lo que aguante la creatividad del chef y del gusto de los comensales.