Básicamente, no tengo por qué tolerar la intolerancia.
Por Vicente Gutiérrez.
Tu opinión no es un argumento
Hace un tiempo yo y mi mejor amigo nos dimos un abrazo afuera de mi casa. Un viejo nos increpó: “No se abracen tanto entre dos hombres”. Herví de odio y le grité un buen rato. Cache que vivía en mí mismo edificio. Hice un posteo contando lo sucedido y preguntando qué podía hacer: mi cabecita creyó factible denunciarlo por homofobia y lograr algo. En los comentarios del posteo me llamaron alaraco. El argumento de respetar para que te respeten se repetía harto, ese argumento en que se minimiza la homofobia como si solo se tratase de una opinión diferente. La lógica del sigue con tu vida y todas las opiniones son válidas son las que permiten la naturalización de los pequeños actos violentos que terminan con gays asesinados. Yo no le solicité su opinión al viejo, por lo que él no tenía ningún derecho a dármela. La línea argumental del tolera mi intolerancia se ha repetido harto estos días: la venida del Papa ha traído consigo una gran cantidad de contramanifestaciones; hubo una besatón por la diversidad y varias juntas de gente del movilh, de transexuales, lesbianas y gays. Mi mejor amiga posteo un video dándole un beso a otra niña justo cuando el papamóvil pasaba a sus espaldas. En internet la gente los tacha de provocativos, los crítica por faltar el respeto. Amigos, no. Por culpa de la iglesia nuestros derechos como homosexuales se han visto vulnerados por años de años, no se pongan a alegar si hacemos un poco de show ahora que vino su Papa, es lo mínimo de lo mínimo.
La línea argumental del tolera mi intolerancia se ha repetido harto estos días.
Un invitado que es como esos tíos que uno puede soportar un rato, pero que luego quiere sacar de la casa
El Papa es homofóbico, tenemos derecho a estar enojados, o al menos a sentirnos incómodos con su presencia.
No sé quién diablos inventó que este Papa quiere a los gays. No lo hace: esa noticia de que bendijo a dos homosexuales brasileros que adoptaron es mentira, no lo hemos visto luchando por nosotros, la iglesia tampoco está odiándonos menos. El Papa ha hecho una buena cantidad de dichos homofóbicos. El 2015 declaró que la unión entre homosexuales es un “estilo de vida anómalo, extraño e irresponsable“. También fue uno de los principales opositores a la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo en su país, Argentina.
Su visita, además, se fue desinflando con el pasar de los días. Si bien su llegada fue apoteósica y provocó la excitación propia de una estrella mundial, con el pasar de las horas la importancia de su presencia decantó hasta llegar al penoso punto de que para la misa programada en Iquique los organizadores tuvieron que prácticamente ir a pedirle a la gente que fuera. El broche de oro de una visita que se terminó siendo como esos invitados que terminan incomodando, que uno quiere que se vayan, fue cuando abordado por un periodista sobre su opinión respecto al obispo Barros (investigado como encubridor de los abusos sexuales del cura Karadima, pero invitado a todos los eventos papales), Francisco asegura que no ha visto pruebas en su contra y que todo relato en su contra serían calumnias. Dios-mio-santo.
Derecho, por ende, al menos, a una sana risa
Nelson Pacheco –famoso ex participante de realitys y programas de TV– posteó en su Instagram una foto con una pierna arriba de una figura de cartón del papa, en los comentarios lo atacaron por reírse de alguien que para tantos tiene mucho significado.
¡Dios! Los católicos tienen hecho el mundo a su medida. Les trajeron a su Papa gastando miles de millones y les dieron incluso un día feriado, aunque se supone que nuestro Estado es laico.
Los católicos en Chile están haciendo el mismo ridículo que los cuicos, se indignan porque la gente se burla de ellos, no contentos con ganar en todo el resto y gozar de absolutamente todos los privilegios habidos y por haber.
Mínimo que nos dejen, al menos, reírnos de sus ridiculeces un rato, la tienen siempre muy fácil y nos la han hecho y no la hacen siempre muy difícil.
Bonustrack constructivo: Hacernos apóstatas.
Si estás bautizado te cuentan como católico y te utilizan como excusa para gastar millones en por ejemplo, traer al Papa. Para salirte de ese número, solo debes mandarle una carta al Arzobispado de Santiago explicando tus razones para dejar de ser católico y desbautizarte acá.
Vicente es periodista. Este año publicará su primer libro de no-ficción por Los Libros de la Mujer Rota.