Se echaron Facebook y ojo que probablemente van por Instagram. Se trata de…¡los tíos fachos!

Los baby boomers arruinaron la economía, nuestras ganas de convertirnos en padres y su víctima más reciente se trata de Facebook y a continuación explicaré por qué.

“Encontré una página donde se puede subir más de una foto al día”, exclamé hace 10 años cuando iba en el colegio. Pocos prestaron atención y se rieron bastante por el nombre gringo de la página. Encontraban que la palabra Facebook era siútica y que el sitio no era más que una moda cuica que nunca, pero nunca podría superar a Fotolog.

 

Un mes después la cosa era diferente y se desarrolló como todos sabemos. Todo el mundo tenía Facebook y resultó ser una red social entretenida muy distinta a lo que conocemos hoy en día.

El 2008 el formato era bastante diferente y ante tanto cambio nadie parece recordarlo. Acá van algunos ejemplos para refrescar tu memoria:

El año 2008 Facebook servía para compartir test sobre tu personalidad o posible casa de Hogwarts en caso de que te gustase Harry Potter

No existía la foto de portada, los “me gusta” o algún tipo de reacción personalizada para dar a entender nuestros sentimientos frente algún tipo de comentario.

Nos uníamos a miles de páginas que nunca más volvimos a ver (del tipo “a mi también me gusta Hey Arnold” o “Detesto las guatitas iuu xD”) y que ahora resurgen en nuestras preferencias de Tinder.

Los álbumes se subían a discreción y ahora nos provocan tanta nostalgia como los de verdad

La premisa de Facebook era bastante simple y no lo tomábamos muy en serio. Pero todo cambió poco a poco frente a nuestros ojos sin poder vaticinar lo que vendría, partiendo de forma simple con páginas sobre políticos contemporáneos.

Prototipo de un perfil de Facebook en 2008. Créditos de Time Magazine.

 

La candidatura del primer gobierno de Sebastián Piñera significó un viraje hacia la derecha de un espacio que pensábamos, les correspondía a los jóvenes y el progresismo. Pronto comenzaron a proliferar grupos como: “Michelle Bachelet se te acabó la fiesta” o “A mi también me aburrió el socialismo”.

¿Cómo agarramos tanto vuelo?

Además, ¿Se acuerdan todo lo que webiaron nuestros papás por las webcams durante la época dorada de Messenger? Según ellos, cualquier desconocido podría vernos y se negaban rotundamente a comprarnos una por miedo a vernos envueltos en alguna trama digna de la Rosa de Guadalupe.

Pero al parecer no aprendieron nada por que todo lo comparten de forma pública y sin filtro alguno. Sus memes son viejísimos, aburridos y terminaron por llenar nuestros newsfeeds con fotos de Piolín y frases motivacionales molestas, repetitivas, generalmente sacadas de “El Principito”.

Cada vez menos personas suben fotografías a Facebook (la verdad, cada vez menos personas usan Facebook) y siento que es culpa de nuestros padres, tíos y primos lejanos. Uno ya no puede comentar garabatos sin que salte algún adulto a decir: “hijo cuide ese lenguaje tan educado que se ve en personas besitos”.

La situación es molesta y ahora es normal que varios tengan dos perfiles: uno familiar para no levantar sospechas y otro donde pueden expresar su verdadera identidad como antaño (ahya).

Si bien esta es una columna de opinión, los hechos constantes apuntan a que tengo algo de razón porque cuando Facebook comenzó a jugar a ser un medio de comunicación significó su ruina inmediata.

La imagen de Facebook ahora es terrible. Nadie quiere estar relacionado con ellos -los fundadores de Instagram renunciaron después de despotricar contra la red social y el cofundador de WhatsApp se mostró abiertamente arrepentido de su fusión con ellos-.

Mark Zuckerberg pasó de ser considerado un genio juvenil con su propia película a una especie de Lobo de Wall Street que intenta acaparar cuanta red social aparece (por que sí Mark, tú fuiste el responsable del declive de Snapchat).

Zuckerberg decidió privilegiar la difusión noticiosa dentro de Facebook y hasta ahí no más llegó la época feliz. Los adultos -acostumbrados a los medios tradicionales- recibieron toda la información sin filtro alguno creyéndose absolutamente todas las noticias falsas respecto a cualquier situación (su favorita fue Chilezuela, los votos marcados en favor de Guillier, la inmigración y comprar quesos Colún para defender la “patria”).

Créditos: porsverdad chilena

Lo peor es que comenzaron a agruparse e identificarse dentro de los comentarios de Emol y La Tercera, pasando de ser molestos e incómodos a ser francamente insoportables.

Transformaron Facebook en un lugar fascista al encontrar un espacio donde dar sus opiniones sin que nadie los corrija. Además, lo usan como medio de vigilancia para saber donde andan sus hijos y llenarlos con más memes del año 2010 -porque todo lo descubren con una lentitud impresionante-.

Por favor no se acerquen a Instagram. Si tu mamá comienza a seguirte lo mejor para el futuro de las redes sociales es abstenerte de seguirla también, porque todo parte con ese paso antes de una inevitable expansión hacia el último eslabón de libertad que nos va quedando.