El pasado viernes 19 se realizó el segundo día y la primera noche del festival Sónar. Y esto fue lo que pasó.
Lo primero que hicimos al llegar fue ir a ver la escultura móvil de los hermanos suizos André y Michel Décosterd, la cual consiste en tres “patas” elásticas de seis metro que se van moviendo en base a un mecanismo y dispositivos sonoros, creando la ilusión de que la obra se encontrase viva.
Al ritmo de gritos, bostezos y diversos sonidos “Nyloid” asombraba a todo el público que pasaba junto a ella, los cuales muchas veces llegaban a pensar que podían ser atacados por esta especie de animal bailarín metálico.
Luego se acercaba la hora de ver a “Kiasmos”, banda que personalmente no conocía, pero en su reseña mencionaba que era el nuevo proyecto de Ólafur Arnalds junto a Janus Rasmussen, por lo cual la propuesta era muy tentadora. Así fue como nos dirigimos rápidamente a la sala “David Lynch”, la cual se encontraba totalmente repleta.
Al momento de empezar, el hall se llenó de humo, visuales de nubes y una melodía de piano minimal comenzaron a inundar a la sala. Algo totalmente esperable de un show de Arnalds. Hasta que a los segundos después comenzaron las cajas de ritmos, los sintetizadores y el público enardecido comenzó a bailar aquella mezcla única, confortable y ultra movida! Como siempre Islandia sorprende de muy buena manera!
Ya era momento de agarrar fuerzas, comer algo y tomar los buses de acercamiento hacia lo que sería la primera noche del Sónar. Lo primero que vimos al llegar fue a uno de los iconos más grandes del pop moderno, Róisín Murphy, (ex-vocal de Moloko), la cual se lució con gran elegancia cantando de forma impecable temas que iban entre el trip-hop, disco, house y pop. Se cambió unas tres o cuatro veces de vestuario, el público se encontraba totalmente entregado al ritmo de Murphy y quizás este fue el momento más queer de la noche. Lo único malo fue que en el show no incluyó sus grandes hits de los discos anteriores. Así que muchos se quedaron con gusto a poco.
Se venia el turno de “Sophie” uno de los espectáculos que personalmente más deseaba ver en este festival, debido principalmente al misterio que hay detrás de su imagen, a su música que desde el año pasado no ha dejado de ser tema en diversos foros e internet y a los pocos shows en vivo que hasta la fecha ha dado. La sala se encontraba totalmente oscura y así se mantuvo a lo largo de todo el espectáculo, solo se veía su melena naranja moverse al ritmo de su música, la cual hizo que todos los que nos encontrábamos ahí bailáramos como monos.
Realmente su live era como sentirse en una fiesta del “futuro”, debido a la gran cantidad de variaciones de ritmos, synthes y sonidos que ocurren en muy pocos segundos, mientras suenan melodías que van desde el pop-japo a un nuevo tipo de dubstep o trap, combinado con ruidos totalmente efervescentes y dinámicos. Bieeeeeen loco!
Y la locura no se iba a quedar ahí, se venía el turno de Die Antwoord el show más esperado de la noche, el cual partió de inmediato con gran fuerza junto a unas visuales bizarras en donde se veían una especie de fantasmas-bebé con un gran pene del cual salía montón de semen.
Hit tras hit la gente estaba endemoniada bailando, saltando y gritando las canciones. Yo-landi y Ninja en vivo sonaron con aún más power que en sus discos y dejaron a todos en el clímax máximo de la noche.
Para finalizar la noche, no nos podíamos perder a Jamie XX, el chico que la está rompiendo en internet. Lamentablemente tocaba DjSet, pero igualmente fue increíble debido a su agradable selección y animó al público cuando pinchó música de “The XX”. Una noche de Luxxx.
Texto por Victor Almendra.
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