En el Santiago de Chile de 1986, La Loca del Frente (Alfredo Castro), una vieja y pobre travesti, se involucra en una arriesgada operación clandestina tras enamorarse de un guerrillero (Leonardo Ortizgris), quien le pide ocultar en su casa peligrosos secretos de la resistencia contra la dictadura de Augusto Pinochet.
Esta es la historia de Tengo Miedo Torero, la adaptación de la novela homónima de Pedro Lemebel, que recientemente anunció la preventa de tickets su estreno en Chile en formato online, a través de PuntoTicket, deste 18 de agosto puedes comprar las entradas las encuentras acá.
La coproducción chileno-argentino-mexicana presenta un relato íntimo, basado en la amistad y el afecto en su sentido amplio, bajo la mirada única del autor nacional, considerado hoy una de las principales figuras de la contracultura chilena.
La cinta es protagonizada por el chileno Alfredo Castro (Tony Manero, El Club), el mexicano Leonardo Ortizgris (Museo, Güeros) y la argentina Julieta Zylberberg (Relatos Salvajes, La Mirada Invisible). Cuenta además con la participación de otras figuras del cine local como Luis Gnecco, Sergio Hernández, Amparo Noguera, Ezequiel Díaz y Paulina Urrutia.
La producción incluye también al músico Pedro Aznar en la creación de la banda sonora original.
Debido al éxito del tráiler, lanzado en junio, y la alta expectativa del público, la cinta dirigida por Rodrigo Sepúlveda llegará directamente al hogar de los chilenos en una única función exclusiva por intermedio de la plataforma de streaming de Punto Ticket.
Ante el inicio de la preventa de este avant premiere, hoy fue liberado en forma exclusiva para POUSTA, el primer afiche de la cinta, cuya imagen fue capturada por Camila Falquez, fotógrafa mexicana española radicada en Nueva York que, siendo una veinteañera, se ha convertido en una importante figura de la fotografía en Estados Unidos y España.
Su trabajo en torno al street style junto al afamado fotógrafo Scott Schuman, la ha llevado a ser publicada en medios como The New York Times y la convirtió en la primera mujer en hacer la portada de Vogue España. Como proyecto personal, se ha dedicado también a retratar la diversidad, especialmente en torno a las personas subrepresentadas y marginadas de la sociedad. Es por eso que fotografiar al personaje La Loca del Frente fue una invitación que captó de inmediato su atención.
“Soy muy amiga de Simón Sepúlveda (diseñador del afiche, chileno también radicado en Nueva York), y en cuanto me comentó la idea, ¡no me lo pensé! Es el tipo de proyectos por los que amo lo que hago. La película y la temática me pareció súper interesante, puesto que la de la Loca es un tipo de historia que los libros de historia no cuentan. Y me pareció muy interesante formar parte del proyecto y ver cómo Rodrigo construía la película”, cuenta Falquez.
La fotografía quiso sacar a relucir la riqueza interior en contraposición al entorno de pobreza que rodea al personaje principal de la obra de Lemebel, autor que hoy es reconocido justamente como un representante icónico de demandas relacionadas a la libertad, integración y justicia social.
“La foto esencialmente quiere contar una historia de dignidad y belleza. Habla del universo interior y de la fuerza de la protagonista: pese a que el mundo en el que ella vive es gris, ella se siente bella y en un palacio lleno de color”, reflexiona la fotógrafa.
Por su parte, Simón explica que era importante para esta película mostrar una propuesta distinta a la estética que suele acompañar a los relatos chilenos sobre la dictadura.
“El desafío era mostrar esta película de una forma diferente, mucho más seductora. Yo conozco el trabajo de Camila hace muchos años, entonces me parecía coherente con la película invitarla a colaborar. Hace muchos años ella viene trabajando con la comunidad LGBTI, entonces era pertinente a nivel narrativo”, comenta.
Respecto del relato, que pone como figura principal a un personaje como La Loca del Frente en el contexto histórico que hay detrás, Camila señala que “otra parte muy bella de este proyecto fue aprender y profundizar en la historia de Chile y conocer el trabajo de Pedro Lemebel y los artistas de su generación. Me encantó conocer el movimiento que había bajo una dictadura que oprimía, entender la fuerza creativa que ayudaba a los que vivieron ese momento histórico a sobrevivir. La gente que vive en los márgenes de la historia que nos cuentan, suele tener una visión mucho más clara, crítica y real que los que viven en el sistema”, concluye.