A lo largo de dos temporadas, la famosa serie de Netflix nos ha vendido una idea de Francia y su cultura que muchas veces no calza exactamente con lo que es la realidad. Conversamos con un grupo de francesas que pusieron en tela de juicio partes importantes del argumento del programa.
Básica y predecible. Tantas han sido las críticas a esta comedia romántica que las acaloradas discusiones en redes sociales han motivado a que más y más usuarios vean la serie de la cuál tanto se habla, logrando una cifra de 58 millones de espectadores con su primera temporada.
Y a pesar de las divididas opiniones, los parisinos no transan, pues los estereotipos exagerados que muestra la serie los hicieron quedar en ridículo, mostrando un estilo de vida poco realista en donde una estadounidense siempre tiene la última palabra y logra salvar el día. O al menos eso es lo que más se lee en las redes.
“En Francia todos sabemos que es una serie muy cliché (…) las cosas no son así ni Francia, ni París”, responde desde su casa al norte de París, Laurine Chacón Torrealba (28), psicóloga francesa casada con un chileno (de quien tomó ambos apellidos). De paso advierte que en su país todos hablan de la sitcom, y no precisamente por lo buena que es.
La única cosa en común que tienen la franco-chilena Kristell Vergara (34) y el personaje de Lily Collins es que postean cosas en Instagram. Nacida en Francia, Kristell vivió hasta los 4 años antes de venirse a Chile, sin embargo, el 2013 retornó al país europeo para dedicarse al diseño. Le fascina viajar y uno de sus destinos preferidos es exactamente París, misma ciudad que hace pasar penas y alegrías a la protagonista.
¿El horario perfecto? Un mito
En el primer capítulo, Emily llega a su oficina y se encuentra con que está cerrada, uno de sus colegas le cuenta que la jornada laboral no comienza a las 8:00 am como en Estados Unidos, pero “eso no es así”, asegura Kristelle. Lo mismo comenta Laurine y dice que lo más común es que las oficinas comiencen a funcionar a las ocho de la mañana. Puede ser que en algunos lugares de trabajo varía el horario, pero son la excepción.
En Francia cuentan con una jornada laboral de máximo 35 horas semanales (9 horas menos que en Chile) y a partir de esto cada oficina acomoda su horario, pero la mayoría prefiere partir el día temprano para tener la tarde libre. Por esta misma razón las pausas que se toman para almorzar no son tan extensas como lo que se muestra en la serie.
Kristelle cuenta que por lo general los almuerzos son rápidos, se comen un snack y luego en la tarde se toman el tiempo de salir a comer algo más elaborado. “Son muy de salir a restaurantes”, explica, porque los departamentos parisinos son bastante pequeños, entonces, las personas suelen hacer su vida fuera del hogar.
¿Rivalidad con el inglés? Realidad
Kristell sí cree que existe un rechazo hacia el idioma anglo, y piensa que “quizá les da vergüenza hablar inglés en público. En ese sentido se parecen un poco a los chilenos”. Además, siente que hay un tema frente a quienes no hablan francés, y que eso también influye a que no sean tan abiertos al momento de comunicarse en otro idioma. “Son muy de pensar que si tú estás en Francia o vives en Francia tienes que saber francés”, dice Kristell, y aconseja que si visitas París al menos manejes frases y palabras básicas, ya que “si te ven intentarlo yo creo que se abren más a después hablarte en otro idioma”, asegura.
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¿En Francia es ilegal trabajar los fines de semana? Inexacto
En su afán por conseguir clientes, Emily intentó a toda costa generar redes de contactos durante su viaje a la paradisíaca región de Saint-Tropez, sin embargo, todos sus colegas no dejaban de repetirle que trabajar durante los fines de semana era ilegal, pero ¿qué tan real es esto?
Tanto Kristelle como Laurine aseguran que no existe una ley que lo prohiba, pero que los sábados y domingos son altamente protegidos como días de descanso. Los sábados se pueden encontrar abiertas algunas oficinas, peluquerías y servicios que no son básicos, pero el domingo es sagrado, los supermercados atienden solo hasta el mediodía, las tiendas están cerradas y es muy raro que alguien trabaje, solo los servicios básicos realizan turnos esos días.
“Los fines de semana en Francia son bien especiales porque no son como en Chile que está todo abierto sábado y domingo”, comenta Kristelle, sobre todo teniendo en cuenta que la ley sí estipula que todas las personas deben tener sí o sí dos días libres a la semana, cada rubro se acomoda de acuerdo a sus necesidades.
Entonces, podríamos decir que no es ilegal trabajar los sábados y domingos, pero que la ley francesa respeta altamente el descanso de su población, por lo que en general suelen tomarse esos días para relajarse y desconectarse de la cotidianidad haciendo actividades al aire libre o paseando por la ciudad. Laurine apoya esta medida, pues cree que ayuda a “respetar el bienestar de cada uno”.
¿Entonces aprobamos a Emily?
La idea que se muestra de París en la serie no es muy distinta a lo que hemos visto en el cine durante todas nuestras vidas: una ciudad soñada, pero ¿qué tan cerca está esa idea de lo que es realmente la capital francesa?
Laurine cree que existe “el lado romántico de ensueño, pero también el lado que la gente vive y que a veces no es muy agradable”, ya que la ciudad es bastante sucia en algunas partes y “a veces no está tan bien cuidado”, confiesa. Kristelle adhiere a esto y recuerda un capítulo de la primera temporada de la serie, en donde Emily pisa caca de perro en la calle. “Eso igual es verdad, hay un lado B también que no se muestra siempre”, comenta.
Es importante tener en cuenta que París es una capital mundial, por lo que hay muchas cosas pasando al mismo tiempo y Laurine cree que el cine ignora esta realidad. “La gente está apurada, no tiene paciencia y eso no se ve en las pelis”, dice. De todas formas, ambas confirman que el lado hermoso que se muestra de París no es una mentira, la franco-chilena tilda esta ciudad como “un museo al aire libre” y destacan la belleza de su arquitectura y lugares turísticos.
Eso sí, Laurine es muy enfática al momento de comparar la serie con la realidad, “esta serie es muy cliché, no es tan así. Si uno viaja a París la vida no es como `Emily in Paris`, pero la chilena Kristelle rescata la belleza de la ciudad, y a pesar de la suciedad o aspectos más estéticos, valora la seguridad social y bienestar que existen hacia los ciudadanos y ciudadanas.
A pesar de haber sido estrenada en diciembre, la producción protagonizada por Collins no deja de generar controversias, y el último numerito ocurrió en los recientes Globos de Oro. La ceremonia, alfombra roja y transmisión televisiva fueron canceladas y reemplazadas por un simple comunicado con los ganadores de la edición de este año ¿La razón? una investigación publicada por Los Angeles Times, en donde se expuso que Paramount, la productora de la serie, invitó a votantes de los Golden Globes al rodaje de la primera temporada, nada más y nada menos que con alojamientos en uno de los hoteles más lujosos de París: el Península Hotel.
Esto explicaría las importantes nominaciones que obtuvo la serie en la última edición de los premios. Este caso de corrupción no hace más que seguir dando razones para que los usuarios de twitter y los espectadores de todo el mundo sigan haciendo pebre a Emily in Paris.