Un equipo de corresponsales de la BBC documentó las historias de familias que cruzaron las fronteras ucranianas. Hablaron con madres y abuelas que llevaban apenas algunas maletas acompañadas de sus hijos, pues los hombres mayores de 18 años fueron obligados a quedarse para luchar. Estas son algunas de sus historias. 

Con la invasión de Rusia en Ucrania comenzó la migración forzada de cientos de familias ucranianas que buscaron asilo en Rumania y Moldavia hacia el sur, y Hungría y Eslovaquia al oeste. Desde su inicio hasta ahora, las Naciones Unidas han reportado la huida de casi 400 mil personas, la mayoría hacia el este: Polonia. 

El equipo de corresponsales de la BBC recopilaron historias de personas que llegaban a distintos pasos fronterizos y el punto en común en todas fue el extenuante viaje que realizaron para llegar ahí. Algunos por más de dos días e incluso haciendo filas superiores  los 15 kilómetros con sus hijos a cuestas. 

En su mayoría son mujeres, niñas, niños y adolescentes, pues el gobierno ucraniano ordenó que los hombres de entre 18 y 60 años deben quedarse en el país para defenderlo

La periodista Lucy Williamson estuvo en Moldavia y afirmó que desde la frontera, “Ucrania es una nación de mujeres”. Cientos de madres y abuelas llenan el paisaje mientras llevan a sus hijos y sus maletas a un lugar que esperan sea mejor del que huyen. Como fue el caso de Ana, a quien entrevistó cuando llegó tras más de 24 horas esperando para cruzar con su nieta de 6 años. Tuvo de dejar a su esposo atrás. 

“Espero que Occidente nos ayude a salir de esta terrible situación, porque en este momento nos enfrentamos solos al agresor ruso”, dijo entre lágrimas.

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Por su parte, el corresponsal Mark Lowen estuvo en Polonia, específicamente en la estación de Przemyśl. Allí conoció a Kateryna Leontieva, quien tardó 52 horas en llegar a la frontera desde Járkov junto a su hija y una mochila donde llevaban algunas pertenencias y sus pasaportes ucranianos. Dejaron todo lo demás en lo que antes era su hogar. 

Cuando le preguntan por cómo se siente, se toma un momento. “Todavía no lo sé, las lágrimas están saliendo”, aseguró, “No sentí nada, pero ahora estoy empezando a darme cuenta. Espero que sea solo un viaje corto y que volvamos pronto“.

Y pese a que solo las mujeres pueden migrar con sus hijas e hijos, hay algunas que están dispuestas a luchar. El periodista Nick Thorpe estuvo en Hungría y allí conoció a Victoria, quien viajó desde Irshava, al oeste de Ucrania, pero solo de paso.  

Vine a Hungría con mis dos hijas. Las dejo con familiares que están esperando aquí en la frontera y regreso con mi esposo”, cuenta, “No tengo miedo. Solo me preocupo por mis hijas, eso es todo. Veo que las cosas no son buenas para Ucrania, pero no puedo dejar mi país. Tenemos que ser patriotas”.

“Mi esposo está listo para proteger a Ucrania si es necesario para el futuro, para nuestros hijos. No quiero, pero debemos salvar nuestro país”, finalizó