“Mientras me golpeaban a mi, y a mi amigo Josué Araya, los agresores gritaban: Te voy a matar maricón culiao. Otro decía: Si igual erís hombre. Fue un infierno, yo solo quería salir de allí, correr, vivir” escribió en su FB Canela InBenjamín.
“El día martes 28 de marzo del presente 2017, yo, Pablo Cesar Solis Gonzalez,(homosexual, en transición trans, transformista) performer de discoteque, fui a una fiesta en Row 16.
Era a beneficio de una amiga de la universidad, para ayudar a su titulación de teatro. Fui a preparar una performance de 5 minutos para apoyar y darle más publicidad al evento. Mi canción, que duraba 5 minutos, fue cortada en el minuto 2. Quedé en el escenario sin entender nada. No sabía por qué me habían cortado la canción. Intenté continuar bailando sin música, tenía 3 cambios de vestuario pero no me dejaron quitarme ninguno. No dije nada, solo me vestí para luego comenzar a irnos. Los dueños comenzaron a echarnos a todos y decían que iban a cerrar. Todo el público se movió hacia la salida. Eramos alrededor de 25 u 30 personas
Pero antes de salir del local, los dueños cerraron todas las rejas con candado, dejándonos a todos encerrados como perros adentro, nadie sabía por qué. Luego llegó el Dj, el barman, el dueño, la mesera, otro mesero, y un tipo más. Llegaron a acorralarnos con machetes, palos y fierros. Cada uno tenía su propio palo o fierro.
Decían que nos revisarían a todos porque no encontraban una botella de bebida y de alcohol. Yo estaba con mi cartera y una maleta grande negra que tenía todo mis vestuarios, les dije que no tenía nada, que revisaran mi maleta, que me daba igual. Lo hicieron y no encontraron nada. Todos gritábamos para que nos abrieran las rejas. Nos tenían secuestrados. Yo y mi amigo con el que fui esa noche, éramos los únicos de toda la fiesta vestidos de mujer. Otros compañeros de teatro que asistieron esa noche también pedían abrir la puerta.
Ahí fue cuando comenzaron los golpes, fue horrible.
Mi nombre artístico y como me conocen todos, es Canela Inbenjamín. Todos gritaban Canela, no no, déjenla, la van a matar, no no. Pero nadie hacía nada, todo se quedaron ahí mirando, mientras me reventaban en el suelo.
Una amiga se lanzó sobre mí mientras yo estaba en el piso en posición fetal. Me abrazó y se puso en medio para que no siguieran pegándome. Nadie más hizo nada, mientras los 6 imbéciles inhumanos seguían golpeándome. Gracias a Dios y a ella no me mataron. Si ella no me hubiese abrazado, me habrían matado a machetazos, yo les vi las caras a a cada uno de los que me reventaron en el piso, las recuerdo muy bien, 5 hombres y una mujer, yo gritaba por mi vida, me veía morir, nunca en mi vida había visto tanta sangre en mi cuerpo, en mi cara, y en mi cabeza.
Mientras me golpeaban a mi, y a mi amigo Josué Araya, los agresores gritaban: Te voy a matar maricón culiao”. Otro decía: “Si igual erìs hombre”.
Fue un infierno, yo solo quería salir de allí, correr, vivir. Luego de varios minutos de gritos sangre y golpes, abrieron la reja. Salí corriendo con tacos altísimos hacia la vereda del frente. Pero ellos salieron del local y siguieron pegándome en el suelo, seguí gritando, eran alaridos, eran gritos de guerra, de estarse muriendo por ser transexual, por ser artista, por entregar algo.
Luego arrancaron hacia adentro del local, porque justo venían pasando los carabineros. Me levanté del piso y me puse en medio de la calle para hacerlos parar, levantando mis brazos y mostrando mi cara con sangre les explique que me golpearon y nos encerraron. Que me habían robado mi maleta con más de 300 mil pesos en vestuarios y mi cartera negra, con mi celular, maquillajes, todos los documentos, y dinero, etc etc.
Les explique rápido a los 2 carabineros que se bajaron, y les dije que tenían mi maleta, que por favor me la devuelvan. Ellos no se alarmaron, muy tranquilos, como si nada, entraron al local y salieron solo con la maleta. El carabinero, al entregármela, me dijo: “Ya. Ya, Vayanse nomàs”.
Me sentí una lacra, una plaga, una basura travesti de mierda que no tiene espacio, cavidad y libertad en ningún sitio.
Luego de eso mi amigo Josué y yo atinamos a correr lejos, a desviarnos por las calles para que no nos siguieran. Corrimos, corrimos lejos, mientras nos torcíamos los pies de tanto terror y miedo, al cruzar de Bellavista hacia el lado del forestal, vimos a una camioneta de la Paz Ciudadana.
La hicimos parar, pero nos miraron y siguieron su camino como si nada. Luego pasó una patrulla de carabineros, la hicimos parar y tampoco nada, nos cruzaron y siguieron su camino. Estábamos solas, no había nada, nadie que nos resguardara, nadie mas que las puntas de mi propios tacos, que me partían las piernas cada vez que caminaba o intentaba huir.
Ahí me acorde de mi dinero celular y cartera, y ya no había tiempo de regresar a buscarla. Caminamos hasta la 1era comisaría de carabineros de Santo Domingo, y ahí nos vieron y nos enviaron en una patrulla a la Posta Central de Portugal. Esperamos un rato y me atendieron. La verdad yo estaba en shock y no recuerdo bien si el carabinero me pidió declaración o algo, solo sé que no recibí ningún papel.
Me rajaron la cabeza con un tajo de 4 cm, poniéndome puntos en esa zona, mi muñeca derecha está muy inflamada y aunque descartaron fractura, pero todo mi cuerpo, rodillas, espalda, codo, manos, dedos, muslos, trasero, cuello, frente y pies, están llenos de hematomas, de moretones, de costras, de sangre.
Gracias a Dios puedo ver, tengo todos mis dientes y todas mis costillas, pero esto fue horrible, fue una mierda. No logro entenderlo. Unos segundos más y me hubiesen matado. Fui secuestrada, robada y azotada solo por ser Transexual y llevar un show de travesti.
En la Posta Central me dieron indicaciones y medicamentos. Apenas podía caminar, pero me fui toda ensangrentada a casa de mi abuelita materna, en la Reina.
Esto debe parar, nos siguen matando en las calles, en los locales, en las cabezas de mierda de machos al peo. Por favor ruego que paguen por esto. La performance para mi es sagrada, y ahora no podré estar en un escenario en meses. Es lo que no sé si pueda soportar.
Foto Portada: Ojos sin Parpados