Por Ryan Brüderlich.

El 60 % de los gays no tiene ni una bicicleta en qué transportarse; lo curioso es que muchos actúan como si tuvieran tres limosinas y dos Jets.

Mira a tu alrededor y verás personas tan falsas que ya no son conscientes de que tienen exactamente lo contrario de lo que aparentan. Es ridículo y paradójico, el hombre gay actual está en quiebra por querer ser lo que no es: una diva.

Hoy confirmarás cómo el dinero afecta la vida gay. A decir verdad, cuando pasas toda una vida enclaustrado en un clóset, lo que más quieres hacer es sobresalir; no solo ser notado, sino admirado. No hay nada que quiera más una pajarita triste que contonearse regia y dejar a todos boquiabiertos. Eso le gustaría más que rumbear y ponerse en cuatro; mucho más que mamarlo e inhalar poppers.

¿Sabías que solo el 20 % de los gays tiene carro? Por ende, a 8 de cada 10 hombres le serás más atractivo si posees uno. Y los dos que sí lo tienen, siempre se sentirán superiores ante los demás.Vivimos en un mundo clasista, donde desde la primera cita sientes la necesidad de sacar tu iPhone, golpear ligeramente la pantalla con el dedo y deslizar y deslizar, demostrando glamour. Muestras tus accesorios y ropa costosa, apenas antes de hablar de las cosas finas que te gustan. No importa a cuántas cuotas tuviste que comprarlas. Tienes con qué alardear, eres feliz. ¿Qué pasa si el otro chico no tiene un smartphone ni nada de eso?, ¿qué tal si acaba de perder su empleo o su empresa quebró?, ¿qué tal si el dinero que hace apenas le alcanza para vivir y ayudar a su familia?¿Te fijarías en su bella personalidad, en su inteligencia, en su emprendimiento? Por supuesto que dirás que sí, hipócrita. No obstante, sé muy bien que la sinceridad no es una cualidad común entre nosotros los homosexuales, a pesar de que «la humildad es la antecámara de todas las perfecciones», como dijo mi colega Marcel Aymé. Razón por la cual, yo no trago entero, y como periodista investigo, encuesto y comparo. Por ejemplo, el 60 % se llenó la boca diciendo que ellos no se sienten atraídos por un tipo con ropa y accesorios finos. Sin embargo, el 51 % confiesa haber salido con un hijo de papi y mami, el 86 % usa un celular de gama alta y un 60 % usa perfumes costosos. Entonces, dime tú, ¿esta gente te suena a ti como sencilla, humilde y que no se interesa por las marquillas? Basados en lo anterior, imagínate cómo es la vida de un chico que sus amigos nunca lo invitan a salir porque no tiene plata para la rumba. Nunca le gastan algo, porque prefieren malgastarlo comprando excentricidades, para llamar la atención de hombres que no los quieren por lo que son, sino por lo que tienen puesto. Es así, incluso desde que empiezas en este ambiente. No es fácil ser un adolescente gay sin dinero. Todos los hombres poderosos que te pretenden quieren manipularte con sus riquezas, humillarte con lo que ellos han logrado. Te hacen sentir minúsculo, te hacen rogar por su ayuda, pero a la final solo se divierten contigo… te prometen el cielo, te usan y te dejan a tu suerte.

Las clases nos dividen mucho más que a cualquier otro grupo social. Nosotros somos más superficiales. Un chico de escasos recursos, ese que ni tiene apoyo de los papás pero aún así consiguió beca y se costea los estudios, conoce a un chico de estrato 4 (quien se comporta como estrato 16). El aparentador lo verá como una entretención, las posibilidades de que lo tome en serio son virtualmente inexistentes.Él solo necesita a alguien al que pueda hacer sentir pequeño, para que él pueda sentirse lleno por dentro. Nunca lo volverá a buscar. Si se lo encuentra en la disco, lo ignorará. No querrá que sus amigos lo vean con ese mugroso de ropita montañera. Los aparentadores se creen la crème de la crème, lo mejor de lo mejor. Te mirarán por encima del hombro; tú eres un don nadie. Justo aquí, una loquita triste usará todos sus ahorros y empeñará hasta las sartenes, para convertirse en una de esas perras plásticas en las que se fija aquel hombre de su adoración. Ella se cree Marimar y jura que regresará convertida en Bella Aldama, para vengarse de todos los Santibañez. En especial, del parrandero berrinchudo que nunca le paró bolas. Y esto resume la trama ridícula que pasa por la cabeza del gay promedio.Por favor, reacciona. Uno no debe alcanzar la cima para ganarse la atención de un engreído. Pueda que él sea el hombre que deseas, pero definitivamente no es el que necesitas.

Ryan Brüderlich es un periodista colombiano y artista digital. Nació en Riohacha, La Guajita en 1985. Puedes adquirir sus hilarantes libros en Amazon.