George Zeidan es el co-fundador de Right to Movement, una organización que quiere que te enteres sobre la cruda realidad de Palestina, pero inyectado en endorfinas. Este domingo correrá la maratón de Santiago.

Hablemos de transformar una situación adversa en una oportunidad.


George Zeidan (28) palestino cristiano, fue becado para estudiar en Estados Unidos, en la Chowan University, en un pueblo perdido dentro de Murfressboro, Carolina del Norte. Esto sucedió hace 8 años.

Un lugar que obviamente no te suena. George lo sabe y lo dice de entrada.

“Es un lugar muy pequeño, donde realmente no hay nada que hacer. Nadie lo conoce”, me dice George.

Pero hay un detalle. En la Chowan University fue donde estudio Khalid Sheikh Moahammed, que si no te suena tampoco, es más conocido por haber sido arrestado, juzgado y condenado a pasar el resto de sus días en Guantanamo por ser “el arquitecto del atentado a las Torres Gemelas”.

Te vas haciendo la idea de que un pueblo perdido en el sur de Estados Unidos, principalmente blanco, que no registra mayores hitos culturales aparte de ser el hogar del inventor de la metralleta, no es el lugar ideal para un joven palestino.

“No tenía amigos. Nadie me hablaba. Era muy triste porque estudiaba solo, comía solo. Significaba un infierno para mí, porque los palestinos somos gente muy sociable, conversadores”, dice George.

Cuenta también que en la universidad donde estudió guardan a modo de memorabilia del horror algunos escritos que Khalid tenía en su habitación. “Decían cosas horribles anti americanas, dice”. Luego como un niño contando un secreto “en uno de los cuadernos había un rayado que decía free Palestine, por supuesto que eso no se lo traduje a nadie”.

En un ambiente prejuicioso, de desconfianza, por qué no decir racista, George intentaba hacer amigos, buscaba la forma. Consiguió trabajo enviando correspondencia para un profesor. Él le aconsejó hablar con gente sobre Palestina, pero buscando una conexión. Hablarle a los gringos desde las cosas que tienen en común. Así que le pidió a su papá que le mandara una caja con cruces y adornos navideños. Partió a instalarse afuera de las iglesias con una mesa y ahí le hablaba a la gente saliendo de misa.

“Les hablaba sobre Palestina, pero no sobre política, digo, mencionaba la ocupación israelí pero no en detalle. Hablaba sobre la gran comunidad cristiana que había ahí. Y además vendía estas cosas…tu sabes un árabe siempre va ver la oportunidad de negocio donde la haya”, dice riendo. “Después mi discurso empezó a evolucionar a una especie de stand up. Ponía una foto de un hombre sobre un burro y hablaba sobre los prejuicios de los americanos frente al mundo árabe, como que pensaban que ibamos en burro a todos lados, pero con humor. También hablaba de cocina, deportes, fue evolucionando así. Y funcionó, después tenía amigos y la gente me saludaba en la calle, porque te repito que no exagero cuando digo que en Murfressboro todos se conocen con todos”.


Activismo, sudor y endorfina

George había encontrado una forma de romper con los prejuicios y el racismo en un pequeño pueblo del Estados Unidos profundo.

Acá es cuando el dicho act local, think global del activismo entra en escena pero con una variación. Lo que terminó haciendo George vendría a ser como un act global, think local. Porque su plan iba a ser llevar la realidad local de Palestina y la brutalidad de la ocupación israelí, al planeta entero.

Y corriendo.

En este punto es cuando debería contarte que George Zeidan es el co-fundador de Right to Movement una organización que busca crear consciencia respecto de la realidad de Palestina participando en las maratones de todo el mundo y creando un movimiento de maratonistas de niños, mujeres y hombres palestinos. Lee su manifiesto acá.

Y este domingo es la maratón de Santiago. Entonces, George junto a 10 participantes de Right to Movement se sumarán a otros 400 miembros y amigos de la fundación Palestina Belén 2000 para crear consciencia sobre la realidad de los niños de Palestina, sin duda las víctimas más inocentes de un conflicto que se extiende hace más de un siglo.

“Siempre me interesó el deporte y con las redes sociales e internet es entre comillas llegar a las personas, pero hay que encontrar una vuelta, una forma de hacerlo interesante y masivo. Una maratón es un evento grande, mas grande que un partido de fútbol. Y es un momento en donde todos se sienten importantes, protagonistas, la gente está contenta, emocionada. Pensamos que por un lado era un lugar muy eficiente para crear consciencia sobre la situación de Palestina, con una imagen positiva. Al mismo tiempo una muy buena iniciativa para hacer allá”.

George cuenta que todos los sábados se reúne a las 6 y media de la mañana con un grupo de aproximadamente 80 personas,hombres y mujeres, las que lleguen en realidad, a entrenar. Correr y hacer yoga. Luego toman desayuno.

“Corremos por lugares hermosos, que lamentablemente están bajo ocupación armada israelí, pero lo hacemos para marcar presencia. Parece una manifestación pero simplemente somos un grupo de personas haciendo deporte”.

¿Cómo te sientes de venir a correr al maratón de Santiago, en un país que tiene una comunidad palestina enorme, de 500 mil personas?

Chile es el segundo país del mundo donde más palestinos hay. Estamos muy felices, es una gran oportunidad, porque hay familias que se vinieron hace 100 años por lo que están ya en la tercera generación. Ellos conocen su cultura, de donde vienen, pero no saben mucho mas, y por supuesto no quieren que alguien venga a darle cifras de cuanta gente muere al año. Es importante saberlo, pero pienso que es mejor venir a mostrarles que allá habemos gente con sus mismos intereses, que son igual a ellos, que nos gusta correr, leer, la moda, qué se yo. Nosotros venimos a mostrarles eso, y luego podemos ponerlos al día de lo que está pasando con nosotros, dentro de un contexto positivo, que conecte, que cree interés. Porque yo sé que les interesa, pero también que tienen sus vidas acá, sobre todo los mas jóvenes. Es difícil conseguir su atención, porque hay muchas cosas pasando.

Encuentro que es muy buena idea crear conciencia en un ambiente deportivo, con endorfina fluyendo, la gente está mucho más receptiva.

De eso justamente se trata. Me gustaría provocar que no sé, en algún momento vayan cien chilenos a una maratón en Palestina, y a través de eso, puedan aprender y ver lo que significa la ocupación, pero también sobre nuestra comida, nuestra cultura, que hagan trekking por lugares hermosos.


Veloz pero conciente

“No somos una ONG, porque no pedimos dinero a nadie, lo que hacemos es hacer alianzas, como la de ahora con la Fundación Belén 2000, que nos dan un lugar para quedarnos acá, pero yo tengo que buscar auspicios para el resto de las cosas. Vendemos poleras, pero no tenemos sueldos, todo lo que ganamos lo metemos en nuestros proyectos. Pero no postulamos a fondos ni nada de eso, porque no queremos que nuestro discurso esté amarrado a nada”, dice bien serio George.

Me gustaría saber cómo lo hacen para, no solo conseguir atención sobre la realidad de Palestino, sino mantener esa atención. Porque las redes sociales e Internet te permiten llegar en segundos a todo el mundo, pero hasta la catástrofe más grande puede rápidamente pasar a segundo plano por cualquier estupidez, o por otra catástrofe.

Es un desafío global para todos los activistas del mundo, porque claro, podemos hacer algo muy extraordinario y obtener mucha atención sobre lo que queremos decir, pero por 10 minutos. Si deja de salir en tu feed de noticias o en tu timeline, desaparece. Es difícil, de mantener, y sobre todo convertir ese like en acción. Por eso buscamos formas ingeniosas y positivas de llamar la atencion, como el 2016, para Navidad hicimos una corrida como el camino que hicieron Maria y Jose desde Nazareth a Beetlehem o cuando fuimos a Silicon Valley a pedir que incluyeran las villas palestinas en Google Maps,

¿Cómo lidias con los medios hablando de “enfrentamientos” para referirse a lo que está pasando en Gaza? (Solo en abril el ejercito de Israel ha asesinado a 18 civiles palestinos)

Es algo que me irrita, como te podrás imaginar. Cuando un palestino mata a un israelí usan la palabra “murder” que tiene una connotación de intención, de premeditacion. Cuando un israelí mata a un palestino usan la palabra “kill” que no tiene intención, es como algo entre comillas normal que pasa en una guerra. En general, usan la palabra confrontación para hablar de militares atacando a civiles. Cuando esto ha pasado en Siria o Egipto, hablan de lo que realmente es, una matanza, e invocan las leyes internacionales contra este tipo de actos. Pero cuando se trata de Palestina siguen usando un lenguaje que esconde el verdadero problema y su verdadera causa. ¡Es una locura! Son militares de uno de los 10 ejércitos mas poderosos del mundo disparando contra gente que ni siquiera va armada.

¿Y cómo planean contrarrestar eso?

No tenemos cómo contrarrestar esto, lo que dicen los medios. Lo que podemos hacer es mostrar fotos de una niña palestina escapando de las balas, eso es más potente. Tenemos que encontrar formas de hacer esto visible y es importante que seamos claros, precisos, en la información que publicamos. Es importante saber qué historias nos interesa mostrar, como mostrar mujeres y niños huyendo del fuego, sin exagerar porque esa es la verdad. Al hacer eso, arrinconamos a los medios a no poder tergiversar y a tener que hablar con la verdad. Es una lucha larga, pero creo que está cambiando para bien. Las redes sociales obligan a los medios a tener que decir la verdad, con los términos correctos.

https://www.instagram.com/p/BhKXwnfA63M/?taken-by=fundacionbelen2000