El diputado de Revolución Democrática abrió un hilo de Twitter para entregar su opinión respecto al acuerdo para una nueva Constitución, la cual ha sido en parte celebrada como el mayor logro ciudadano desde la victoria del “No”, pero que también ha recibido fuertes críticas de quienes creen insuficiente la idea de un plebiscito para crear una nueva Constitución y buscan ir más allá, como adelantar las elecciones o acusar constitucionalmente al Presidente Piñera.
Es innegable que aunque haya sido quizá medio improvisado y tampoco ni de lejos significa que la atención y la presión de la ciudadanía sobre el mundo político deba decaer. Al contrario.
Te dejamos el hilo en versión texto por si eres de la gente que tiene vida y no usa Twitter:
Sobre la famosa “cocina”. Dicho término se acuñó en 2014 cuando, en una casa particular, lejos del escrutinio público y comunicado semanas después, se “cocinó” un acuerdo entre parlamentarios y empresarios para favorecer a estos últimos respecto de lo ya aprobado en Cámara.
Ayer sostuvimos reuniones públicas entre parlamentarios en el Congreso Nacional, sobre un tema que todo Chile sabía (a saber, diferencias en el mecanismo para tener una Nueva Constitución), en medio de una crisis social que demandaba diálogo, y con la prensa presente ahí mismo.
Sobre la eventual “trampa” del quórum. Es cierto que cuando se IMPONE una constitución (como la fraudulenta de 1981) y se le pone altos quórums como candados, se atenta contra el funcionamiento democrático de las instituciones.
¿Significa eso que los quórums son, per se, malos?
Analicemos el asunto. Efectivamente tener un quórum alto, permite que una minoría (en este caso un 34% de la Convención) pueda impedir la aprobación d una norma propuesta x el otro 66%. ¿El objetivo? Forzar una redacción que sea lo más transversal (proxy de estabilidad) posible.
¿O sea no podremos cambiar nada si no tenemos 2/3 de la Convención? Aquí entra la importancia de la famosa “hoja en blanco”. Sin “hoja en blanco”, sería una trampa, porque a quienes les gusta la actual Constitución, con 34% estarían disponibles sólo a cambiar aquello que deseen.
En los cambios que no les gusten, seguirían bloqueando cambios como lo han hecho x 30 años. Por eso la condición de “hoja en blanco”, era fundamental y se cumple en el punto 7 del acuerdo, al manifestar que se derogará la Constitución actual al ratificarse el plebiscito de salida.
Es decir, las únicas hipótesis en la que se mantendría la actual constitución, serían si es que, ya sea en el plebiscito de entrada o en el de salida, la mayoría de la población se manifiesta por el NO (no cambiar la constitución/no ratificar texto propuesto x Convención).
Habiendo “texto en blanco”, los 2/3 fuerzan efectivamente a llegar a acuerdos sostenibles. ¿y q pasa en aquellas cosas q no se consiga ese acuerdo? Bueno, tendrán que ser materias d una ley de rango inferior al constitucional (y por ende, quórum inferior).
Mirado entonces desde una vereda crítica a la Constitución actual, podemos decir que, por ejemplo, la redacción del Estado “subsidiario” (art19n21) no estará en la próxima Constitución si hay un 34% de delegados que lo impida. Es decir, ayer se terminó con la Constitución actual.
En fin, el acuerdo en ningún caso es perfecto y hay q seguir peleando por sistema de elección, plazos, y otros detalles. Pero desde nuestro punto de vista es, por lejos, el mayor anuncio desde el plebiscito de 1988. Tendremos la 1ra Constitución democrática de nuestra historia.
Esta victoria es del pueblo movilizado. Tod@s tendremos q prepararnos para estar a la altura del proceso q se viene. Gracias también a quienes divulgaron las trampas de la constitución como Jaime Bassa, Fernando Atria y otr@s.
Ahora a ocuparse de 3 temas urgentes. Agenda Social de verdad q permita mejorar las condiciones materiales de vida de l@s chilen@s. Término a la represión policial y que tengamos toda la verdad, justicia y reparación en violación a DDHH y termino de privilegios en la política.
BONUS: video de la declaración de nuestra Presidenta de Revolución Democrática Catalina Pérez.