Felipe Cussen, Licenciado en Letras, Doctor en Humanidades y académico de la Universidad de Santiago, explica que el éxito de la serie de HBO se debe a que muestra a los espectadores “arquetipos universales que se conectan a ellos de manera casi subconsciente”. Además, expone elementos desconocidos de las tramas medievales, como el poder que ostentaban las mujeres.
Dragones, Caminantes Blancos, intensas batallas medievales, secretos familiares y una enorme pugna por el poder. Game of Thrones, la serie de HBO, lanzada en 2011 y basada en las novelas de George R.R. Martin, se ha convertido en todo un fenómeno cultural, siendo una de las series más vistas y exitosas del último tiempo.
La producción entró el pasado 14 de abril en su fase final, luego de que se estrenara su octava y última temporada. En el tercer capítulo de ésta finalmente tendrá lugar la batalla entre las fuerzas lideradas por Jon Snow y Daenerys Targaryen y el ejército de los Muertos, en donde no hay certeza que estos o u otros personajes sobrevivan al enfrentamiento.
La serie ha apostado por un gran nivel en la producción y la puesta en escena, que explican por sí solos el éxito de la serie de televisión. No obstante, el Licenciado en Letras, Doctor en Humanidades y académico del Instituto de Estudios Avanzados (IDEA) de la Universidad de Santiago de Chile, Dr. Felipe Cussen, afirma que esto se debe a que la producción “apela a una serie de estructuras y personajes que funcionan de manera arquetípica que se han ido nutriendo a lo largo de toda la historia de la literatura”. Dichos elementos, según Cussen, “se conectan de una manera casi subconsciente” con los espectadores.
El investigador explica que los seres humanos, hoy en día, están “entrenados” para reconocer dichos personajes y estructuras. Por ejemplo, un exiliado que regresa para cobrar venganza o recuperar lo suyo -Daenerys Targaryen, miembro de la familia real, huye de Westeros tras el asesinato de su padre y su hermano, pero regresa con un ejército y tres dragones años después- o un don nadie que alcanza la cima -Jon Snow, un bastardo que se convierte en Rey en el Norte y heredero legítimo al Trono de los Siete Reinos. “Puedes detectar ciertos conflictos políticos, de géneros o miles de cuestiones humanas en la medida en que seas capaz de verlas”, explica Cussen.
Tramas atemporales
Lo mismo ocurre con la temporalidad de la trama. A pesar que Game of Thrones se ambienta en un mundo medieval, el académico sostiene que “las obras son del momento en que las vemos. Cualquier película que estemos viendo ahora, aunque haya sido estrenada hace décadas o aluda a otra época, es actual en el momento mismo en que la presenciamos”. De este modo, agrega Cussen, depende de los espectadores el volver actuales las tramas.
No obstante, ¿qué ocurre en el momento en que alguien comienza a seguir más de cerca la trama de una serie o novela? Cussen plantea que al presenciar una obra se producen dos tensiones: la identificación –es decir, las personas del público proyectan aspectos propios en algún personaje-, y la evasión, donde “no nos gusta el mundo en que vivimos y nos proyectamos en otros”, o que refleja el deseo de “querer ser otra cosa distinta a lo que somos”.
Mujeres al poder
Otro elemento propio de Game of Thrones es el rol protagónico que tienen figuras femeninas. En la serie, mujeres como las reinas Daenerys Targaryen o Cersei Lannister son capaces de cambiar el destino de miles de vidas con sólo una orden –para bien o para mal- mientras que Arya Stark o Brienne de Tarth se muestran como hábiles guerreras. Cussen evidencia que este punto era algo muy característico de la sociedad medieval, pero desconocido por gran parte de la sociedad hoy en día. “En la Edad Media, la posición de las mujeres, a pesar de la visión general que hay, era más fuerte de lo que se piensa”, expresa.
Si bien el académico argumenta que dicho aspecto de la producción de HBO corresponde también a que la serie “va reaccionando de manera flexible a lo que va ocurriendo” en el mundo real, tal como ha sucedido con el movimiento feminista a nivel mundial. De acuerdo con Cussen, esto se explica debido a que en una serie de televisión “hay procesos donde se involucran estudios y una enorme cantidad de gente tomando decisiones”, además de que la producción de Game of Thrones ha sabido plantear dinámicas a los espectadores y retroalimentarse de éstos para darle continuidad a la trama.
Fuente: USACH