Actualmente es difícil diferenciar entre bandas genuinamente talentosas, y las que tras gozar de un momento de gloria demuestran que en realidad no son lo que parecen.
Es como lo que ocurre con las canciones: aún cuando existen millones de ellas hermosas y que logran conmoverte a la primera, sólo unas cuantas siguen manteniendo esa facultad a través del tiempo (clásicos), y dejando así a las primeras perdidas en la historia.
El caso de Grizzly Bear es curioso, y para variar un poco sería bueno hablar de cómo una banda moderna puede hacer canciones tan bonitas y sonar tan perfectamente elaborada, sin tener que caer en lo repetitivo y lo pedante, y aún así salir victoriosa. Porque, claro está, siempre estarán las referencias y las comparaciones al hablar de una banda, pero también es interesante notar cómo han logrado ese perfecto ensamblaje, después de años de evolución, entre canción y armonía, y disco como un todo, o de cómo han llegado convertirse en una de las bandas más talentosas de la escena “indie” actual.
Grizzly Bear, cuarteto oriundo de Brooklyn, comenzó como un proyecto bastante defectuoso en cuanto a la elaboración como tal —teniendo en consideración lo que hoy en día hacen— pero con muchas ideas y propuestas que aún sin ser especialmente novedosas, logran tomar un camino particularmente diferente de lo que se hace actualmente, en cuanto a la atmósfera de las canciones, por ejemplo. Canciones como “Alligator”, del primer disco Horn of Plenty son pequeños diamantes en bruto, o advertencias de lo que se comenzará a hacer después.
El uso de instrumentos variados, de voces que parecen converger desde lo más lejano y muchas veces casi imperceptibles, pero aún así estremecedoras, son rasgos característicos de su primer disco. Todos estos detalles fueron tomando de a poco otra dirección, dando cabida a los arreglos más minuciosos, sombríos y muchas veces casi celestiales que caracterizan la obra actual, como ocurrió primeramente en Yellow House, en donde ya se puede preveer que será una banda que dará que hablar, sobre todo por esa atmósfera tan única que circunda sus canciones.
En Yellow House nos encontramos con una banda ya ensamblada, que sabe bien a donde se dirigirá, con un sonido característico e impecable, con creaciones realmente perturbadoras como “Colorado” en donde la voz de Ed Droste parece tener un eco interminable en el infinito, y sencillamente joyas como la aclamada “Knife” que ha sido versionada por tantos amigos y admiradores tiene la banda, pero aún así sin la madurez necesaria como para coronarse como una banda triunfadora.
Pero como si todo lo logrado en el disco antes mencionado hubiese sido poco, en Veckatimest los chicos de Grizzly Bear nos vuelven a sorprender, para probar con una obra madura y consolidada que son de lo mejor de su camada. Aquí tenemos la formula similar, pero que ha tomado otra dirección, dejando ya ese sonido folk más rústico característico de canciones como “On A Neck, On A Spit”, para ahondar ahora de forma meticulosa en las voces que parecen elevarse hasta el cielo, llevando la canción hasta límites insuperables.
El ejemplo perfecto de esto es sin duda “Two Weeks”, en donde todo esto se lleva a cabo con tanto rigor, prolijidad y aún así con cierto aire de ingenuidad, con lo que se logran 4 minutos en donde es todo (casi) perfección.
La voz es algo primordial, la letra para muchos algo secundario e incapaz de transmitir la emoción como tal, concepto que ha sido asumido por la banda, teniendo en cuenta la precariedad de sus letras e incluso el simplismo de sus oraciones, han sabido potenciar esto con coros casi espirituales, y melodías muchas veces persistentes, pero que no logran caer en el letargo.
Todo esto ha sabido hacerse dentro de unos parámetros tan discretos, pero tan eficaces, que sus canciones suenan como un todo inseparable letra de armonía, canción de disco. Y es que es imposible que sus canciones surtan el mismo efecto sin son escuchadas de forma separada, ya que cada canción se correlaciona con el disco de una manera sutil, pero muy marcada.
El hecho es que sólo algunos logran hacer esto con eficacia, aún tras años de esfuerzo. Porque claro está que el que diga que una banda como Grizzly Bear tiene canciones aburridas, es incapaz de dejarse seducir por una simple melodía, por una hermosa melodía a decir verdad, cautivadora, hipnotizante y ante todo sublime, ya que ¿qué duda queda del talento de una banda que es capaz de conmover en la ubicación más incómoda e inimaginable?
Grizzly Bear – While You Wait for the Others
[audio:https://pousta.com/wp-content/uploads/2009/08/10-While-You-Wait-for-the-Others.mp3]Grizly Bear – Two Weeks
[audio:https://pousta.com/wp-content/uploads/2009/08/02-Two-Weeks.mp3]
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