“Quien lo hizo tuvo la intención de provocarle un daño irreparable y, lo que es peor, tenía la autorización para hacerlo. Un paco disparó, pero Piñera es el responsable político. Hay intención de detener la explosión social, criminalizarla y de caer sobre ella de la manera más brutal”, dijo afuera de la Clínica Santa María Patricio Soto, vicerrector de la Academia de Humanismo Cristiano, donde estudiaba Gustavo Gatica.

Gustavo sigue internado en dicha clínica luego de que hace casi una semana se transformara en el más grave de las 200 personas que han resultado con heridas en sus ojos, muchos de ellos perdiendo uno, luego de ser alcanzados por los balines de carabineros de Chile. El número de víctimas mutiladas por el Estado no tiene comparación alguna a nivel mundial y ha sido reporteado con estupor por medios de todo el mundo, donde los conceptos de “catástrofe de Derechos Humanos” son usados sin el miedo que tienen los medios nacionales.

“Esto es algo nunca visto en la historia de la oftalmología chilena y mundial. Afortunadamente los funcionarios públicos y de centros privados han hecho todo su esfuerzo para atender adecuadamente a los lesionados. Nuestra estadística indica que tenemos al menos 12 ojos ciegos por día, lo que es una cifra catastrófica. Escandalosa”, dijo para The Clinic el doctor Patricio meza.

Afuera de la clínica se ha instalado un lugar donde la gente puede dejarle mensajes de apoyo al joven, que según ha contado su familia y algunos de sus profesores, se encontraría “con fuerza y ganas de volver a clases”. Aguera de la clínica también, no ha parado de haber un grupo de manifestantes entregándole su apoyo desde la calle.

La familia de Gatica rechazó la visita del cuestionado ministro de Salud Jaime Mañalich y tuvo que escuchar como el director general de Carabineros, Marios Rozas (el mismo que ayer dijo que no daría de baja a ningun carabinero y antes que la institución estaba actuando de forma impecable) le “mandara saludos” literalmente desde la televisión.

José González, enfermero de la Universidad Católica del Norte, fue el primero en prestarle primeros auxilios y así lo relató a The Clinic: “Cuando lo vi llegar, supe que tenía que ser mi prioridad. Venía sin sus ojos. Por sus mejillas corrían lágrimas de sangre, y el shock le impedía hablar. Yo tengo experiencia en tragedias, estuve en Chañaral buscando gente desaparecida, estuve en la erupción del volcán Melipeuco y trabajé en el terremoto de Concepción, pero esto era absolutamente fuera de serie, jamás había visto un daño de esa magnitud y menos ocular. Era muy chocante todo”.

A una semana del hecho, la situación de Gustavo sigue siendo delicada aunque está fuera de peligro vital, y el equipo médico continúa intentando salvarle algo de visión de uno de sus ojos. Su familia está presentando acciones legales contra los responsables de la brutal agresión. El director general de Carabineros Mario Rozas, ha dicho que está “identificado pero se desconoce aún su identidad”.

El hermano mayor de Gustavo, Enrique, transmitió el mensaje que su hermano le pidió hacer llegar a todo Chile: “Sigan luchando. Por favor no pierdan la lucha. No podemos permitir que todos estos sacrificios, toda la sangre que se ha derramado, todos los esfuerzos que se han realizado, queden en nada”.

A su madre le dijo: “Regalé mis ojos para que la gente despierte”.