El viernes en la noche, después de la histórica marcha que convocó a más de un millón de personas en Plaza Italia y otras varias miles más en el resto de Chile, más o menos la misma cantidad de personas recibió vía Whatsapp el video de un entusiasta Pikachu bailando y saltando hasta que de pronto se va de cara al suelo.

Pero en un segundo se levanta y sigue con su baile. Mención especial a la persona que grabó este video porque en mi opinión el relato de los hechos lo hace mucho más gracioso

De ahí en adelante el país se ha ido a la misma cresta: el gobierno intentó apropiarse de la protesta en su contra (suena loco pero así es), hubo un cambio de gabinete que en realidad fue más un enroque y una repartija de puestos entre los mismos que estaban, la cifra de torturados por parte de la fuerza pública se disparó, etc.

Ante un panorama triste y complicado, las imágenes del alegre e incansable Pikachu han sido serotonina viral.

Lo hemos visto arrancar del guanáco.

https://twitter.com/bea_beaa/status/1189207917062447105

Y bailando frenéticamente:

https://twitter.com/duasprincess/status/1189235584046379009

Hay cientos de videos más y también pancartas. Pikachu sin duda se ha transformado en un símbolo del espíritu de las manifestaciones. Quisimos saber quién estaba detrás del traje, o dentro en realidad, y llegamos hasta su Instagram oficial @bailapikachu.oficial donde se describe así: “Soy mamá, abuela y tía de furgón de Peñalolén marchando por nuestros derechos”.

Acá junto a otro símbolo, el #corredinosaurio

Se trata de Giovanna Grandón Caro, tiene 44 años y tiene 4 hijos y un nieto. Al teléfono suena algo cansada, pero entusiasta. Viene llegando de una marcha en apoyo a las educadoras de párvulos de donde hasta tuvo que arrancar del guanaco. Nos cuenta que el corpóreo lo compró su hijo y que el viernes cuando salieron en familia todos a la protesta se iluminó un segundo y se devolvió a buscarlo.

“Pensé que así podía bailar sin que nadie me viera y que podía ser simpático”, dice.

Por supuesto, la situación que la hizo viral nunca la esperó. “Me había puesto el traje hace no más de cinco minutos. Estaba empezando a agarrarle el ritmo y no vi la vereda, porque se ve más o menos nomás, y me caí. Me pegué fuerte en las rodillas”, dice.

Algunas horas después llegó a su casa y en la calle ya le gritaban “Baila Pikachu”, ella no entendía. Después le mostraron el video: “Me dio vergüenza primero, pero después risa”, dice.

¿Cuál fue su motivación para salir a marchar?

La misma que la de todos los chilenos que están en la calle. Salgo por mis hijos y mi nieto, por sus derechos a salud y educación. Por las pensiones, por los bajos sueldos. En mi trabajo veo cómo hay muchos apoderados que no les alcanza para llegar a fin de mes. Mamás que no comen por alimentar a sus hijos. Esa es la realidad chilena, una que los políticos por supuesto no tienen idea que existe.

¿Qué mensaje le enviaría al gobierno?

Que hagan un esfuerzo, un ejercicio de empatía. A los empresarios igual. Que hagan un esfuerzo y que los que ganan tanto más que el resto paguen más impuestos. Que suban los sueldos, porque al final somos los trabajadores los que hacemos surgir un país.

¿Le gusta haberse convertido en un símbolo de las manifestaciones?

Me gusta pensar que aporto un poco a que la gente se alegre. Yo feliz si puedo alegrarle el día a alguien, porque la verdad es que yo antes de salir a marchar estaba bien deprimida viendo las noticias.

¿Un mensaje a sus seguidores, a la gente que le dedica carteles?

Claro. Hay que seguir manifestándose, con fuerza, amor y empatía. Sin violencia. Pero hay que luchar por lo que es justo y también cada uno ver cómo podemos mejorar desde adentro, cómo podemos hacer un aporte desde lo personal, aunque sea pequeño.