Handsome Devil cuenta la historia de dos compañeros de pieza en un internado irlandés que tienen más cosas en común de lo que imaginan en un principio. Disponible en Netflix.

Ned es un joven pelirrojo, débil y un poco nerd, que es matriculado en un internado de hombres por obligación de sus padres donde todo gira en torno al rugby como único hobby validado como lo correctamente masculino entre todos los adolescentes.

Si en un principio la pieza que le toca a Ned era solo para él, dicho placer le dura poco pues a los pocos días llega su roommate Conor, quien fue expulsado de su anterior colegio por ser violento debido a razones que en un principio no son del todo claras.

La relación entre ellos parece nula llegando incluso a poner “un muro de Berlín” dentro de su pieza separando ambas camas, pero con el transcurso de la historia se empiezan a dar cuenta que tienen distintos gustos en común como, por ejemplo, el canto y el arte. Esto siempre apoyado por un profesor cuyo lema ante sus alumnos es mostrarse tal cual son y “hablando con una voz propia”.

Pero en un colegio como el de ellos, el canto y el rugby no son cosas compatibles y no solamente por los tiempos que toman practicar ambas cosas, sino que también porque dentro de ese grupo de alumnos “hay cosas que son de hombres y otras que no”. Lógica retrógrada que es validada, entre otros, por el profesor de rugby.

Con un humor característico de las cintas y series que vienen de Reino Unido, Handsome Devil muestra una historia light, ideal para disfrutar una tarde de domingo sin mucho que hacer, que recuerda que “todo mejora”, a pesar que existan momentos en los que uno dude si mismo y se sienta miedo por la discriminación que se puede recibir. Handosome Devil muestra que cada vez hay más espacio para los de mente abierta y que los prejuicios cada día pueden ser menos incluso en un ambiente y contexto tan machista como lo puede ser el rugby.

Disponible en Netflix.