Finalmente, el olvido del “sujeto ex” resultó ser mas fácil de lo que pensaba. Lo más maravilloso es que no hubo presencia de lo que mal llaman “otro clavo”, ni alcohol desmedido, ni fiestas putifruncis.
Solo dejé de seguir los consejos subjetivos: los de mis amigas, que lo odian sobre todas las cosas, y esperan nunca más volver a verlo, así es que el consejo es algo así como “cómete a todo ser humano que pilles por ahí”, wrong, consejo rechazado, lo puse en práctica la primera noche, y tiene repercusiones negativas en mi persona, aun cuando ya ha pasado mas de un mes, el sentimiento es algo así como de vacío, con wacala, con nadiecomoel.
Luego recurro a los amigos, y con el Los, me refiero a genero masculino, y con el masculino a ese rasgo inherente a ellos, hornys, y con el horny a “soy tu amigo pero te comería igual, así es que carajo con tus relaciones”, entonces me refugié en los consejos de los amigos casi hermanos y el de los amigos amiguis (ya todos sabemos cuales son esos), y ese era algo así como “mándalo a la chucha”, okay, que amplio ¿cómo se hace eso? Yo llevo un mes cuestionándomelo, y por mas que me gustaría hacerlo, solo pienso que, mas a la chucha no podría estar, si es él, el que no quiere estar conmigo. Así es que, ¿yo? ¿cómo mandar a la chucha, siendo yo la mandada? Demasiado tarde.
Ya, como último recurso: el consejo familiar, siempre el mas positivo. Al principio era totalmente esperanzador: “van a volver, obvio”. Después que pasaban dos semanas era un discurso casi compasivo : “llámalo y dile que lo quieres, al menos para que lo sepa” y finalmente al mes, entendiendo, que es una causa perdida llega el consejo mas sabio: “distráete” . Nada nuevo. En realidad, todos saben que distraerse es lo mas efectivo, pero, el problema está en la interpretación. Las primeras semanas estaba convencida que el camino al éxito sería distraerme, matando el hígado. Error, al otro día estaba siempre todo mal. Por fin, llegué a un plan magnifico: así es que la ocupación de todos mis días y noches, todo mi eterno tiempo vacacional, y mi ánimo de hacer algo esta concentrado en mi muy grandiosa, esplendorosa, bella agenda.
Si, una agenda. Mucho más fácil que aprender un idioma, mucho mas económico que comprar/alimentar una mascota, y mucho mas entretenido que tocar un instrumento (consejos básicos para olvido). Al principio, pensaba como rellenar 7 días de la semana, estaba imposible. Anotando la primera tarea, la agenda se lleno sola. De Lunes a Sábado es fácil, solo hay un millón de superficialidades y asuntos pendientes, algo así como “acompañar a la Conchu al mall”, “despedida de cesantía de la Mimi”, “juntarme con la Jab a tomar algo” “arreglar la camisa” “ir a la Feria (panorama exclusivo para miércoles y sábados en el Belloto)”, “tomar sol”, “salir a trotar”, “trabajar en el proyecto (con esto relleno al menos 2 días)”, “buscar mas trabajos (la mejor, al encontrarlos, automáticamente la agenda se llena)” y así. El Domingo, siempre ha sido tema aparte, así es que con él, tengo mas cuidado, y extrañamente, no hay planificación, mitad del día es almuerzo y la otra mitad dormir-películas-comida-amigas. El sistema es excelente, y por supuesto, altamente recomendable.
Hasta ahora no hay problemas, no hay tiempos vacíos, no hay llamadas que me dejan peor, no hay planes de reconquista, ni mucho menos algún espacio, en alguna hora, de algún día para deprimirme. No hay sanidad mental, sin mi pulenta y perfecta agenda.
Fotografía, CC Stuck in Customs