El 31 de enero se estrenó la segunda parte que esperábamos. El final de la serie. Al parecer fue porque le cortaron las alas y Netflix la cerró. Pese a esto, en estos 16 capítulos, le dieron un cierre y espacio a muchos aspectos como personajes o situaciones. Demos unos segundos de silencio (..) Ojalá lo hayas hecho, porque si no lo viste, fue un buen final. Esta nota no tiene spoilers, pierde cuidado leyendo esto.
Bojack Horseman cuenta la historia de un caballo actor irresponsable que la sacó barata muchas veces. Pasó de ser una pseudo-comedia a un drama interno en la vida de cada espectador. Bojack, un completo tarado, víctima de su vida, que te reconoce los problemas y después lo terminas queriendo por eso. Si, ese mismo Bojack, cambia o crece. -Lo que quieras creer- Una vez más, el actor de Horsin Around se enfrenta a un muro de realidad. Pero todo lo que te demuestra esta temporada, es la facilidad que tiene este famoso en tocar fondo. Seguir, pararse y caer más fuerte, o viceversa.
Siempre que veía un capítulo, me sentía triste o desmotivado. Todos somos Bojack en el fondo. No es por caer en el cliché, pero te hace replantear situaciones en las cuales uno está o estuvo. Identificarse es inevitable. Además, te promueve a seguir adelante y no quedarte donde estás. Ya no estamos en tiempos donde las series sólo son cosas bonitas, sino que hablan de lo que tenemos que hablar.
Cada temporada te van mostrando situaciones en la que se enfrentan los diversos personajes. Quizás egoísmo, egocentrismo -Algo derivado del ego- lleva a que el protagonista se comporte así. En cada una de las temporadas, las caídas son más fuertes, pero sigue ahí. Adelante. Desde su alcoholismo a la muerte de una amiga. Siempre de alguna forma convive con toda esa carga emocional.
Esta serie se encarga de mostrarte distinto shots de realidad. La ansiedad, inseguridad, la depresión, las adicciones o los traumas. Es cierto que cada uno de los personajes enfrenta distintas dificultades, pero la serie fue una de las primeras en tocar estos temas. Como la asexualidad de Todd, por ejemplo. También cómo controlar un ataque de ansiedad o la frustración de los traumas en Diane. También da un cierre a la relación maternidad-trabajo de Princess Carolyn o el inoportuno y agobiante optimismo de Mr. Peanutbutter.
Quizás faltó ver finales de personajes como Kelsey Jannings, la directora que buscaba dar una mirada feminista al cine. Pero independiente a eso, se vio como todas las historias protagónicas daban su cierre. Aunque insisto, la serie tenía para mucho más. Espero que estén bien en sus mundos ficticios, porque ya los extraño. Bojack Horseman marcó un hito en las series animadas, sobretodo al mezclar la realidad. Demostrando que la normalidad es subjetiva, o sea, los animales y humanos eran pares, tu identidad no estaba definida por tu cuerpo en ese mundo.