El dato concreto es que Hernán “Hernancito”, “Nano” Calderón mandó al hospital a su padre, el mediático abogado del mismo nombre, luego de acuchillarlo (no herirlo o atacarlo con un cuchillo) y dejarle varias heridas en sus manos y antebrazos.
Una de ellas habría sido de carácter grave. Es por ello que Hernán Calderón está hospitalizado en la Clínica Alemana recuperándose de las lesiones.
Según relató el fiscal Jorge Vitar: “La víctima denunció a carabineros que su hijo llegó a su domicilio en la comuna de Las Condes y tras una discusión lo atacó con un cuchillo causándole diversas lesiones. La fiscalía dispuso medidas de protección a la víctima y la policía esta realizando diligencias para encontrar y detener al hijo de la víctima”.
Se podrán imaginar el escándalo que esto ha provocado. Por un lado resucitó a la fallecida farándula del país. Escenario en el cual la familia Argandoña Calderón jugaba un rol bastante protagónico. Desde los ochenta en la proto-farándula de dictadura, si recordamos, Raquel y sus entonces parejas, Lolo Peña y Eliseo Salazar llenaban páginas de diarios, revistas y minutos de TV por un lado con ostentación de su poder económico, pinochetismo, pero también por impactantes hechos de violencia que incluyeron balazos al aire.
Respecto de este punto, mucho se ha escrito sobre cómo la farándula funciona como “cortina de humo” para desviar la atención mediática respecto de los temas más profundos ocurriendo en la realidad. Es casi el origen del periodismo de espectáculo. Una línea de pensamiento podría ir por ese lado.
Es que hay muchas ramas por las cuales irse y tomar este caso.
Está por un lado que esta familia es claramente nuestra versión del clan Kardashian. Una que vive con harta pasión y voracidad la farándula y la televisión tipo reality desde antes que siquiera existieran propiamente tal. ¿Sería Nano la versión chilean de Rob? ¿Cuáles serían las y los otros? Es un análisis que se podría hacer.
Otro, desde un punto de vista más metafísico, es que Felipe Avello, un visionario en varios aspectos, predijo casi literalmente (por suerte no) los hechos acontecidos.
Desconozco el año de este momento televisivo (al parecer es del 2013) pero es bien escalofriante la predicción del Pez:
Felipe avello lo predijo "hernancito chiquitito a tu padre matarás" , que clase de brujeria es esta ?? 😲 #NanoCalderón pic.twitter.com/psJn1Jw1u5
— Carlos 🏳️🌈 (@caaarias) August 12, 2020
Otra línea de investigación y análisis, más literario y quizá psicológico, es lo evidentemente cercano a la tragedia griega de este caso. Esa pulsión de amor-odio de Hernancito con su madre Raquel y que por motivos que todavía se desconocen terminan con el joven y misterioso empresario acuchillando a su padre y dándose a la fuga con paradero desconocido y con un final todavía por desenlazar.
Las semejanzas con Edipo Rey son evidentes.
Por último pero no menor y no menos indignante y digno de análisis es la cobertura mediática al caso. La ha tenido, nadie dice que se ha ocultado. Al contrario, las razones descritas anteriormente básicamente configuran un ensamblaje que marca absolutamente todos los puntos necesarios para ser un escándalo mediático (salvo, quizá, el factor “importancia”, pero he ahí otra línea de análisis).
Sin embargo ha saltado a la luz la sideral diferencia con la que los medios han encarado este caso. Y en particular la figura, vida y obra de Hernán Calderón Jr, desde su participación en carreras clandestinas a sus arranques de ira violencia contra su propia familia y también contra otros (como cuando fue a buscar a Luis Gnecco a su casa por criticar a Raquel), siempre han sido tratados como situaciones más bien anecdóticas y producto del carácter medio “estrafalario” o a lo más “conflictuado” de un joven que ha nacido y sido criado bajo los focos de las cámaras.
Muy, pero muy distinto a cómo se cubren los casos de violencia e infracciones a la ley de personas de un origen social más bien humilde. El clasismo de esto es imposible de ocultar y también algo interesante de analizar. Según la mayoría de los medios, Hernán no “acuchilló” a su padre, lo atacó con un arma blanca, lo hirió. Pero Dios nos libre de decir que derechamente lo acuchilló. Eso no es de gente decente al parecer. Hernán “hirió a su padre con una pieza de fina cuchillería de acero inoxidable”.
Impresentable.
Pero todos estos puntos, lineamientos, podrán ser abordados en mayor profundidad eso sí, una vez que se conozca el desenlace del caso porque pueden ser muchos y muy distintos.