“H&M reprime”, “Me tienen amenazada” y otros stickers se encuentran pegados en las vitrinas del retail sueco en el Costanera Center. La gente hace caso omiso a los jóvenes que se encuentran sentados en la entrada pidiendo apoyo. Las filas para pagar dentro de la tienda se mantienen repletas como si no pasara nada o como si alguien se hubiese suicidado.

hm huelga

Una señora pasa cerca de los huelguistas, los mira de reojo y susurra “comunistas” a una de sus amigas mientras entran a la tienda.

El martes pasado, los trabajadores de una de las marcas más grandes y reconocidas del mundo entraron a huelga por segunda vez desde su apertura en 2013. El principal motivo es pedir un reajuste salarial ante el éxito que ha tenido H&M en Chile por las largas jornadas laborales a las que están sujetos sus empleados, según palabras de los manifestantes.

Con tan solo cuatro tiendasH&M logró generar 89 millones de dólares en el país solo el primer semestre: el equivalente a lo que facturan las 23 tiendas en Irlanda y 13 en Singapur, indicó el sindicato de trabajadoras y trabajadores H&M Chile.

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La demanda es simple: un reajuste de sueldo en base a los años de antigüedad y un incentivo real al momento de tomar vacaciones, porque los sueldos disminuyen un 50% al momento de tomar vacaciones. Dentro del petitorio se exige un mejor incentivo para el descanso “porque dejar de trabajar unos días termina siendo angustiante”.

El sueldo base de los trabajadores de la tienda es de 200 mil pesos que se complementa con bonos y horas de trabajo agregadas, como sucede en otros tipos de tiendas de retail. Pero las formas de contención ante este petitorio han sido desproporcionadas. 

“Hemos tenido mucha represión policial por parte de la empresa, limitando nuestro derecho a la libre expresión y se puede ver las imágenes que muestran las redes sociales. Ayer habían seis carabineros dentro de la tienda. Un exceso”, asegura Javier Rojas desde el sindicato.

En ese momento, varios policías llegan a la acera norte de la avenida Andrés Bello, frente al Costanera Centerdonde se encuentran las decenas de manifestantes que, luego de ser replegados del edificio por ruidos molestos, tuvieron que agruparse al aire libre.

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“Hasta el momento ha sido la misma lógica desde el comienzo de la negociación. Nos siguen entregando una propuesta de reajuste muy baja. Siguen con la necedad y obstinación de ser cagones”, agrega enfático Rojas.

“A los compañeros que están adentro, personas de mayor rango, los han amedrentado con videos de la represión que vivimos quienes estamos afuera protestando”, asegura una de las chicas dentro del tumulto que prefiere no dar su nombre por miedo al hostigamiento que se vive en el lugar.

“Me demoro una hora y media en llegar desde mi casa al trabajo. Cuando falto un día, se me descuentan tres días de trabajo. Y si falto un domingo, se me descuentan tres domingos, porque es el día donde se paga más. No es una práctica ética para una empresa que vende tanto”, denuncia Natalia, una de las muchas chicas que se encuentra a la espera de celebrar un asamblea en el lugar.

Pero el hostigamiento va más allá de la acción policial. También denuncian malos tratos por parte de los jefes que realizan llamados de atención de forma pública frente a clientes.  

“Tengo compañeros que han sufrido gritos por parte de una de las jefas mientras atendía personas en la caja. Tampoco se respeta la Ley de la silla. Nos tienen parados casi todo el día durante las 50 horas a la semana que duran los turnos”, agrega otra de las chicas.

Por parte de H&M, enviaron el siguiente comunicado: “H&M reconoce la libertad de asociación de sus colaboradores y cree firmemente en las relaciones constructivas con sus colaboradores y las organizaciones que los representan. Esto es algo que valoramos en todos los países donde estamos y Chile no es la excepción. Es un proceso continuo en el que trabajamos siguiendo nuestros valores y respetando la normativa chilena.
Nuestro objetivo es siempre ser un buen empleador, con condiciones competitivas, allí donde estemos presentes. Para nosotros este proceso de negociación colectiva constituye un proceso normal y constructivo en todo sentido. El proceso se ha llevado a cabo de manera normal, siguiendo todos los plazos e instancias que indica la ley. Terminado el proceso de negociación y de mediación, desgraciadamente no ha sido posible llegar a un acuerdo. El diálogo está abierto y esperamos a la brevedad poder cerrar el proceso y retomar la normalidad en nuestras tiendas”.

Crédito foto portada: Fabián Vargas / La Nación.