Hombre llegó con la mejor intención del mundo a compartir un desayuno perfecto, pero todo salió mal.

Alejandro Chandía llegó hasta la cárcel de mujeres de Los Ángeles, provincia de Bío-Bío, al día de visitas. Entre sus cosas llevaba una crujiente y tibia marraqueta con marihuana.

Esto llamó la atención de los gendarmes y carabineros del os-7 encargados de la inspección de los visitantes al penal. Lo que encontraron fue una verdadera sorpresa para ellos y un plan arruinado para Alejandro. Uno de los panes venía raro, como que le habían sacado la miga. Y claro, dentro de uno de los panes, no venía ni queso ni jamón sino ocho envoltorios de aluminio con marihuana en su interior. Literalmente un sandwich de marihuana.

Hasta ahí llegó lo que con mejor suerte hubiese sido un exquisito desayuno y/o once. Para más mala suerte, Chandía quedó detenido y será puesto a disposición de la justicia por infracción a la Ley 20 mil.

El hecho recuerda a uno muy pero muy similar ocurrido el 22 de abril del 2015, cuando Julio Alberto Araya Nogales, se preparó para ir a visitar a su pareja. Esto era en la cárcel de mujeres de Antofagasta, donde ella cumplía condena.

Se duchó, se vistió, se peinó, y le preparo un sandwich especial a su mujer. Entre pan y pan, Julio puso 3,4 gramos de marihuana. Pero todo salió mal. Los gendarmes, que ya lo han visto todo, no se demoraron nada en encontrar el sandwich de marihuana. El hombre, asustado, confesó de inmediato. Dijo que quería “sorprender a su pareja, que es consumidora”. Quedó detenido y la gracia le significó ser condenado a 541 días en la cárcel.

No se sabe si Chandía lo hizo de romántico también, o solamente de amigo, o buen familiar. Como sea, ser un buen samaritano probablemente le cueste caro. Lo apoyamos.