Tras una recolección de este elemento en playas argentinas, un grupo de científicas de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires desarrolló un sistema que permite desintoxicar el desperdicio, a través de hongos. Conoce más de su descubrimiento en este artículo.

Cuando hablamos de colillas de cigarro, estamos refiriéndonos a un residuo que tiene alquitrán y nicotina, elementos que se mantienen pegadas a la colilla a través de la combustión. Esto las convierte en un objeto capaz de contaminar hasta 40 litros de agua y puede demorar hasta 10 años en degradarse.

Frente a esto, una ONG argentina se acercó a un grupo de científicas del laboratorio de Micología Experimental de la Universidad de Buenos Aires, para encontrar alguna solución que permitiera desintoxicar las colillas que fueron recolectadas en el país trasandino.

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El método que aplicaron las científicas fue “biorremediar” los residuos, lo que significa que la limpieza se hace a través de organismos vivos que eliminan las toxinas. En este caso en específico, se utilizaron hongos de la selva misionera del litoral argentino.

Después de la recolección de los hongos en la zona, los aislaron y fueron llevados al laboratorio para iniciar su tratamiento. Pilar Núñez, bióloga y becaria del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), explicó que “pueden degradar y alimentarse de la madera o el papel, y al ponerlos en contacto con las colillas se comen el acetato de celulosa del filtro, limpiando el ambiente tóxico para defenderse y sobrevivir”.

Este estudio lleva siete años en marcha y ha visto resultados exitosos, y las colillas ya desintoxicadas pueden ser reutilizadas para la fabricación de pulpa de celulosa, materiales de construcción y aislantes. Esto significa un gran avance para el cuidado del ecosistema, uno de los factores del cual se tiene que tener más observación para combatir el cambio climático.