Este viernes 14 de octubre, el hospital Lariboisière, en París, albergará a cientos de narcoadictos en una habitación acomodada para sus necesidades.
La ministra de salud francesa, Marisol Touraine, en conjunto con la alcaldesa parisina, Anne Hidalgo, visitaron la que será la primera sala de “pinchazos” del país europeo, que se suma a la tendencia de Australia, Alemania, Canadá y España.
Definida como “una sala de consumo de drogas de menor riesgo”, este recinto de 450 metros cuadrados abrirá todos los días, y un equipo compuesto por médicos, enfermeras, educadores, trabajadores sociales y de seguridad estarán a disposición de quienes asistan al lugar, que acoge a un máximo simultáneo de cien personas.
Se trata de un proyecto que está en una extensa marcha blanca. Durante los próximos seis años, quienes ingresen deberán llevar sus propias dosis y se les proveerá material estéril. Más de 850 mil euros (casi 630 millones de pesos chilenos) fueron la inversión para las instalaciones. Por supuesto, la medida tiene acérrimos detractores.
Quienes están en contra acusan fuertes defectos de la sala, principalmente porque se trata de un lugar físico donde drogarse de forma “limpia”, pero no se proveen terapias de ningún tipo. Otras críticas apuntan a la proliferación de dealers alrededor del hospital, buscando lucrar aún más con este lugar físico que les asegura clientes.