Ignacio Urrutia se encuentra actualmente en una transición donde quedaron atrás los prejuicios que frenaron su temprana formación artística, pero todavía falta una consolidación lo suficientemente consistente como para poder entrar al diminuto círculo de artistas chilenos.


Lo escuchamos desde que tenemos noción de lo que nos imponen como futuro: ser artista es una opción poco rentable para nuestras vidas si no tenemos un plan B que soporte un ideal que se traduce como sinónimo de pasar hambre.

Desde un tiempo hasta ahora, la educación en un país como el nuestro -o mejor dicho el oficio a desempeñar luego de años de costosa enseñanza- empuja a que los adolescentes desechen lo que quieren hacer durante su vida persuadidos muchas veces, por su propio círculo familiar.

Cuando me pregunté si existían personas que se dedicaron al arte sin importar cumplir con esas expectativas, apareció Ignacio Urrutia. El artista de 25 años se abre camino poco a poco para explotar sus habilidades inculcadas casi de forma autodidacta.

“Mi incursión en la pintura partió desde que era muy niño. Mi familia estaba en contra y a los 7 años se me negó ir a cursos de pintura; a decir verdad, se me negó el arte de por sí. Finalmente, la situación me dio fuerza y definió mi carácter. Pero toda esta formación fue autodidacta” nos cuenta.

“Los prejuicios familiares derivaban en múltiples razones. Vengo de un círculo muy católico y conservador donde el arte vendría siendo algo recreativo y también de los ideales”

Ignacio Urrutia artista
Ignacio Urrutia también realiza fotografía. Este es su autorretrato

Respecto a su obra, Urrutia transformó los elementos típicos para darles materialidad privilegiando la visualización de elementos que convergen con la naturaleza. Su discurso intenta diferenciarse del resto de los exponentes al dejar de lado técnicas clásicas y dejar que los materiales hablen por sí solos.

“Partí por el óleo siempre usando el paisaje, algo que incluyo también en mi fotografía. La mímesis pictórica se queda atrás con el óleo. Ahí es cuando me hice consciente de la necesidad material urgente. Comencé a criticar y usar nuevas opciones trabajando con madero y lo que se quiere representar con el material” afirma.

“Clasifico mi pintura como la experimentación entre materialidad y su relación con la naturaleza. La importancia está en lo visual y no en el discurso, que queda en segundo plano. Me importa hacer obra contemporánea en el contexto actual. Antes de eso pasé por un periodo de 8 años donde pinté al óleo con espátula de forma tradicional y el año pasado encontré la metodología del plumón como elemento contemporáneo”

El artista nos comentó que el contexto contemporáneo al que se refiere tiene que ver con la forma en que nos relacionamos con la ciudad. Santiago es un lugar donde todavía existen resquicios de lo que fueron sus grandes paisajes rurales, y si bien durante la última década se ha privilegiado la protección del ambiente y poco a poco se da más cabida a la inclusión del verde dentro de la panorámica urbana, todavía falta una conexión personalizada con elementos específicos.

“Como ciudad deberíamos abrirnos a la cordillera donde se han hecho estudios de arquitectura sobre cómo incorporar este gran espacio. Lo mismo ocurre con los cerros isla”

“Hace tres meses empecé a buscar más recursos al ver que sobreexploté un poco el plumón y encontré el cartón, donde aparece la estructura que le da volumen y se aprovecha de capturar este material que parece accesible y ver como se relaciona en torno a la naturaleza. Me conecto como artista con lo natural, ir a lugares y sentirlos. Hoy en día estamos desconectados de todo eso” agrega respecto a cómo su obra puede plasmar el propósito de reconectarnos con nuestro entorno.

Qué es ser artista hoy en día

La pregunta es necesaria si tomamos en consideración que muchas veces no es suficiente tener talento y un discurso dentro de una obra. Es un secreto a voces que las mujeres son relegadas de las artes -pese a que son quienes conforman las carreras que componen su especialización- tal como nos comentó Jacinta Besa hace un par de semanas.

Ignacio confirma que existen dificultades, pero también hay optimismo gracias a la explosión de nuevos exponentes con propuestas originales.

“Es difícil hacerte camino dentro del mundo artístico si no tienes los contactos suficientes. Hay mucha gente recién incursionando, como un amigo Ignacio Barceló con el que hemos ido evolucionando juntos. Es difícil, pero estamos con todas las ganas. La poca inclusión de las mujeres en el arte habla de la tónica machista global. Este machismo responde a que al hombre se le escucha más en todos los ámbitos. Se puede pensar que no es así en el ámbito artístico pero el machismo también persiste

“Por lo que he experimentado el mundo artístico nacional, es chico, efectivamente es elitista y no da tanto pie a la investigación. El sistema premia a los que no investigan, a los que no proponen cosas nuevas, pero sí privilegia la pintura de hace 40 años”.

El futuro cercano de Ignacio Urrutia tiene que ver con profundizar y aprender creando siempre con un afán crítico. Es consciente también que pese a los obstáculos el sistema premia la mayoría de las veces a la creación y la autenticidad.

“He expuesto en lugares de nicho. Quiero mostrar mi obra. Quiero generar vínculos. Hace cinco años me aislaba uno se encierra y no evoluciona. La parte humana de relaciones te impulsa a buscar cosas nuevas y desintegrar tu ego. Finalmente te lleva a encontrar algo autentico y propio”

Para estar al tanto del trabajo de Ignacio Urrutia, síguelo en su cuenta oficial de Instagram.