A casi 4.700 metros de altura en la Cordillera de los Andes peruana, un grupo de cerca de 400 personas de la comunidad indígena de Huancuire instaló un campamento de vigilancia en el Cerro Chalcobamba, para así oponerse a la llegada de la minera MMG, que busca explotar el cobre que esconden sus rocas.
De las cientos de tradiciones que mantienen los pueblos indígenas, el uso de la waraka es una de las más importantes hoy en día para la comunidad peruana de Huancuire. Esta honda en vez de usar elásticos, está compuesta de lana que sujeta el objeto contundente a lanzar y los indígenas se arman con ella para hacer vigilia en las alturas del Cerro Chalcobamba.
¿Su objetivo? No permitir el avance de la maquinaria de la minera china MMG, que reclama que la zona rica en cobre es suya y que cuenta con permiso para explotarla.
Son cerca de 400 personas de la comunidad que resisten la llegada de la multinacional, debido a que si bien en 2013 se firmó un contrato entre los líderes huancuire y la compañía, esta última se habría aprovechado de personas analfabetas para apropiarse de las tierras.
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Actualmente los indígenas son representados por Romualdo Ochoa, un líder que recientemente aprendió español para transmitir un mensaje fuerte y claro: el cerro es el legado de sus ancestros.
Para MMG, el haber realizado en 2013 un pago de 222 millones de soles peruanos (casi 50 mil millones de $CLP) por la compraventa del lugar le da derecho a ingresar al lugar, para así instalar su maquinaria. La comunidad indígena ha reclamado que no han recibido el pago.
Este ir y venir de declaraciones también ha llevado a enfrentamientos entre la comunidad y el personal de la minera, que el pasado 31 de mayo intentó llegar a Chalcobamba escoltado por la policía peruana. Uno de los comuneros resultó herido de perdigón, en una zona donde se decretó estado de emergencia en abril.
Al otro lado del cerro, MMG ya opera una mina de cobre llamada “Las Bambas”, la cual ha visto un declive en su producción. Es por esto que la minera ha calificado de “crítica” la necesidad de comenzar la explotación minera para mantener los niveles de extracción de la empresa, lo cual concluiría con el desplazamiento definitivo de la comunidad de Huancuire de su lugar sagrado.