Segunda entrega de nuestro especial Berlinale 2018, reporteando en Alemania.
por Juan Francisco Riumalló
Este jueves a las 11 de la mañana, se estrenó en Berlín la nueva cinta de Wes Anderson, “Isle of Dogs”.
La película ha sido la encargada de inaugurar la versión número 68 de la Berlinale. Por primera vez, una película animada abre la competencia internacional de este festival.
Hace cuatro años atrás fue también Anderson quien inauguró el que es considerado uno de los tres festivales de cine más importantes de Europa, junto a Cannes y Venecia.
En esa oportunidad, lo hizo con “The Grand Budapest Hotel”.
Luego del estreno, Anderson contó que desde hacía cerca de cuatro años, venía fantaseando con la idea de hacer una película sobre un grupo de perros abandonados en un basural.
“Sé que no parece ser una gran idea de guión para hacer una película. Pero ahí estaba”, comentó durante la rueda de prensa.
Al mismo tiempo, fantaseaba también con la posibilidad de hacer una película en Japón, sobre Japón o inspirada en el cine japonés, principalmente el del director Akira Kurosawa, quien rodó más de treinta películas entre 1943 y principios de los años 90.
Anderson quería explorar su propia visión fantástica de Japón. Y lo hizo combinando la estética de los antiguos grabados japoneses, con las imágenes futuristas de la animación.
Desde el comienzo, la idea fue que los perros fueran los protagonistas de esta película. Le interesaba explorar a estos animales domesticados. Se preguntó cómo se comportarían en una situación extrema de abandono, qué tipo de sentimientos los moverían a actuar de tal o cual manera. ¿Llegarían estos perros a convertirse en un reflejo de sus amos? ¿Replicarían las conductas de los humanos?
La película trata sobre la historia de Atari Kobayashi, un niño de 12 años, que es el sobrino del alcalde de la ciudad de Megasaki. La sobrepoblación de perros se ha hecho incontrolable y ha propagado el contagio de peligrosas enfermedades para los humanos.
“Montañas de basura, ratas y el recuerdo de sus vidas pasadas. El paisaje es apocalíptico y desolador. Entre la basura, se avistan ruinas de antiguas fábricas abandonadas”.
Por esta razón, el alcalde Kobayashi ha elaborado un decreto con el cual enviará a todos los perros de la ciudad, a una lejana isla basural del archipiélago japonés. Uno a uno, los perros parten al exilio. El primero en ser expulsado de la ciudad es Spots, el perro guardián del pequeño Atari. Los perros deben adaptarse a su nuevo entorno para lograr sobrevivir.
Montañas de basura, ratas y el recuerdo de sus vidas pasadas. El paisaje es apocalíptico y desolador. Entre la basura, se avistan ruinas de antiguas fábricas abandonadas.
Terremotos, tsunamis y erupciones volcánicas destruyeron todo lo que existía. Atari decide revelarse y parte en busca de su perro. Pero la búsqueda no será fácil. Tendrá que ganarse la confianza de los perros que viven en el exilio y que a estas alturas, desconfían de los humanos.