Tras las presiones de autoridades y de propietarios de la isla Budelli para desalojarlo, Mauro Morandi abandonará la isla que cuidó y que fue su hogar por más de 3 décadas. Y aunque Change.org juntó firmas para que se quedara, el hombre publicó en su Facebook que estaba harto.
Hace 32 años Mauro Morandi (81) era profesor de educación física en la ciudad italiana Módena. Un día de 1989 se cansó de la situación política que atravesaba el país y del avance del capitalismo en el mundo. Decidió reunir a sus amigos y proponerles irse a vivir a una isla del archipiélago de la Magdalena.
Entre todos compraron un viejo barco, lo remodelaron y emprendieron el viaje. Pero en el camino se encontraron con una playa de arena rosada y decidieron detenerse a conocerla. Fue ahí cuando Morandi conoció al guardián de la isla Budelli, quien se iba a jubilar en dos días. Sin pensarlo le preguntó si podría ocupar su lugar, según le contó a la BBC en 2018.
Desde entonces se quedó protegiendo la isla de arena rosada y conociendo a los turistas que llegaban en el verano. Adaptó una antigua sede de radio utilizada en la Segunda Guerra Mundial y la transformó en una cabaña. “Encontré mi propia Polinesia a las puertas de mi casa“, señaló al medio. Así fue hasta 1994, cuando el lugar pasó a ser un parque nacional, por lo que el número de visitantes fue regulado a un pequeño número. Todo iba bien, pero comenzó a recibir amenazas de desalojo de forma progresiva.
Por una parte, las personas que tienen la propiedad de la isla de Budelli le comunicaban que no era bienvenido en el lugar. Y el año pasado el presidente del Parque Nacional de La Magdalena, Fabrizio Fonnesu, habló con CNN para comentar que Morandi había modificado su cabaña de manera ilegal, por lo que debía irse. Este hecho gatilló que la plataforma Change.org comenzara una petición ciudadana para que Morandi pudiese quedarse, logrando reunir 70 mil firmas.
Pese a los intentos que hicieron para que se quedara, el año pasado los propietarios volvieron a insistir en el abandono de la isla y Morandi se cansó. “Me he hartado, me marcho”, declaró en Facebook. En conversación con The Guardian explicó que se mudará a un departamento de una isla cercana. Y siguió, “Me iré con la esperanza de que en el futuro Budelli sea protegida como yo lo hice durante 32 años“.