La opinión pública la ha calificado como la figura conciliadora en la pandemia del coronavirus. En medio de la crisis por falta de autoridad en el gobierno -en especial en Mañalich y Piñera-, aparece Siches a timonear lo que parecía ser un país sin capitán y al borde del naufragio.

Lo primero que hizo fue dejar caer los dardos que tiraba contra el ministro de Salud durante el estallido social -en el cual se manifestaba activamente- para encontrar la diplomacia necesaria ante el caos sanitario. A lo más, llamó al presidente a buscar una autoridad adicional que tuviese mayor capacidad de diálogo. Critica al gobierno constantemente, pero siempre en un tono constructivo y moderado. Y lo más importante: es una voz, si no acaso la principal, clave en esta crisis y en las posibilidades que tengamos de salir de ella.

Pero antes de ser una voz y hace menos de una semana, más específicamente cuando eramos el perro meme this is fine en medio del incendio virulento, Iskia se paró en televisión abierta frente al micrófono a contenerlo todo y siendo aún una desconocida para muchos chilenxs, calmó a todo un país con su precisión y razonamiento.

Pasó de los 18 mil seguidores en Twitter a los casi cien mil en menos de siete días. Su consigna ha sido: “Escuchen a los expertos y estén disponibles para corregir el rumbo de medidas que estén erradas”.

Y es que en un país donde las autoridades y figuras públicas dejan bastante que desear en cuanto a educación unxs con otrxs (a veces llegan a ser ordinarixs), Izkia tiene ganado el respeto transversal de la esfera pública: “Gracias a @izkia y a todo su equipo por la disposición y las exposiciones de los expertos” tuiteó José Antonio Kast, por dar un ejemplo.

Rompedora de esquemas

De piel morena, de izquierda, joven y mujer. Izkia Siches es precisamente todo lo opuesto a lo que siempre dominó al Colegio Médico, un gremio que históricamente ha sido tradicional y conservador y cuya influencia política prácticamente no existía. Pero ella comenzó a cambiar la historia mucho antes del COVID-19, hace tres años, cuando asumió la presidencia del COLMED en 2017.

“Sorpresa, entre temor y duda”. Así la miraban sus colegas cuando asumió la presidencia, según confesó en una entrevista a La Segunda el año pasado. Con 34 años, se consagró como la presidenta del Colegio Médico más joven, y si ese mérito fuera poco, encima es la primera mujer. Se dice que en el gremio nadie sabía lo que había pasado: cómo es que había llegado una mujer que, además de ser mujer es joven, que además de ser joven militó en las Juventudes Comunistas y que, además de todo eso, viene de Maipú.

Porque no sólo sabe de dónde viene, también sabe a dónde va.

Desde 2014, Izkia se ha desempeñado como interna del Hospital San Juan de Dios, en Quinta Normal. Comenzó su carrera gremial ese mismo año, al ser nombrada presidenta del Colegio Regional. Dos años más tarde, ingresó al movimiento en contra del marketing en la profesión Médicos sin Marca para terminar llegando donde está hoy. Se especializó en Salud Pública. En este tiempo, ha llevado todos los planos con perspectiva de género, se involucra en todo respecto a salud pública y plantea su rol desde la atención primaria, frente a la familia: rompe con ese esquema de médico staff o director de clínica privada.

Si lo vemos bien, es todo lo contrario a Jaime Mañalich. Muchxs ya hablan de verla en ese cargo en algún futuro, pero yo voy un poco más allá: a la Izkia, yo la veo como una interesante candidata Presidenta. ¿Por qué no?