El #Cambiodegabinete no cumplió el objetivo de calmar los ánimos. No es necesario ser un cientista político para llegar a esa conclusión. Si bien se esperaba que el Presidente hiciera un golpe de timón y diera una señal política importante como despedir ministros y traer gente nueva a esos cargos, la sensación fue más bien ambigua finalizada la pomposa ceremonia.
Por un lado existía alivio, sobre todo por la salida de Chadwick, que había perdido totalmente la aprobación popular después del asesinato del comunero mapuche Camilo Catrillanca en manos de carabineros. La forma sin embargo molestó: ese abrazo apretado, los golpecitos en la espalda y las palabras al oído con una sonrisa complice entre los primos Andrés y Sebastián, obviamente no cayeron bien.
Tampoco gustó el hechos de que el ministerio de Salud, Educación y Transporte se mantengan igual (raro si consideramos que el estallido social empezó en este último), mientras que hubo cambios en ministerios que- seamos honestos- en estos momentos no le interesaban a nadie (Deportes y Bienes Nacionales, aunque ahí se entiende por el enroque de poner a Ward en la Segpres). Igual el enredo es grande porque se supone que Ward iba a quedar de Ministro del Interior y lo bajaron a último momento cuando descubrieron el rechazo que generarían su historial de dichos abiertamente anti-comunistas.
Sin embargo el incendio se viene por otro lado. Si bien decíamos que Bienes Nacionales es un ministerio poco mediático, el nombramiento de Julio Isamit, de 30 años, el ministro más joven en la historia de Chile (de hecho cuando Piñera leyó parte de su CV tuvo que incluir que fue presidente del centro de alumnos del Instituto Nacional), dará que hablar.
Esto porque los arqueólogos e historiadores de Twitter recordaron que el joven abogado PUC Julio Isamit es un archi conservador y el horno no está para darse ese tipo de lujos.
En tiempo récord nos pudimos enterar que Julio tiene una postura bien insistentemente anti LGBTI. En su Twitter se ha ocupado de dejarlo bastante claro.
Mira sus furiosos tuiteos contra su mismísimo jefe, Sebastián Piñera, cuando nombró de ministro a Luciano Cruz-Coke:
El concejal, escritor y activista LGBTI Jaime Parada se encargó de ser reflotarlos. Junto con tildar el Cambio de Gabinete como “cosmético”, se fue directo al cuello del nuevo Ministro de Bienes Nacionales, con el siguiente comentario: “Julio Isamit tiene una notable trayectoria política como Presidente de Curso. Y una maestría en facho-homofobia”.