Dilly o John R. Dilworth es un director nominado al Oscar por su corto animado The Chicken from Outer Space, del que nació el éxito infantil paranormal Coraje, el Perro Cobarde.
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Desde el constante cambio de la ciudad de Nueva York también se ve reflejado aquella individualidad en cada construcción de sus personajes. Un trabajo fuertemente relacionado con sus experiencias en la infancia, en las relaciones con su madre y la particular manera de entender la vida en su recorrido por las calles de la Gran Manzana.
Para Dilly la animación es todo, todo tiene que ver con ser él mismo, con basar las historias que se ven en la pantalla en lo que significa tener que vivir a diario en la ciudad, conversar con extraños y estar inmerso en un universo que muta.
“Mi animación es un problema porque sólo uso influencias de mi vida para informar mi animación, por ejemplo, en Coraje los temas de los que escribimos son importantes para mí”, hablar de Derechos Humanos, prejuicios, egoísmo, violencia, cosas así. La tecnología abusiva, la sociedad, conveniencias, marketing, publicidad. El director comenta sobre todos estos temas, “pero humanamente”.
“Me han dicho, que soy una esponja que absorbo demasiado, hay otro problema que tengo y lo confieso aquí mismo a ti: no escondo mis emociones lo suficientemente bien, desafortunadamente para que todo funcione en sociedad, para estar bien tienes que llevarte bien con todos”.
Es un momento difícil para hacer dibujos animados. “Es un muy arriesgado estilo de vida, no mucha gente logra hacer esto, aunque hay unos muchos mejores que otros, piensa en todos los que no se logran hacer”. Envían y preparan sus pilotos y no siempre tienen éxito.
Su última producción, Goose in High Heels está ambientado en su cabeza, en estas mismas experiencias que buscan romper reglas tormentosas del comportamiento.
“Uso mis experiencias, pero son experiencias a través de mis ojos”.
El animador se pregunta constantemente “¿uno tiene una infancia?“. Desde pequeño ha sentido el aislamiento, la alegría, el horror, las tonterías. Cuando era un niño junto a su hermano se encerraban en el departamento familiar para esperar a su mamá atrás de un sillón y asustarla. “Ella amaba ser asustada”. Gritaban y luego se reían.
“Esa pobre mujer ha sufrido tanto, sólo tengo compasión por la gente que ha sufrido tanto, ha vivido 75 años. Uno ve mucho, mucho te pasa. Piensa en nosotros qué tan suertudos somos, no hemos vivido ninguna clase de hostilidad política, en serio, tenemos tecnología, tenemos una especie de conexión, aunque sea virtual no estamos solos”.
La madre de John crió a cinco niños por su cuenta mientras trabajaba tiempo completo. Sus cuatro hermanos, según él, crecieron inteligentes y lograron establecerse en ámbitos de la cultura, las artes.
La mayoría sigue en Nueva York. En esa ciudad se emanciparon culturalmente y emprendieron desde la originalidad la apreciación de la nobleza, desarrollaron personalidades únicas, que se puede ver en su trabajo. Todo está en sus films. Ahí también está su familia y sus experiencias con ellos.
“Fui capaz de mirar lo más nuevo de la gente que se expresa de si misma diferente, nadie es igual, nadie cree lo mismo, nadie habla igual, nadie camina de la misma manera, y encuentro esto muy agradable. Yo no podría vivir en un desierto, solo, con cactus, no puedo ¿qué voy a hacer? nada”.
Aprendió de humor y comedia con esas películas en blanco y negro, de la era dorada de las caricaturas con un humor subversivo, como Bugs Bunny. Aquellas caricaturas que no temían travestirse, ser un poco gay o ser gay por completo. “Es comedia subversiva, va en contra de las normas, en contra de comportamientos apropiatorios”, dice.
Encuentra en estas aventuras un tratamiento estético integral, desde los marcos, la dirección, las historias, los personajes y la rebeldía, líneas guías para trabajar su propia identidad como director.
La dirección de dibujos animados se aleja bastante de la concepción naíf que se tiene de ellos. Contempla un complejidad única, equipos completos de trabajos pensando y dejando mensajes en cada dialogo, imagen y personaje.
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