José Antonio Kast es el peor candidato presidencial en la historia de Chile

Obviamente no ganará, pero su sola candidatura es una señal bien preocupante.

José Antonio Kast es el peor de los 8 candidatos que actualmente postulan a la Moneda por diversas razones que se resumen en un discurso de odio oculto con carisma y buena capacidad de oratoria. Kast nunca pierde los estribos pese a las pifias, insultos y escupos que le han tirado. Tampoco denigra de forma colérica a sus contrincantes y sus contraargumentos son sutiles, pero no por eso, mejor intencionados.

Lo anterior causa que sus adeptos lo califiquen como consecuente, caballero y como la única persona que se dedica a responder las preguntas en lugar de evadirlas atacando a otros candidatos según constan los comentarios realizados por ellos mismos en diferentes portales de internet.  

Pero la verdadera razón que hace al discurso de José Antonio Kast tan peligroso es que se basa en argumentos hechos desde una zona de confort que pocos chilenos conocemos realmente: el privilegio.

Los discursos autoritarios y nacionalistas se han hecho presentes desde un tiempo hasta ahora en distintos lugares del mundo, pero no es algo nuevo. Después de un gran quiebre global –como la crisis financiera del año 2008- diferentes actores políticos buscaron beneficiarse del pánico colectivo culpando tanto a integrantes externos –globalización- e internos –como inmigración y políticas proteccionistas de carácter social-.

Este aprovechamiento del miedo dio resultado de forma empírica con el Brexit, la vuelta de la extrema derecha al parlamento alemán y la elección de Donald Trump en Estados Unidos. José Antonio Kast es el actor que personifica esta ideología nacionalista centrada en  una exageración de los problemas del presente y una mirada incierta del futuro. Su lógica responde a las ideas moralistas de volver a lo que Chile era “antes” pasando por alto realidades con las nunca ha tenido que lidiar debido a su posición social.

Kast tienta al ala conservadora siendo enfático con derogar la ley de aborto alegando que se trata de matar vidas inocentes. Pero nunca se ha visto en la situación de no poder mantener un hijo o ponerse en el lugar de millones de mujeres que en pleno siglo XXI todavía deben luchar por sus derechos reproductivos en un país manejado por hombres como él.

Asegura también que no se opondrá a la educación sexual en los establecimientos educacionales pero al mismo tiempo afirma que a “a Chile la falta dios” proponiendo la educación religiosa como obligación para todos los establecimientos ¿Cómo puede entonces convalidar ambos puntos cuando en Chile se tiene la tasa de aumento de casos más alta de VIH en jóvenes de Latinoamérica?

También habla de la militarización de la Araucanía durante la primera semana de su presidencia y asegura que los inmigrantes “que vienen a delinquir” serán expulsados de Chile dejando entrever que efectivamente, un porcentaje son criminales cuando los datos entregados por la Policía de Investigaciones de Chile afirman todo lo contrario.

También es hijo de inmigrantes que vinieron en condición de pobreza pero hay una diferencia sustancial en su caso: la inmigración europea nunca tuvo problemas de integración e incluso es celebrada con Oktoberfest en el sur cuando su presencia demográfica nunca fue sustancial ni significativa.

Pero cualquier crítica –para él y sus seguidores- responde a un ataque personal realizado por los medios aparentemente controlados por la izquierda –cuando la realidad es todo lo contrario- y comienza una victimización propia aludiendo a la  llamada posverdad.

Obviamente Kast no ganará la elecciones, pero su presencia responde a un fenómeno del que nuestro país no está exento y que preocupa debido a la dureza de su discurso. Es fuerte cuando las personas como José Antonio Kast tienen el poder de convencimiento necesario para reclutar a miles de personas que no gozan de los privilegios que él ha tenido toda su vida y que es imposible replicar en un país Sudamericano con los índices de desigualdad más altos de la región y del mundo.

El hecho de que hable desde el privilegio deja como consecuencia indirecta la negación de diversas necesidades que presenta un grueso de la población que necesita visibilidad. Pero hacerle entender eso a las personas que intentan jugar al empate con la izquierda aludiendo que Eduardo Artés es igual de extremista, simplemente es imposible.

Lee también: Entrevistamos a un joven gay que votará por Kast

Y La cero tolerancia de Jose Antonio Kast en Tolerancia Cero

Y Súmate a la campaña de llenar de “me enorgullece” el FB de J.A. Kast

https://www.youtube.com/watch?v=lxMi7HewMPE

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6 comments
  1. Imposible desprestigiar con escritos tan llenos de odio y difamación, a un hombre tan cuerdo, ubicado y normal, como José A. Kast, que predica más con su vida q con sus palabras. Todos los q están a favor de acciones tan abominables y sucias como el aborto y la homosexualidad, son realmente unos dementes! Paulo Guzmán eres un demente!

  2. cómo pueden apoyar a este hijo y nieto de nazi, un activista del fascismo y representante del nazismo, apoyado por los nazis y viejos pinochetistas!!! Repartiendo odio y violencia, quiere enviar a los milicos al territorio mapuche… se puede ir a la cresta por un largo rato, y meterse su discurso de odio por donde mejor le quepa!!! NO+NAZIS NO+PINOCHETISMO NO+CRIMINALES!! KKKAST=ODIO Y MUERTE

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