Siendo una de las artistas más aclamadas del Reino Unido desde los años 70, la carrera de Kate Bush y el nacimiento de su clásico instantáneo en 1985 representan su visión del amor, su relación con Dios y, sobre todo, su declaración de principios en la industria, la que inspiró a generaciones de músicos como Lorde, Boy George, FKA Twigs e incluso Outkast.
Para 1985, cuando Kate Bush lanzó su single “Running Up That Hill”, la artista ya era un ícono de la música inglesa. Su estilo que jugaba con el pop, el punk y otros sonidos experimentales que dominaban la industria, la habían hecho conseguir varios récords, como por ejemplo tener su single debut en 1978 cuatro semanas seguidas en el chart de Inglaterra, convirtiéndose en la primera mujer en lograrlo con una canción escrita por ella misma.
La cantante lanzó su álbum Hounds of Love y con él su esperado single. “Running Up That Hill” fue un éxito inmediato. La canción que jugaba mucho con los sintetizadores, elemento esencial de los años 80, llegó al tercer lugar de las mejores canciones del año, y creó un antes y un después para los artistas que, desde su propia visión musical, admiraban a Kate Bush.
La canción en sí trata, según sus propias palabras, sobre una mujer y un hombre que se aman profundamente, pero que el peso del amor se interpone en su camino. La cantante entonces crea un escenario donde estos dos personajes hacen un pacto con Dios para poder cambiar de roles y así entenderse mejor. En una entrevista con BBC, la artista comenta que “un hombre y una mujer no pueden entenderse porque somos un hombre y una mujer. Y si realmente pudiéramos intercambiar los roles del otro, si realmente pudiéramos estar en el lugar del otro por un tiempo, ¡creo que ambos estaríamos muy sorprendidos!”.
La metáfora de hablar con Dios para hacer este pacto también era algo nuevo. Dentro de su inspiración, Kate Bush pensó en un comienzo hacer una referencia al diablo, pero luego se arrepintió ya que, según su visión, sonaba mucho más poderoso preguntar por este favor celestial al mismo Dios. Su discurso incluso fue más allá, cuando confesó que al comienzo la canción se iba a llamar solo “Deal with God”, pero desde el sello le aconsejaron que si lo hacía no se tocaría en ningún país religioso.
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Su performance teatral y su sonido experimental quedó marcado en la escena de los 80, sobre todo con esa canción, que, luego en los años que vinieron, fue replicada por múltiples artistas como Placebo, Chromatics, Meg Myers, Georgia, Elastic Band, Sweep y Linda Carriere.
En cuanto a su influencia en otros artistas, esta se puede ver en la actualidad en músicos como Lorde, quien fue comparada con la cantante en su canción Writer in The Dark. También ha sido mencionada por FKA Twigs, Imogen Heap y Peter Gabriel. A principios de los 90, Boy George comentó que ella “apareció de la nada y encarnó el espíritu punk simplemente siendo ella misma. Destrozó las cosas con ‘Running Up That Hill’, ya que desafiaban la lógica clásica del pop”.
Y desafiando estos estilos, también sirvió de inspiración para el mundo del hip hop, donde figuras como Tupac y Big Boi de Outkast se declaraban fans de su música, tanto así que moldeó la carrera de este último de principio a fin según sus propias declaraciones unos años después.
Un torbellino de creatividad que comenzó en los 70, que se asentó en los 80 con una canción dedicada al poder de Dios, y que siguió con la fuerza de la música por generaciones hasta la actualidad.