Katy Perry está como una bolsa de papel, flotando a la deriva con el viento, pensando en volver a empezar. Y queremos que vuelva a ser la de antes, un fuego artificial. Queremos volver a oírla rugir, como una leona.
Hace tiempo que ya no vemos a Katy Perry como la simpática girl next door en una isla de dulces o tirando fuegos artificiales por sus bubis. Como muchas de los íconos del pop, Katy Perry comenzó su carrera revelando su lado dulce pero atrevido con “I kissed a girl”, pero poco va quedando de eso.
Actualmente la cantante ha estado en la palestra por polémicas a las que antes no se le veía involucrada, y por eso hoy nos tiene preguntándonos si está al borde de la típica descompensación de las estrellas del pop.
De vez en cuando una celebridad es lanzada al abismo del meltdown, donde una racha de eventos bizarros, humillantes y destruye-carreras empiezan a sucederle. Lo hemos visto en los últimos años con Britney Spears, Kanye West, Shia Leboeuf y Amanda Bynes, entre una gran lista (que a veces incluso, no queremos ni decirlo pero puede llegar a ser fatal). Pocas estrellas se logran recuperar por completo de la colisión de todos esos episodios traumáticos, y es que la peor parte de estos es que viene acompañado por registros gráficos o performances que dejan en completa evidencia de que están perdiendo el control.
Hace rato que los íconos pop están demostrando, fuertes ejemplos mediante, que también sufren lo mismo que todos los jóvenes y adolescentes, incluso quizá aumentado todo al cubo por las luces, los millones, y la atención mundial.
¿Estará Katy Perry enfrentándose a ‘ese’ momento en su carrera? No tenemos como saberlo, pero si abrimos bien los ojos nos daremos cuenta de los clásicos síntomas de una descompensación pop y aquí está la evidencia.
A principio de año, y tras su ruptura con el actor Orlando Bloom (recordemos que anteriormente estuvo casada con el comediante Russel Brand y eso tampoco terminó bien, porque bueno, nada que termina, termina bien, y que Brand no se llevaba nada bien con Trump tampoco) Perry comenzó a llamar la atención de los medios por lo que se denominó “una preocupante” pérdida de peso”.
Las cosas sigueron raras cuando presentó ‘Chained to the Rythm’ de su próximo a salir disco titulado Witness (que significa “testigo” o “sean testigos”) durante los Grammy Awards de este año. Allí hizo una performance muy simbólica y anti-Trump, pero lo que realmente marcó el inicio del fin fue cuando Perry hizo un chiste sobre el incidente de la afeitada de cabeza de Britney Spears. Previo a la ceremonia durante la alfombra roja Ryan Seacrest le preguntó sobre el tiempo que estuvo retirada de la música, a lo que ella respondió: “Se llama cuidar tu salud mental, todavía no me he afeitado la cabeza”.
Katy Perry hizo este comentario justo para el décimo aniversario del episodio traumático de Britney, como si fuera un chiste interno de la industria. Poco tiempo después, se corta el pelo al máximo.
https://www.instagram.com/p/BSt17v6jXqz/?taken-by=katyperry
Además de la mala prensa y de transparentar de a poco sus búsquedas de sanidad mental, Katy Perry ha seguido apareciendo en la prensa, ¿recuerdan su vestido para la Met Gala?
Diseñado por Margiela, el vestido parecía lo más illuminati que hayamos visto hasta el momento. La parte de la cabeza de este vestido tiene un ojo tapando uno de los ojos de Perry y la palabra “witness” (testigo) al lado. Y no es primera vez que se la vincula a este culto.
Después de esto, publica una foto de la portada de The New York Times donde aparece un policía francés literalmente en llamas y más abajo ella en su vestido de gala. Sus seguidores reaccionaron comentándole que estaba siendo egocéntrica y desesperada por atención. La verdad es que habría sido muy simple cortar esa parte de la foto, así que pareciera que Perry andaba con ganas de provocar a las audiencias.
https://www.instagram.com/p/BTmieXIj2tt/?taken-by=katyperry
El último evento desafortunado en la vida de la cantante pop fue su aparición en Saturday Night Live, junto a Migos presentaron una canción donde ella desesperadamente trataba de imitar a Miley Cyrus en “23”, pero solo lograba patéticos resultados y la gente y los medios se dieron cuenta. Lo único que hizo que lo raro del show pasara desapercibido fue la aparición de “The Backpack Kid”, el adolescente que se robó la película con su espectacular baile.
https://twitter.com/thecultureofme/status/866315079351971840?ref_src=twsrc%5Etfw&ref_url=http%3A%2F%2Fwww.complex.com%2Fmusic%2F2017%2F05%2Fkaty-perry-snl-dance-reactions
Lo confuso y medio perturbador de su más reciente single, Bon Appétit, no ayuda tampoco.
La mediática pelea con Taylor Swift, menos.
En resumidas cuentas la seguidilla de pasos erráticos de Katy Perry no ha pasado desapercibida y curiosamente están ocurriendo en el mismo patrón que les ha pasado a otras celebridades.
Sinceramente esperamos equivocarnos, y que estas señales no signifiquen que Katy está cerca de una especie de colapso como tantos otros que hemos tenido que ser testigos. ¿No será que fuerzas poderosas puedan estar conspirando en su contra, metiéndose en su cabeza y haciéndola actuar erráticamente como un latigazo por lo frontalmente anti Trump de sus tuiteos y su último disco y por haber apoyado abiertamente a Hillary?
Ojalá que no. Queremos escucharla rugendo por mucho tiempo más, como una leona.
Escucha Swish Swish su más reciente single, junto a Nicki Minaj, probablemente el mejor de los que han salido de Witness.