Primero fue la narconovela, luego los gif de telenovela mexicana, y después la serie de Luis Miguel, lo que pavimentó el camino a la irrupción exitosa de una teleserie mexicana en Netflix.

Todo parece estar en lo correcto. Todo eso que en algún momento parecía tan molesto, marginal, oscuro y periférico ahora es parte del común, del día a día, ya no hay represalias por no pertenecer a la heterosexualidad. Una utopía acomodada que sólo se preocupa de guardar las apariencias, algo muy de telenovela mexicana.

La historia parte con un suicidio en la celebración del cumpleaños de Ernesto, el patriarca de La Casa de las Flores (Patriarca es un termino que se queda completamente corto en esta propuesta moderna de una telenovela). Se mató Roberta, la amante con quien compartía los negocios de un cabaret y una hija.

El cabaret y la florería bajo el mismo nombre: La Casa de las Flores, un negocio de familia, heredado por Virginia, interpretada por la icono latino Verónica Castro, cuya visión permitió mantener un negocio por otra generación, sin embargo todo se desploma cuando llega a sus manos la carta que dejó la amante antes de colgarse en la florería, en la que se entera de las deudas que adquirió en nombre de Ernesto.

Esto rompe la cotidianidad de quienes viven, o creían vivir, a costa de la florería.

Todos los secretos van saliendo a la luz entre diálogos progresistas que entablan la duda entre cada escena. Esta utopía queer en clave telenovela moderna, algo que podíamos vislumbrar en Jane, The Virgin, viene con un tono Pedro Almódovar bastante peculiar, sobre todo porque un padre que ha transitado a su género es español y es interpretado por otro icono del país europeo: Paco León, un actor enigmatico que ha trabajado con otros grandes españoles como Edu Casanova (Pieles).


Con el paso de los capítulos entendemos que la florería ya no estaba en su tiempo de gloria y majestad, de la que usufructuó durante años. Parte del dinero con el que los hijos de la familia han estudiado y vivido ha venido del cabaret atendido y animado por transformistas que crean las noches con más lentejuelas de México.

Resulta interesante pensar en esta realidad propuesta en La Casa de las Flores. Sobretodo por ese saber llevar puntos que fuera de la ficción resultan imposibles.

¿Cómo interpretar esta ficción tan optimista? Resulta una serie bastante alentadora, un futuro bastante prometedor para familias conversadoras y tradicionales, sobre todo porque se defiende el derecho a las relaciones libres, bisexualidad, transexualidad, homosexualidad, todo se toma con una naturalidad digna de replicar en latinoamerica.


Dale una vuelta. Por mientras, te dejamos el trailer de la primera temporada disponible en Netflix.

https://www.youtube.com/watch?v=I-z8-ZEiVw0