Probablemente la storie más chistosa del año, y viene de Conce.
Desde Concepción, Paula Olivares hizo reír a todo Internet con los registros del perro de su vecina en Vilumanque. Sus amigas comenzaron a re-publicar sus stories de Instagram, lo que hizo que sumara más de seis mil seguidores en la red social.
Desde su pieza vio a la mascota de su vecina totalmente desorientado y serio en el techo de su casa, no aguantó la risa y se grabó reaccionando ante la insólita situación. El ataque de risa se le gatilló además porque la vecina, como se ve en el registro aportaba a la comedia de la vida real buscando al pobre poodle desde la ventana sin ocurrírsele nunca que el animal estaba en el techo, como una estatua.
Pero más que la rareza de Firualis en el techo o una vecina buscándolo, lo que realmente viralizó estas historias fue la contagiosa y casi atorada risa de Olivares, la que sacó más carcajadas entre los espectadores. Porque mientras Paula trataba de advertir a su vecina que el perro estaba en el techo, la risa se lo impedía.
“Ese día estaba acostada y miré por la ventana al perro de la casa de al frente sobre el techo. No sé cómo llegó ahí pero no bajaba y me maté de la risa mientras grababa. Lo que más me han preguntado después es si luego el perrito pudo bajar o qué le pasó y la verdad es que no sé cómo habrá bajado, pero lo hizo. Es que la casa tiene una ventana por atrás y yo creo que por ahí salió”, dijo Olivares a La Estrella de Concepción.
“Mis amigas fueron las que empezaron a mandar los videos a páginas de memes famosas de Chile y de repente comenzaron a llegar muchos seguidores nuevos, porque una de ellas lo subió (el registro) y me etiquetó. Ahí de un momento a otro aumentaron en 6 mil las personas que me seguían en Instagram. Y ha seguido así en los últimos dos días”
Lo contagioso de la risa
Probablemente también te haya dado risa este video (aunque está todo bien si no te dio risa). La risa se contagia, y según las psicólogas sociales de la Universidad de Winsconsin, en Estados Unidos, Adrienne Wood y Paula Niedenthal, existe un instinto de imitación facial que hace que los humanos empaticen y el cerebro procesa esto haciendo que repliquemos la risa con el mismo tono.
“Esta especie de reflejo imaginario de la cara de la otra persona le dice al cerebro cómo debe sentirse ante esa expresión facial concreta. Sucede de forma automática e inconsciente, por lo que tenemos la impresión de ser capaces de ‘leer’ su mente y saber cómo se siente”, dice Wood.
Cuando escuchamos una risa imaginamos las expresiones y las asociamos a emociones que hemos experimentado nosotros mismos, esto pasa muchas veces de manera inconsciente.
Acá puedes leer sobre los beneficios psicológicos y físicos de cagarse de la risa.
https://www.instagram.com/p/BqKYnbaA1Dc/