Una reflexión más-que-necesaria en tiempos donde todos se pelean por estar en el VIP, cuando hace siglos se sabe que se pasa mucho mejor en la transpirada cancha.

“Quien fracasa en la sociedad neoliberal del rendimiento se hace a sí mismo responsable y se avergüenza, en lugar de poner en duda a la sociedad o al sistema. En esto consiste la especial inteligencia del régimen neoliberal (…) En el régimen neoliberal de la auto-explotación uno dirige la agresión hacia sí mismo. Esta auto-agresividad no convierte al explotado en revolucionario, sino en depresivo“Byung-Chul en su libro “Psicopolítica”.

por Sebastián Labra

Estoy harto del éxito. No quiero sonar pretencioso. De hecho esto no se trata de mí hablando de lo que me molesta mi éxito. Porque no es el caso, no sé cómo será serlo. Pero estoy aburrido de verlo en todos lados. En la televisión, comerciales, carteles. Estoy harto de la imagen perfecta de la familia exitosa. Estoy cansado de verle la cara a tipos exitosos en matinales. Estoy cansado, porque desde chico que me han dicho que tengo que entrar-y-salir-de-la-U y ser exitoso. Que me tengo casar y tener hijos para ser exitoso. Que hay que emprender y ganar más de un millón al primer mes, y seré exitoso. Que debemos ser reconocidos por nuestros pares como alguien que siempre le va bien, que jamás está mal.

Me tiene apestado todo lo que huela éxito, hace varios años ya.

La mejor pinta, el mejor traje, la mejor mina, el mejor departamento, la mejor pega, perro.

¿Viajaste este a año a algún país, campeón? ¿No? Entonces no lo estás logrando. No eres exitoso. El éxito es como una vara de medición nacional para entender y comprender los sucesos de tu país. O por lo menos, para aparentar que uno entiende lo que pasa en este mundo tan 2.0, tan genial, tan avanzado, tan moderno.

¿Estás endeudado? Pero que fracasado. ¿Estás solter@ a los 30? Pero que fracasad@. ¿No tienes trabajo hace un año? Pero que fracasado. ¿Aún no tienen hijos? Pero qué fracasados. La ideología capitalista salvaje detrás del “éxito” deshumaniza cualquier intento de felicidad. El mundo (o por los menos los tercermundistas como nosotros) parecieramos girar entorno a esa idea de éxito que te llevará al olimpo (y te sacará del hediondo charco de los fracasados).

Pero de a poco uno se da cuenta que todo es mentira. Que los sueños de grandeza, que las ganas de anhelar el éxito no son más que inventos de tus padres metidos a la fuerza en tu cabeza. La mentira del “primer universitario” en la familia, cuando hoy en día para tener pega (una pega millonaria) solo se necesita una buen apellido y harta plata. Estoy chato, cansado, estoy asqueado de hablar de éxito como una forma inteligente de plantearse en la vida. Como el winner, que se la sabe todas, que se las gana todas, que se las come a todas.

failure-on-the-path-to-success-1940x1199

En Chile nos crían para tener “éxito”, después cuando no se logra, cuando te das cuenta de la mentira, nos deprimimos. Por eso estamos como estamos. Con uno de los mayores índices de depresión en Latinoamérica. Nos presionamos tanto, que estallamos, que explotamos. Nadie nos enseñó a fracasar, nadie nos habló del fracaso.

En el fracaso hay una gran libertad. El momento del fracaso es duro, pero las enseñanzas que te deja son verdaderas. El fracaso es un momento de gran pureza. Es algo que en un momento deja de ser controlado por ti. Es inevitable, una caída al vacío. ¿Pudiste haberla evitado? En algún momento sí, pero después todo cae por su propio peso. Aún así, en esa caída libre hay mucha más ganancia que en el éxito forzado, aparentado, mediático, falso.

Por eso amigos, les digo, fracasen, pierdan todas las veces que sea necesario, peleen batallas perdidas, gocen con lo chistoso de los fail, sufran, lloren, pero háganlo ahora, no tenga miedo. Vomiten, sáquense la chucha, inventen empresas, inventen proyectos, hagan fiestas donde no llegue nadie. Al final del camino hay luz, o por lo menos, la felicidad de haber fracasado. La felicidad de no tener que pretender nada a nadie. Fracasar mirando tranquilo tu vida, y quien sabe, después de tanto fracasar, te des cuenta que al final todo valió la pena.


Si te identifica este punto de vista. Si te interesa conocer más sobre cuánto se aprende de la vida fracasando, mañana 17 de noviembre a las 19:30 hay un evento imperdible, se trata de la versión porteña de Fuck Up Nights en Valparaíso, donde interesantes personajes contarán sus experiencias. Después hay fiesta.

Toda la info está acá  y para asistir debes inscribirte gratis acá (toma 30 segundos hacerlo). Ya tu sabes.