Los lunes son molestos y más todavía con un clima invernal como este, pero siempre pueden ser peores: el fin de semana conocimos la historia de Maxi, un perrito pug obligado a aspirar humor de mariguana y consumir alcohol por sus inescrupulosos y enfermos dueños.

Lo peor es que no fue rescatado mediante un operativo policial o algo por el estilo, fueron los mismo dueños quienes contaron el hecho como una broma para luego entregárselo a Alejandra Díaz, fundadora de la organización “Amor por los pug”.

“Cuando me avisaron que este perro es adicto me lo contaron en tono de chiste, como que era su gracia. Fueron los mismos dueños quienes me lo dijeron. Se habían aburrido de él y desde ahí que cuidamos al Maxi” contó para La Cuarta.

“Fue un acto irresponsable, ya que darle estas sustancias a un perro como él es como dárselas a un bebé (…) Además, tiene serios rasgos de abstinencia, ya que al sentir el olor del alcohol o la marihuana se desespera, igual que un adicto” agregó.

Maxi se encuentra en rehabilitación desde hace tres años, pero las secuelas respecto a las acciones de sus anteriores dueños durarán para toda su vida. Es cosa de verle su carita de tristeza para enojarnos todavía más con la humanidad, porque no entendemos cómo cabe tanta caca en una cabeza como para poder hacerle eso a un perro.